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sábado, 11 de diciembre de 2010

LULO: 52 AÑOS; BALANCE Y REFLEXIONES DE UN AÑO DURO

Gracias a Dios he sobrevivido este año, pero ¿por qué?.

¿Por mi constancia, por suerte, por la ayuda de los demás, por mi espíritu de lucha?. Debo señalar que de todo lo mencionado un poco ha sido de ello, pero dejando en claro que el mayor peso lo lleva mi espíritu de lucha, una lucha constante y tenaz no solo para que mi cuerpo no envejezca o no quede tan malogrado de lo que está por la secuela de la polio, hoy científicamente llamado la “Post polio”, sino también por las penas, amarguras y desilusiones que todo ser humano a diario debe sufrir porque ello está acompañado en la vida y si la superamos será la mayor recompensa que lograríamos para que a la hora de estar ante nuestro Padre Supremo, tengamos la frente en alto para decirle que hemos cumplido con sus designios y hemos defendido su legado que Cristo nos dejó.

A Dios gracias que la recuperación anímica va viento en popa y sigo escalando posiciones para salir del hoyo en que me encontraba producto de una decisión que nunca hubiese deseado ejecutarla, pero las circunstancias y los hechos me obligaron a fin de no deteriorar una gran relación de una persona que me conoció como una roca y me pulió hasta convertirme en un diamante valioso. Esa mujer me trasmitió nuevas energías, me puso al tanto de la vida y con su sencillez y alegría me hizo ver de otra manera la manera de vivir, de gozar, de ser solidario y de tomar en toro por las astas en momentos cruciales.

Ella es Amelia.

Vamos al principio de este año que se termina.

Lo más grandioso al empezar el año fue mi viaje a México, a la capital mexicana, a la Basílica de la Virgen de Guadalupe y a Acapulco que está a cinco horas de viaje por carretera.

Y después de muchos años volví a nadar mar adentro, lo cual me demostré que aún puedo hacerlo, no siendo así con el fútbol, debido que cuando me disponía a entrenar siempre algo me sucedía; una caída, un golpe, la presión, el dolor a los brazos, en fin, siempre algo me lo impedía.

Y todo ello fue gracias a mi hermano David, que lo vi tan emocionado cuando me vio llegar solo, estuvo complacido de atenderme y de conocer muchos lugares de este hermoso país (que indudablemente tiene muchos problemas similares a nosotros los peruanos) , de gozar juntos en la televisión por cable cuando observamos los partidos de la Copa Libertadores en que jugaba Universitario, y de quedarse triste y pensativo cuando partí a Lima cumpliendo una estadía de aproximadamente 12 días.

La gran acción que hice fue gracias a Amelia. A mi regreso a Lima con ella me proponía en tener una relación mucho más formal, inclusive se me cruzó por la mente en proponerle matrimonio e ir a vivir en la casa de Bertello (próximo a construirlo), debido que eran casi 10 años en que nos conocimos y la amaba demasiado, pero que por esas raras circunstancias de la vida mi mamá era la primera persona que tenía mi atención y mis cuidados; y que quizás por ello, de repente, había

descuidado mi relación personal con Amelia, hasta que bueno, … en fin, apareció otro y pudo más que yo.

La acción de Amelia es que ambos estábamos disfrutando un domingo en la mañana en la piscina de Huachipa, el cual, ella observó que dos niñas -10 y 12 años aproximadamente-, se estaban ahogando con su tío que trató de sacarlas pero que no sabía nadar.

Los tres estaban en la parte profunda de la piscina y ella me pasó la voz y me advirtió: “Manuel, esas dos niñas creo se están ahogando”.

La miré a ella y luego a las dos niñas con el tío, y le dije que estaban jugando, pero al percatarme que efectivamente se estaban ahogando, sin dudarlo me tiré al agua sin antes pedirle a Amelia que urgentemente avisé a la administración de lo que estaba sucediendo.

Me acerqué nadando a ellos y les grité que se calmaran y que me agarren de mi brazo y que nos empujemos al muro más cercano, pero el Tío me soltó, y como observé que tenía suficiente aire lo dejé y me centré en las dos menores. Una de ellas, la mayor, la levanté del agua y recuperó un poco el aire y ya más calmada la empujé al muro. “¿Y la otra … donde m … está la otra?” me pregunté desesperadamente cuando veo que ella estaba al fondo del piso, sin movimiento y sin respiración, porque burbujas no salía del fondo del agua.

