Buscar este blog

domingo, 13 de diciembre de 2009

13 DE DICIEMBRE DE ...?

Hace 51 años abrí los ojos al mundo a las 11 y 15 de la mañana en el tercer piso de la Clínica Maisón de Santé, para alegría de mi madre y posteriormente de mi padre –porque no estaba enterado de tal acontecimiento familiar-, de la cual, han transcurrido medio siglo de existencia que en líneas generales lo debo considerar positivo.

Positivo porque he vivido y aún lo sigo percibiendo, tuve gratos momentos de mi existencia, como también los más tristes y diría hasta nefasto con las desapariciones físicas de mis amigos, familiares y padres, especialmente ahora último de mi madre que este mes cumple 08 meses en que ya no está conmigo.

Apretadamente podré decir que uno de mis mayores aciertos fue formarme intelectualmente hasta tener una profesión de periodista, ejercerla en la administración pública, y en algunos diarios en la sección de “Opinión”, de ser militante y dirigente de un partido político; Acción Popular, fanático de Universitario de Deportes que va a un título más en su rico historial futbolístico y deportivo, en pos de alcanzar una Copa Libertadores de América y en valorar la música rock. Si, el gran rock & roll que gracias a Elvis Presley tocamos el cielo de alegría y jolgorio con el ritmo salvaje y el baile pegajoso, las dulces melodías y el romanticismo que aspiramos cuando estamos junto a la chica que nos gusta y los himnos religiosos y baladas tristes cuando este camino empieza a terminarse hasta llegar al final destino para que otros lo continúen con diferente estilo.



Gracias a Elvis vinieron el resto, gracias a Elvis The Beatles llegaron momentáneamente a desplazarlo hasta diciembre de 1968 en que el viejo león decidiera volver a darle un nuevo impulso a la música rock, especialmente por los sucesos violentos que vivía los Estados Unidos.

Gracias a Elvis y sus canciones es que aún sobrevivo, y han tenido razón sus fans: “su música era algo celestial, un mensaje al corazón que llenaba el espíritu y el alma … era un grito de protesta, un canto de batalla que condujo a los jóvenes hasta el triunfo sobre la represión y la moral Victoriana…punto de origen de la revolución sexual y padre de la famosa “brecha” entre las generaciones, precursor de los Beatles …”; dan ganas de llorar y me emociono cuando magistralmente interpreta sus antológicas canciones, de la cual no me canso de escucharlas porque es tan vasta su producción discográfica.

The Beatles eran antes por su alegría de vivir, de tocar sus instrumentos y cantarlos, sobre todo en la época que fui niño, cuando a los tres años me enfermé de la poliomielitis hasta cuando estuve en el colegio, pero al conocer a Elvis el día que murió lo gustos y sentimientos cambiaron.

Si hablamos de Acción Popular, no olvido el ultimátum de La Merced, que criollamente lo conocen como “el manguerazo”, en que un solo hombre, un demócrata acompañado por un puñado de militantes insistían ante la dictadura militar en la inscripción de una candidatura para que la clase media y baja accediéramos a gobernar en beneficio del país, rompiendo una larga racha de gobiernos oligárquicos y plutocráticos.


No ganamos en el 50 pero hicimos una formidable oposición educativa a la ciudadanía visitando sus pueblos y conociendo su realidad; y los frutos lo cosechamos: fuimos gobierno en la década del 60 con los formidables y maravillosos primeros 100 días de “El Perú Construye” (nadie aún lo ha superado), al desbaratar los acomodos de la clase alta en beneficio del pueblo, y la transición y tolerancia de la década de los 80, donde dejamos las bases necesarias para el fortalecimiento del sistema institucional que rigiera sin desviaciones los destinos del país, con la sorpresiva incursión terrorista en que tuvimos que enfrentar. En los 90 volvimos a las calles a protestar por la ruptura democrática, con la advertencia que el dictador iba a terminar preso.

Y así sucedió.

Lima Cercado fue mucho más bella y hermosa de lo que hoy es, cuyo medio de transporte principal fueron los tranvías. No se de dónde habré sacado de niño en llamarlos “los trambosos de tranvías”, la cual jugaba armándolos con las cajas vacías de las pastas dentales, los adornaba y con los carritos que tenía ya estaba en mi propia ciudad transitando y transportándome a mi gusto y con mi imaginación.



La limpieza de Lima era su fuerte, y cómodamente en mi carretilla en una esquina vendía periódicos, especialmente “Ultima Hora” y “El Comercio Gráfico”. Ya estaba con la secuela de la polio y había salido del internado en el Hospital del Niño donde el mal hizo añiscos a mis piernas.

Muchos pensaban que ya no iba a caminar, pero me rehabilité; y fue gracias a la ayuda de mi colegio “La Alegría en el Señor”, donde una gran directora de origen germano, Rosemarie Stemmler, me enseñó a no autocompadecerme, a ser feliz con lo que tenía (cariño y amor), a aprender lo que me enseñaban mis maestros para labrarme mi futuro y a ser autodependiente y libre en la vida.

Gracias a el colegio conocí muchos amigos –que aún los sigo frecuentando-, y quizás lo más importante es que llegué a ser un líder deportivo especialmente lo que estaban en primaria, debido que los defendía ante mis propios compañeros que abusaban de ellos.

