El mal del Escarabjo fue el derrame permamente de la hidrolina, combustible esencial para la potencia del motor y su arranque. Sin ella el motor funciona pero el auto no se desplaza debido que la caja de cambio queda inutilizado.
Se reparó primero en la Factoría PucarWagen, pero no quedó bién, siempre la pérdida de hidrolina era la debilidad del Escarabajo, quedándome plantado en la calle en tres oportunidades.
Pero, coincidiendo con mi viaje a México, aproveché en llevarlo donde AUTOMOTRIZ MC, cuyo Gerente General es Marcelino Chumpitaz, casado con la persona que desde niño me cuidó; Filomena, al que cariñosamente le digo "Tio".
El Escarabajo se quedó en el taller ubicado en la Tablada de Lurin y yo me fui a México. Por internet me comunicaron de la gravedad del asunto, el problema del desgaste del retén cuyo repuesto de origen alemán ya no hay en el mercado peruano, lo cual se tenía que fabricar.
En México los repuestos son de su propio origen, es decir de allí mismo y no existía para cajas semiautomáticas como lo tiene mi Escarabajo.
Marcelino conjuntamente con sus hijos con mucha dedicación y paciencia arreglaron el Escarabajo y logró salir justo en el momento que se cumplía un año del fallecimiento de mi mamá.
Ironías de la vida, el Escarabajo estuvo presente en testimoniarle su homenaje.
Pero otra fatídica fecha, 21 de abril fue la noche, cercana a la madrugada en que el Escarabajo sufrió otro derrame de hidrolina, como que se le "subió la presión" por acompañarme a verificar el engaño que fui víctima de la persona a la que más quería en la vida al estar con otro en posiciones muy cariñosas.
De Barranco a una velocidad de 120 KM/H en la vía expresa llegué a Lima, para estar dando vueltas por el Cercado cerca de las 3 y 15 de la madrugada en que el Escarabjo me advirtió que no tenía Hidrolina.
Estaba frente a Palacio de Gobierno.
Con mucho esfuerzo nos movilizamos hasta la primera cuadra del Jr. Azángaro donde como la pista era bajada hasta mi casa, por inercia el Escarabajo logró llegar a su destino.
A las 6 de la mañana la grua del Touring Club lo remolcó nuevamente a la Lurín donde nuevamente se quedó.
A falta de mi fiel compañero y de la soledad en que vivía, mi estado de ánimo era de lo peor, porque en realidad me sentía vulnerable, más aún cuando Marcelino me informa que el retén estaba decentrado y que la bomba de aceite estaba gastado. En ambos casos se necesitaba piezas nuevas, en el mercado no los había.
Pero la sabiduría de mi tio y de sus hijos, el ruego de Filomena ante Dios y a mi mamá y el cariño que le pusieron con la persistencia que tenía que ser arreglado, pasaron cerca de mes y medio para que el Escarabajo pudiese salir nuevamente a las calles.
AUTOMOTRIZ MC hizo el milagro con solo reparaciones que en estos instantes el Escarabajo esté transportándome con el ahorro inmenso de los taxis y de facilitarme el desplazamiento debido que por una caida quedé mal del pie y no puedo caminar mucho por el fuerte dolor que siento.
Y algún día regresó el Escarabajo, estando presente con su familia en el Festiwagen 2010 que organizó Caveperú, el club oficial de los VW Escarabajo con motivo del 75° aniversario mundial de la creación en Alemania de este importante vehículo conocido en esos días angustiantes por el nazismo como el "auto del pueblo".
En esta significativa reunión más de 100 aficionados al vehículo escarabajo estuvimos presentes y tuvimos la oportunidad de disfrutar de los conciertos de la denominada "hora loca", que fue bien bacán, la exposición de los VW en que se apreció novedades -en especial en los motores-, caravana, sorteos, show infantil y audio tuning.
Las diversas variedades de los "bolochos" o escarabajos se apreciaron frente a la Municiaplidad de Los Olivos gracias al mencionado club en que se pudo descubrir, contemplar, conocer y disfrutar sacando una conclusión: el escarabajo VW tiene vida para rato, más aún cuando se presentaron muchas respuesteras especializados en la marca, lo que garantiza lo ya dicho.
El Escarabajo ha estado contento, estuvo con su familia, llamó con orgullo la atención por ser el único en tener su caja de cambios semiautomática y sobre todo que es conducido por mi, por una persona discapacitada, comentando muchos que es la primera vez que observan y conocen tal hecho.
Gracias a Dios, gracias a Marcelino, a Filomena y a sus hijos en devorverme sano a "mi engreido" en un momento en que la depresión y la angustia me está haciendo mella en mi salud.
Conducirlo me esforzará a cuidarme en no tomar demasiado licor, en no golpearme, en no deprimirme y en continuar en la vida luchando por llegar a mi destino, encontrando siempre obstáculos que pacientemente los estoy superando.
MANUEL MARTINEZ ROSAS
MANUEL MARTINEZ ROSAS
PERIODISTA
CPP 2593
LIMA - PERU