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sábado, 13 de septiembre de 2008

¿EL PERU AVANZA?

















Con mucha tristeza observo –aprovechando que estoy de licencia por un mes y observo cómo está las calles de Lima, especialmente a la gente-, en que el gobierno en los inicios del presente año ha creado muchas expectativas por el crecimiento económico hasta tal punto que más de un eufórico aprista vaticinó que creceríamos cerca del 12% del PBI (Producto Bruto Interno).

Pero ¿qué pasó?, ¿a dónde se fue la alegría y el optimismo del gobierno?.

Gracias a la globalización, digo gracias entre comillas porque nos jode, el precio mundial del petróleo y de los alimentos se ha elevado considerablemente hasta tal punto que todos los países sin excepción han sido trastocados en su esquema económico, del cual tuvieron que tomar medidas correctivas para evitar una inflación mayor.

En el Perú somos oficialmente según el Instituto Nacional de Estadística e Informática – INEI -, 28’220.764 peruanos, sin incluir los 2 millones que viven fuera, deduciendo que el 55% de la población aún bordea la pobreza.

Para el 2009 el gobierno propone un presupuesto de S/72,355 millones (este año 2008 se maneja S/71,050), cuyas aristas principales son frenar el crecimiento y la demanda al 7% del PBI y ajustar el crédito para bajar la inflación que hasta julio ya bordea el 5.7%.

Según la exposición de sustentación del presupuesto en el Congreso de la República del ministro de Economía, Luis Valdivieso, en el aparato estatal se exigirá el gasto con calidad y resultados mediante estos cuatro programas: gestión ambiental, acceso al agua potable, disposición sanitaria de excretas en poblaciones rurales y acceso a servicios públicos en telecomunicaciones y energía, buscando profundizar la descentralización y asegurando los fondos para gastos corrientes y financiación de proyectos de inversión.

Lo que le escribo suena bonito, pero si el Perú es un país de contrastes, porque el gobierno aprista nos ha engañado a principios de este año que no iba a existir dificultades económicas y ahora están desesperados por frenar el desarrollo y la inversión para que la inflación no se les escape.

Lo mas fácil para ellos es explicar que es culpa de la oferta y la demanda a nivel mundial, pero el gobierno –por los funcionarios tecnócratas que tienen- pudieron evitar esta situación, ahondando ahora si la extrema pobreza como por ejemplo la alimentación, principal causa inflacionario por la elevación de la harina o el pollo como ejemplo.

No explicó el ministro Valdivieso cómo va a evitar que los peruanos con menos recursos salgan de la exclusión socioeconómica de pobreza en que viven y se les garantice la salud, el trabajo, la información, la educación de buena calidad y en evitar todo tipo de discriminación, especialmente en la población de la tercera edad y los discapacitados.

No explicó tampoco cómo evitar la desigualdad de los ingresos, el apropiado manejo de los recursos por parte de las autoridades regionales y por cuanto tiempo viviremos el inicio de la recesión; porque ahora si tenemos que ahorrar y sacrificar algunos de nuestros gustos para poder sobrevivir.

Además para el gobierno se le avecina muchos paros, reclamos salariales, promesas incumplidas del candidato aprista – hoy presidente con votos prestados, no olvidemos esto-, y en observar a diario acciones incoherentes de parte de muchos de sus funcionarios que da la impresión que el APRA nunca ha estado preparado para gobernar porque siempre ha sido y será opositor, con rasgos de traicionar siempre sus ideales por no ser consecuentes con ellos y estar siempre con la derecha y anteriormente con la oligarquía.

Yo les pregunto, ¿El Perú Avanza en estas condiciones?. Ya no hay publicidad al respecto, lo han retirado, ya no se exige esta bendita frase en los papeles membretados en la administración pública.

¿Por qué?. Ustedes mismos se darán la respuesta.

MANUEL MARTINEZ ROSAS

PERIODISTA

CPP 2593

LIMA - PERU

viernes, 5 de septiembre de 2008

DE LULO A LOLO

Hace aproximadamente nueve años que me retiré de jugar fútbol. La fractura que sufrí en la cadera me impidió seguir jugando y cumplir con un anhelado sueño: una despedida acorde con mi trayectoria futbolística en mi colegio, y las competencias dentro y fuera de ellas en las participé y en la que siempre fui vencedor con: La Alegría en el Señor, Quinta Generación, León Porteño y Deporgraff.

Pero al no poder vivir el cumplimiento de este sueño, asumo como mío, porque jugó en Universitario de Deportes, un legendario jugador que con todos los honores y en gloria se despidió ante un Estadio Nacional llenó de público, derrotando a un clásico rival como lo fue Alianza Lima.

Me refiero de Teodoro Fernández Meyzán, simplemente Lolo.

Hace poco se conmemoró en el día de Santa Rosa de Lima, coincidentemente 55 años del retiro del “Cañonero del fútbol peruano”, defendiendo solo un club sus colores: Universitario de Deportes por espacio de 22 años.

Por su carisma, su don de gente, en ser campechano, leal al juego, caballero, se ganó el cariño y el respeto de todos; amigos y adversarios, de políticos, intelectuales, obreros, campesinos, niños, jóvenes … es decir de todos porque Lolo era del pueblo nacido en Cañete el 20 de mayo de 1913, siendo su infancia libre, como la de un muchacho travieso y pueblerino, saltando tapias y acequias para coger frutas en forma furtiva.

