Así es como lo saludaba cariñosamente a Starky, un perro fino de raza cooke spanish que nos ha acompañado por espacio de 15 años.
Tristemente tengo que decirlo, partió hace dos semanas sin sufrimiento y solo durmiendo plácidamente en su cama con todos los cuidados que le dio Ana, la hermana de mi cuñada.
Es triste decirlo que se fue y me pregunto también los perros por qué se tienen que morir.
¿Una pregunta imbécil? ....¿nooo?, pero de la muerte hasta nuestras mascotas más queridas no escapan y hoy de seguro estará con mi mamá, que mucho se ha encariñado hasta tal punto que se preocupaba de su comida y de su salud porque era la alegría de todos nosotros cuando saltaba o lo fastidiabamos con jalarle cariñosamente sus largas orejas.
Y Starky entendía el cariño, pero no le gustaba que le agarren su cola. Allí si que mordía pero suavemente como diciéndonos: "Oye que tienes".
Desde muy pequeño lo trajeron a la casa, creo que días de nacido y el pobre Starky (bautizado de una serie policial de moda en ese entonces), no paraba de llorar como diciendo "¡que hago acá y donde están mis padres!".
Como quince días que no dormíamos bién por el lloriqueo de Starky, por más cariños que le hacíamos; mis sobrinos, mi cuñada, mi hermano, Ana, yo y hasta mi mamá que no era muy afín a los animales, pero que con Starky aprendió a quererlo hasta considerarlo como un miembro más de la familia.
La ventaja de Starky es que aprendió a ser limpio y sabía dónde hacer sus necesidades, en un rincón de la puerta del baño con un paquete de periódico especialmente preparado.
Con el transcurrir de los días, los meses y los años Starky creció sano y fuerte, no sin antes pasar por un gran susto que casi le cuesta la vida al detectársele una enfermedad que poco a poco le paralizaría el cuerpo.
Felizmente ya tenía el Escarabajo y casi toda la familia (hasta ahora me pregunto cómo entrabamos), preocupados nos ibamos a distintos veterinarios ... no daban con la cura; hasta que uno dijo que su mal era irreverible y que de todas maneras iba a morir.
Pero al menos nos dio una última pista, que vayamos a su maestro, a su profesor que le enseñó en la Universidad de San Marcos, a su consultorio que quedaba en Miraflores.
Disparados nos fuimos allá.
Al llegar nos dimos cuenta que el veterinario era bien cotizado, tenía muchos pacientes y cobraba bien por consulta.
Cuando lo revisó a Starky, nos alivió al decir que su enfermedad si tenía cura y en base a puras inyecciones, una alimentación especial y mucho descanso el "pellito" se recuperó plenamente.
Cuando lo revisó a Starky, nos alivió al decir que su enfermedad si tenía cura y en base a puras inyecciones, una alimentación especial y mucho descanso el "pellito" se recuperó plenamente.
Cuando todavía jugaba fútbol fue un excelente entrenador. En los campeonatos últimos que he participado por mi cuenta con mi sobrino o con Starky entrenaba.
¿Cómo? ... dirán ustedes. Para desarrollar mi habilidad y precisar mi puntería con ambos bastones le alzaba la pelota y se lo entregaba; y Starky saltaba y con la punta de su nariz me lo devolvía, haciendo como un toma y dame.
Luego lo cabreaba, es decir que él me marcaba hasta quitarme la pelota. Con todos estos ejercicios ya estaba preparado para disputar los que serían mis últimos campeonatos con la Quinta Generación.
Cuando la familia se mudó a Surco, también se lo llevaron a Starky. Mi mamá y yo pensamos que estaría mejor cuidado y cada vez que lo visitabamos nuestro "pellito" saltaba de alegría y movía inquietamente su pequeña cola.
Por las visitudes de la vida, cada vez más nos fuimos distanciando y las pocas veces que veíamos a Starky la nostalgia nos invadía.
Siempre mi mamá preguntaba por él, creo que nunca olvidó que con Starky rompió el parámetro de rechazar a las mascotas.
Por las visitudes de la vida, cada vez más nos fuimos distanciando y las pocas veces que veíamos a Starky la nostalgia nos invadía.
Siempre mi mamá preguntaba por él, creo que nunca olvidó que con Starky rompió el parámetro de rechazar a las mascotas.
Con Starky fue distinto.
Los tiempos han pasado, los años igual; ya partió mi mamá y le siguó los pasos Starky que de seguro estarán juntos viéndonos lo que hacemos.
Por el momento fue enterrado en el patio de mi casa en Bertello hasta la construcción de la misma, en que será retirado para ser incinerado y guardar sus cenizas en un cobre.
Esta acción me hace recordar lo que le pasó a Layka, la mascota de Amelia, que con mucho sufrimiento murió y tuvo que ser incinerado y guardado en un hermoso cobre para tranquilidad de ella de sentirse todavía acompañada.
También con el Escarabajo correteamos en esos tristes momentos por la costa verde hasta San Miguel, donde observamos como Layka era cremada en regulares hornos.
Sus cenizas nos lo entregaron 48 horas después.
¡Pellito...Pellito ....Pellito...!; ¡Hola Pellitooooo...!, ya no volveré a decirlo porque Starky ya no está. pero su recuerdo perdurará hasta el resto de mis días, como también -creo-, sentirán el resto de la familia.
¡Adios Starky, de seguro nos volveremos a ver ... si es que me porto bién aquí en la Tierra!.
MANUEL MARTINEZ ROSAS
PERIODISTA
CPP 2593
LIMA - PERU