Buceé, fui al fondo y me asustó su rostro …¡no respiraba!, y pensando lo peor pero actuando con rapidez la cogí de su brazo y logré sacarla del fondo y llevarla al muro donde todo el mundo estaban observando lo que hacía. Saqué a la niña pero no respiraba y lo peor de todo … no me acordaba como era la respiración boca a boca y nadie lo sabía.

Amelia no encontró a ningún responsable de la piscina.

Así que lo que se me ocurrió fue ponerla de costado a la niña con su rostro hacia abajo …. rezando a Dios para que reaccionara.

¡Y reaccionó!, comenzó a botar agua y a respirar de a pocos hasta que paulatinamente esta se normalizó … pero quedó maltrecha y cansada, y el Tío que recién estaba llegando por el otro muro también muy agotado, pero que de inmediato salió de la piscina y vomitó pura agua.

¡Esto fue obra de Dios!, que me diera la fuerza suficiente para que con un brazo levantara el peso de una niña que quién sabe cuántos kilos pesaría y la pudiese sacar del fondo del agua.

¡Con un solo brazo!.

Se imaginan ¿cómo estaríamos todos si esas niñas se ahogarían en una piscina?. Y lo peor, no había salvavidas o este –como me dijeron después- llegaría tarde.

Ya mas tranquilo y pensando lo que hice –porque no lo podía creer-, me fui al otro extremo donde Amelia me dio el encuentro. En su rostro noté sorpresa e incredulidad de lo que hice al igual que el resto, que dudaban cómo una persona discapacitada pudo hacer esta acción de salvamento.

De repente al intercambiar impresiones con Amelia me entró un terrible escalofrío –no sé por qué- y tuve que abrazarme de ella para que me transmitiese el calor de su cuerpo. Había pensado que con el esfuerzo desplegado la presión se me estaba subiendo rápidamente, pero afortunadamente no fue así debido que por espacio creo de 10 minutos mi presión volvió a la normalidad y el calor de mi cuerpo también.

La misa de mi mamá conmemorando el 1° año de su partida fue un gran día porque estuve acompañado de mis familiares, amigos, compañeros de trabajo, mi hermano que vino especialmente de México y mis otros hermanos; Gloria y Jorge quienes así nomás no se les puede ver por motivo de sus trabajos y sobre todo de la presencia de Amelia. Con razón mi prima Martha acertando un poco dijo: “se le ve medio raro a mi primo, como rejuvenecido, contento, alegre, algo tiene que muy pocas veces lo veo así”.

Y es que sentía la presencia de mi mamá, que todos estábamos juntos y que después de la reunión en uno de los salones de la Iglesia María Auxiliadora, llevaba a mi hermano y mi sobrino a sus casas para luego hacer lo propio con Amelia ya a solas. Pero no pude o ella no quiso esperar mucho; su compañero lo estaba esperando afuera y tenía temor de mi reacción por lo que a regañadientes tuve que aceptar que se fuera, a fin de cuentas no tenía que apresurar la atención a los invitados de la familia, del cual es la última vez hasta reanudarlo cada quinquenio.

Después de ello, los siguientes días comenzaron para mí a convertirse en oscuros pasajes que debí afrontar. Ya una “pitonisa” en el INABIF cuando trabajaba conmigo me lo había advertido, pero no lo tomé mucho en cuenta hasta que sucedió –creo- lo inevitable.

Con el Escarabajo que en ese tiempo estaba en el taller Automotriz MC (de mi Tío) y Amelia visitándome los domingos, en el último de ellos comprobé que se estaba entendiendo y salía con su compañero y como es comprensible tuvo que ser mi última visita y en también verla, lamentándome en un principio y cuestionándome de en dónde pudo haber estado mi falla, si en algún momento tuve reales oportunidades para convivir y casarme con ella, si de verdad me habría querido no como un amigo, sino como un hombre o simple y llanamente su compañero es mucho más versátil que yo.

“Manuel, estoy saliendo con otra persona”, me dijo ella; no le tomé mucha importancia hasta que la realidad me hizo recapacitar por más que traté de salvar nuestra relación con el riesgo de perder mi orgullo o de aceptar ser un plato de segunda mano.

Y con estos cuestionamientos pasé a vivir el lado más oscuro de mi vida en que peligrosamente caí en la depresión y en la pérdida de mi fé.



Y peor me sentí cuando el imbécil de Piero Alva perdió el penal decisivo en que Universitario en la Copa Libertadores hubiese eliminado al Sao Paulo en el propio Brasil cuando terminamos empatados 0 a 0, siendo mi equipo peruano el menos batido del referido campeonato.

