El descubrimiento de ese repentino desamor es una experiencia dolorosa que nunca resulta fácil de manejar.
La mujer, según los psicólogos, tiene la dudosa ventaja de percibir antes que el hombre cuándo la llama del amor se ha apagado.
Son muchas y muy variadas las formas en que la mujer percibe el fin del amor. Cada una tiene su manera muy personal de descubrir que los sentimientos que le inspiraba un hombre se han esfumado para siempre.
Lo que resulta más impactante para la mayor parte de las personas que dejan de amar es que no siempre se encuentra una explicación clara y lógica para lo que sucede.
Algunas veces desde luego, hay razones muy evidentes para dejar de amar a una persona (lo escrito anteriormente concerniente en tener un amante) por ejemplo, pero en muchas otras no hay explicación lógica para lo que sucede.
En ellas el desamor resulta tan caprichoso y tan inexplicable como el amor.
También existen muchas diferencias entre la forma en que va surgiendo el desamor, tantas como en la que surge el amor. Así como hay amores que sufren una muerte súbita, hay otros que van esfumándose poco a poco hasta que dejan de existir.
Entre estos dos extremos existe una gama infinita de posibilidades.
Por lo tanto, resultaría muy poco válido hacer recomendaciones para evitar que el amor se acabe porque jamás tendría una aplicación general.
Por otra parte, casi siempre se considera como víctima a la persona que ha dejado de ser amada. Sin embargo la realidad de las cosas es que dejar de amar suele también ser una gran tortura, sobre todo cuando hay un matrimonio de por medio.
La voz insistente que nos dice que ya no amamos a la persona que se suponía que íbamos a amar hasta el fin de nuestros días puede llegar a convertirse en un verdugo inmisericorde muy difícil de resistir.
Pero como lo que estoy apreciando y analizando en estas últimas décadas, me atrevo a afirmar que esto ya no es así, debido que los conceptos han cambiado a lo liberal, es decir, como si ya no se ahogarán en un vaso con agua, sino que con sus hijos -si los tienen-, buscarán su felicidad.
Los que no tengan hijos, simplemente habrá mayor libertad de acción para "consolarse" con un amigo (a) en especial o en todo caso enfocar su esfuerzo en otros fines.
Pero lo más importante de todo esto es lo que afirman muchos psicólogos y esto lo escribiré con mayúsculas: "LA SEÑAL MÁS INCONFUNDIBLE DE QUE SE HA DEJADO DE AMAR A UNA PERSONA ES QUE SE LE HA DEJADO DE ADMIRAR Y RESPETAR".
Duele ... ¿no? si es que esto es verdad. Que te deje de admirar y respetar la persona a la que tú amas prácticamente se termina.
Preferirías morirte o que la tierra te trague.
¿Valdrá la pena un último esfuerzo para revertir la situación?.
La verdad es que da miedo, y habrá que ir a la defensiva y decidir si verdaderamente valdrá la pena en ir en un plan de reconquista, sin dejar de lado lo que Dios ordena.
¡Hay conflicto entonces de pensamiento!, lo que es el ideal y la realidad y en ello es muy difícil manejar.
El desamor por un amante es explicable por este último concepto. Habrá que tener mucho valor para afrontarlo y decisión para saber que es o no correcto.
Al existir el desamor la culpa será de su pareja que no supo manejar la situación, dejando que su compañero (a) busque sin darse cuenta otros afectos superiores a lo que tiene.
Esto es pues algún concepto de ¿Por qué dejamos de amar?, no enfocando el carácter o la personalidad de la persona porque al final de cuentas, todos tenemos virtudes y defectos.
MANUEL MARTÍNEZ ROSAS
PERIODISTA
CPP 2593
LIMA . PERU
2 comentarios:
Hay que tener la suficiente humildad para lograr una posible reconciliación, ello me parece, creo....
tiger, para que estan los amigos, buscaremos "una" alegría para ti, AzÁngaro ya es el pasado, tu nueva casa es el despertar.
Publicar un comentario