Gracias al fútbol sin saberlo me convertí en el eje en que todo giraba a mi alrededor y nadie atinaba a nada si yo no decidía. Jugué 30 años, desde 1970 hasta el año 2000 en que me fracturé el fémur.

Después de mi recuperación por prescripción médica adiós Lulo, adiós al fútbol. Perdí la cuenta la cantidad de goles que anoté, las espectaculares salvadas a mi arco, pero no los cinco campeonatos que gané, y sobre todo dos partidos especiales en 1976 en que los de primaria se enfrentó a la selección de mi colegio, ya cuajado en los campeonatos que participó.

Yo jugué para primaria y le ganamos 2 a 0; no olvido las lágrimas de alegría de mis compañeros, niños, “bebés” para algunos en que con la táctica del contragolpe cayeron en mi trampa. El segundo fue una locura; yo, solo contra la selección de mi colegio y también algunos de primaria se me enfrentaron por espacio de 25 minutos.

A punta de contragolpes, porque mi ventaja era que tenía una buena velocidad y un buen soporte físico en los roces y choques es que en más de una ocasión los asusté, fallando inclusive dos goles porque fueron al palo, pero casi al final cuando la campana ya iba a tocar para regresar a la última clase me hicieron apenas un gol, luego de intentar probar de todos lados, distancias y ángulos.

Fueron quince jugadores contra uno para que en 25 minutos solo me hicieran un gol, lo que origina que pase a ser –para algunos de mis fans que vieron el partido-, como un mito.




No les miento, mi orgullo, mi pecho y autoestima estaba por las nubes en contraposición con el alejamiento de Madezha, que por no ser tolerantes siempre estuvimos alejados a pesar que ambos sentíamos un gran cariño.

En estar en la universidad Jaime Bausate y Mesa e Inca Gracilazo de la Vega me ayudó de sobremanera a recuperar el tiempo en mejorar mi educación, tomando en cuenta que fui una bestia para los estudios por los ceros que tuve cada mes en las libretas de notas. El secreto fue que en revisar los sílabus de estudios me adelantaba a investigarlos, y ya en clase podía hasta dar una opinión de lo que se estaba discutiendo.

Por ello todos los días en las tardes y noches estaba en la Biblioteca Nacional en diversas secciones, pero más paraba en la Hemeroteca.

Influyó también esto en que debía tener un trabajo acorde a lo que pueda rendir y gracias al INABIF lo pude conseguir, llegando al cargo más alto de ser el Jefe (e) de la Oficina de Comunicaciones y hoy Responsable de Trámite Documentario.

Gracias a mi padre aprendí a manejar un auto. Gracias a mi madre hoy tengo el “Escarabajo”, un Wolsvagen coupe del año 70 que por las circunstancias especiales que estoy viviendo se ha convertido en mi fiel compañero y amigo.

No me ha abandonado y si antes se malograba es que no lo conocía a profundidad; hoy puedo decir todo lo contrario, más aún cuando ambos nos cuidamos.

Tengo un buen hermano que me quiere y desde niño me cuidó, me cargó, me llevó a diario a mi rehabilitación en su espalda, hoy públicamente debo decirle mil gracias porque no solo él hizo esto por mí, hay mucho más.

A mis amigos debo agradecerles en ser tolerantes conmigo y en permitirme compartir por breves momentos sus alegrías y entusiasmos.

A mi familia que me queda, mi agradecimiento por su preocupación constante en mi situación de la que estoy.

A mis correligionarios mi agradecimiento en permitirme estar juntos en la lucha por la justicia social en libertad.



Al Club de Fans de Elvis mi gratitud en permitirme tener la colección completa del mejor cantante del mundo.

A mis compañeros de trabajo mi agradecimiento en aceptarme tal como soy, en no verme como un discapacitado sino como una persona normal.

A mis sobrinos mi gratitud, son la alegría y esperanza de los buenos años que hemos estado juntos.

A Amelia mi especial gratitud, fue la persona que me hizo virar 180 grados para vivir de otro modo la vida y enfocar de manera optimista el futuro.

A esta edad quedé solo y no me avergüenzo en decir que a mi mamá la extraño, hoy en mi onomástico, mañana en Navidad y pasado en Año Nuevo. Soy conciente que las personas siguen su rumbo, su camino y si no hay interés en mi, deben seguir su línea, y yo sigo el mío, sobre todo después que ya pasó la partida de mi mamá y que por los días que pase esto poco a poco se irá olvidando.

No olvido rezar por ustedes y por otros también que me ayudaron o que inclusive me quisieron hacer daño, y por ahora en este 13 de diciembre decidí estar en un aislamiento voluntario a fin de sentir que el espíritu de mi mamá esté conmigo y que posiblemente con humildad arrodillándome ante Dios, agradecerle que la U de una vez termine el campeonato con una estrella más en el pecho.

“Viejo es el viento, pero sigue soplando”, dijo alguna vez Valentín Paniagua, y yo le agrego que no descarto nada y sigo empeñado en lograr mis objetivos hasta cuando la post polio lo permita.

¡La lucha continua, sigo adelante!. A pesar de mi onomástico y la Navidad. ¿Por qué tengo que ponerme feliz si no tengo nada que celebrar?

MANUEL MARTINEZ ROSAS

CPP 2593

LIMA - PERU