Como dije en una oportunidad mi consuelo siempre fue el fútbol. No lo puedo jugar, pero la U estaba allí en la pelea en pos del ansiado título continental porque equipo teníamos al igual que un gran entrenador: Juan Reynoso. Si acá fui al estadio, en México lo vi en televisión y a mi regreso ya con la pena encima de Amelia, en ir a ver a la U –saliendo temprano del INABIF- era un gran consuelo, aunque a pesar que habían siempre más de 40 mil personas me sentía solo contemplando a 11 jugadores cremas que de alguna forma me hacían olvidar lo desagradable que era la vida.

La U era mi cura emocional hasta como repito, el imbécil de Piero Alva lo echó a perder todo. Al salir del estadio siempre me preguntaba: “Y ahora …¿qué hago?, ¿dónde iré a parar?.

Hasta que volví después de tiempo a mi vida cuando era adolescente; en trasnochar con diversas “conejitas” del Cercado de Lima y de Huachipa, la cual, en muchas ocasiones iba a trabajar sin dormir ni cambiarme de ropa. Allí me aseaba a fin de estar limpio y no entrar en sospechas; y por otro lado a ampararme en el licor, la cual como en ese momento no manejaba me excedía pero sin perder el control de mi mismo.

En estas circunstancias siempre fui a misa, a la Iglesia María Auxiliadora en Breña quizás como haciéndome la idea que mi mamá estaba allí o recordando su caminar, cuando rezaba, cuando comulgaba, cuando “conversaba” directamente con la Virgen. En fin.

Una reconsideración que recibí por parte de mi jefa cuando se dio cuenta de mi accionar fue el inicio de una tardía reacción que fue aligerándose conforme pasaban los días y los meses. En tomar conciencia de la situación salarial por la que atraviesa el INABIF con las pocas remuneraciones que tenemos y en culminar sin darme cuenta con los papeleos de la sucesión intestada en que formalmente tomaba posesión de todos los bienes de mi mamá y de la cancelación de todas sus deudas que dejó, me abrió los ojos a que debía culminar a la brevedad posible con la construcción del primer piso, del cual lo tendría bajo mi posición, dejando a mi hermano y sobrinos el segundo y tercer piso de manera separado.

Logré con el apoyo de mi sobrino David la autorización de la Municipalidad de Lima para la construcción, faltando culminar los papeleos del crédito hipotecario en el Banco de la Nación del cual estoy abocado lentamente pero seguro con los requisitos documentarios que me solicitan.

Pero el verdadero despertar y la definitiva reacción fue cuando estuve presente en la misa en que culminaba al año litúrgico, cuyo evangelio trató del juicio final, de cómo debería estar preparado llegado el caso que Dios me llamaba.

Y con qué argumentos me iba a presentar ante él. Derrotado, amargado, humillado, lamentándome de mis desdichas y en no haber cumplido con la misión que me había encomendado.

Me habría condenado a no ver más a mi mamá, a mi padre, demás familiares y amigos; a Elvis, a Belaunde … je…je…je….; ustedes dirán ¿hasta dónde llega mi imaginación?. Pero ¿por qué no?. Quién sabe. Pero lo real es que el sentimiento que me tuvo atado por espacio de 10 años estaba desapareciendo por arte de magia hasta convertirse hoy en un polvo en el viento, quedando solo gratos recuerdos como mis demás amistades o enamoradas que en su momento tuve y de la cual mantengo eventuales comunicaciones.

Los shocks mentales son buenos y no es la primera vez que me pasa. Gracias a mi experiencia esto pasó o mejor dicho “me curé” en forma digamos muy rápido, demasiado diría porque en estas circunstancias de mi vida, próximo a cumplir 52 años –pero que parece que hubiese vivido 10 años más-, no debo perder tiempo, sintiendo en mi cuerpo y en mi alma que mi vibración está en optimas condiciones por la buena fibra que tengo para seguir luchando por mi bienestar y por los que me rodean, por los que sinceramente me quieren y tienen un especial cariño en mi.

Debo seguir siendo el ejemplo para el resto de las personas que me conocen y me rodean que en mis condiciones físicas yo lucho y no me doblego ni me siento menos que el resto; al contrario, siempre los reto a que superen lo que hago –como en mi viejos tiempos-, no sintiéndome acomplejado si es que la razón no está de mi lado, sino de aprender de ella porque es una actitud sabia.