Allí poco a poco aquel niño fue creciendo y haciéndose fuerte, fuerte para un deporte que en esos tiempos era mucho más duro pero a la vez bello porque se jugaba con amor a la camiseta y al honor del grupo y se trataba la pelota como una bella mujer, con delicadeza, cariño y amor.

Ese era el fútbol.

En marzo de 1930 Lolo por primera vez se puso la casaquilla crema y la defendió hasta el 30 de agosto de 1953. Su último partido fue ante Alianza Lima, en que le hizo tres goles de antología y en circunstancias difíciles debido que el jugador crema ya bordeaba los 41 años, venía de una para de dos meses por las constantes lesiones que sufría y porque la U estaba en el octavo lugar y Alianza era el puntero en ese entonces del campeonato peruano.

Además Lolo solo alternaba algunos partidos en el primer equipo y siempre estaba de suplemente. La nueva hornada de jugadores cremas se habrían camino, entre ello estaba el joven centro delantero Manuel Arce, que le peleaba el puesto.

Ese día el entrenador argentino Cuesta Silva no lo consideró ni en la nómina de suplentes, pero la presión de los jugadores, dirigentes y la prensa deportiva fue tal que sorpresivamente cuando el equipo de la U salió al campo de juego el último en aparecer como jugador fue nada menos que Lolo.

Los jugadores de Alianza como previendo lo que iba a pasar dominó a la U en el primer tiempo desesperados por encajar el gol que les diera la tranquilidad, pero gracias a los goles de Lolo, la U se puso adelante en el primer tiempo.

Para el segundo tiempo Alianza reacciona y madruga a la U empatando el partido, pero de dos contragolpes Lolo hace el tercer gol – de la tranquilidad- y el “quemado” Osorio liquidó el pleito.

Al final fue una locura el estadio que la policía no pudo controlar, pero, lo que desde las tribunas saltaron al campo de juego fue para tocar al ídolo, convertido ya en leyenda porque unía dos generaciones en el túnel del tiempo del fútbol peruano.

Acuérdense que Lolo con otros grandes jugadores represento al Perú en fútbol en las Olimpiadas de Berlín en 1936 y con sus dos goles por ganar al equipo de Austria, Hitler el dictador alemán exigió la anulación del encuentro.

Esto originó que toda la delegación peruana de diferentes disciplinas se retirara de dichas olimpiadas y regresaran a suelo patrio, donde la ciudadanía los recibió como héroes nacionales.

La U ganó el partido, un partido que significó mucho, tanto que con Lolo y la gran cantidad de gente que lo acompañó dieron la vuelta olímpica.

Cuando los festejos estaban terminándose Lolo llegó a la boca del túnel, volteó su rostro y levantó el brazo derecho para agradecer los aplausos con lágrimas que mojaron sus mejillas, con su clásica redecilla negra en la cabeza, cuya imagen lo hizo inmortal para todo aficionado que ama el fútbol, y para los fanáticos de la U un orgullo de haberlo tenido entre nosotros, de la que estoy seguro no será nunca superado.

Tuve la fortuna de conocerlo y de conversar con el en infinidad de oportunidades cuando estuvo hospitalizado en la Clínica Maisón de Santé cuando se opero por primera vez de la cadera en el primer quinquenio de los 80.

Inclusive en una de las ventanillas del segundo piso en la clínica que da a la plazuela me vio jugar. Para mi fortuna habíamos ganado y cuando miré hacia las ventanas me encontré de sorpresa con su rostro que me estaba observando.

Siempre los pacientes de la clínica del segundo y tercer piso observaban los partidos en que participaba; ganaba o perdía recibía generosamente sus aplausos.

Los años pasaban y cuando Lolo regresó por ultima vez a la clínica para estar con Dios, lo visité de acuerdo a su estado de ánimo y de salud debido que poco a poco las visitas estaban siendo restringidas.

Hubo una ocasión cuando la U humilló al Alianza el Matute a finales de los 80, creo que le ganamos 4 a 1, sus hinchas de La Victoria fueron a la Maisón de Santé a tirar piedras, justo en el cuarto donde estaba internado Lolo.

Sabiendo sus intenciones me adelanté –había ido al estadio- y pedí el apoyo de la Comisaría de Cotabambas y los que custodiaban el Palacio de Justicia. Estos salieron a poner orden con disparos al aire y dos detenciones de estos hinchas grones, que al final no les formulé cargos por consejo del Comisario, aduciendo falta de garantías debido que el terrorismo golpeaba aún fuerte por la dejadez del primer gobierno aprista.

Cuando murió Lolo en la clínica en 1999, hubo misa de cuerpo presente en la capilla, en el Estadio Nacional, Estadio de Universitario y enterrado multitudinariamente en Jardines de la Paz.

Hay periódicos de la época, hay videos y doy gracias a Dios y a mi madre –porque me facilitó las cosas para verlo- de haber conocido y disfrutado a Lolo con toda su calidad humana, incansable para conversar, sencillo, humilde, contando todas sus hazañas con algo de timidez y mas bien dándole el cariz de una “palomillada” y como parte de la ayuda del destino.

Por eso se le admira y extraña, por eso labró con su sudor y goles una leyenda que crecerá a través del tiempo, porque Lolo en las canchas de fútbol fue un héroe nacional que tiene un lugar especial en las páginas de oro de nuestro balompié.

Ojala Universitario vuelva a tener otro Lolo Fernandez, el Perú lo necesita.

¡Hasta siempre, querido amigo!

MANUEL MARTINEZ ROSAS

PERIODISTA

CPP 2593

LIMA - PERU