La palabra mágica ¡Adelante! que en vida Belaunde me enseñó siempre lo tuve a mi lado a veces sin darme cuenta que lo aplicaba o lo cumplía en todos mi actos, y la advertencia de cómo Elvis terminó con su vida siempre lo pensaba y tenía de ejemplo para no seguir el mismo camino porque debe ser un tormento y una angustia en morirse solo sin que nadie lo pueda ayudar.

Y a Elvis le pasó eso, pero no se si estuvo preparado para enfrentar a la muerte, solo se que se estaba preparando y en esa situación me encuentro a fin de terminar dignamente mi misión en que me fue encomendado.

Acción Popular me impedirá nuevamente de intentar postular al Congreso de la República “gracias” a la cúpula de dirigentes que no cumplieron con realizar las elecciones internas y de elegir “a dedo” a los representantes congresales y de conformar la alianza con Perú Posible, en lugar de haber sido por el movimiento Adelante. El esfuerzo de Elías Mendoza fue infructuoso, y fue una gran pena verlo salir del Plenario del AP desilusionado, amargado y con cara de pocos amigos, lo mismo que a Javier Alva Orlandini, su presidente, del cual no me explico cómo 16 departamentos votaron a favor, 08 en contra y 03 abstenciones del Comité Político, votaron a favor.

En fin, estoy meditando en acatar o no el acuerdo.



Pero, más contrastes trae la vida con el fallecimiento del Sr, Luis Bringas Silva, quien fue un gran jefe del INABIF quien le tocó la ardua tarea de reorganizarlo, de la Srta. Begoña Astigarrada, una cumplidora servidora estatal de dicha institución, de Johnny Coronado, quien a finales de los 60 me enseñó a jugar el fútbol y en haber superado en solitario en no poder eventualmente caminar a consecuencia de un gran golpe en el tobillo, el cual, un día tuve que ir a trabajar en silla de ruedas.

Pero a Dios gracias la recuperación fue rapidísima a pesar la pequeña fisura que tuve y que felizmente –creo-, cicatrizó.

El contraste por ejemplo hoy en diciembre es que ha salido un nuevo CD de Elvis titulado “Viva Elvis”, similar a lo que hicieron The Beatles con su CD “Love” hace tres años, en llegar a portas al 2011 con esperanza y optimismo similar a los inicios de las décadas del 70 (cuando pasaba a 3° de primaria), 80 (el retorno de Belaunde al gobierno) y 2000 (comprendiendo cuánto mi mamá me quería por los cuidados que me daba en el instante que estaba doblegado en mi cama producto de la fractura de mi fémur y cadera) y ahora 2011 en que me parece que será mi última oportunidad de tener una década promisoria con optimismo y con ganas de seguir luchando en pos de lograr los ideales siempre postergados, incumplidos o hecho a medias.

De reafirmar mis convicciones ideológicas que el dinero no lo es todo, es un medio de vivir, que para vivir la vida hay que planificarla y no vivir del momento, que para tener en paz tu conciencia hay que ser solidario, justo, altruista, honesto y consecuente de tu pensamiento con los hechos.

Habré de equivocarme muchas veces, pero eso denotará que estoy actuando y no lo estoy haciendo por maldad, de repente por ignorancia, pero siempre con un pensamiento que es lo correcto hasta que me demuestren lo contrario.

Esto es pues amigos un resumen apretado de este año y lo que me proyecto en el futuro, avisorando algo mejor quien sepa manejar mejor su vida sin complejos, artimañas y mentiras.

¡Hay que cuidarse!, si, hay que cuidarse; y para ello está Dios nuestro Padre Celestial que está en todos lados y quiere el bien para todos.

Al fin y al cabo no estoy peleado con nadie ni tengo enemigos, felizmente ello me da una gran tranquilidad y una gran paz espiritual que me ayuda como un ermitaño a seguir viviendo, quien sabe hasta llegar a mi destino con haber cumplido mis obligaciones y en haber dado una lección o enseñanza que les pueda ser de utilidad al resto de ustedes en el futuro.

Gracias por tener la paciencia de leer este testimonio amigo(a) y a mis correligionarios (aunque no le guste a Mr. Fantasy je..je..je… un abrazo mi amigo DJ.) en enero me ocuparé de Acción Popular y su reciente Plenario Nacional, porque el pan caliente para el 2011 son las elecciones presidenciales.

¿Quién ganará?.

MANUEL MARTINEZ ROSAS

PERIODISTA

CPP 2593

LIMA - PERU





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