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lunes, 17 de diciembre de 2007

LA FRECUENCIA MODULADA SE LLENA DE MIL SONIDOS

Parecía que después de tres décadas maravillosas, el rock había tocado techo y que los años 80 no iban a aportar nuevas sorpresas. Pero gracias al propio espíritu de la música, no fue así.
Esta década saltó a la palestra impulsada por potentísimos motores que le proporcionaron movimientos continuos y que además traían el impulso de las épocas anteriores, en forma de experiencia, conocimiento y deseos de superación.
Se desencadenó un auténtico rosario de movimientos, tendencias, experimentos y aventuras; y por supuesto no todo fue un triunfo debido que el fino tamiz del público, que es arbitro inflexible e imparcial, no dejó calar muchas de las ideas o anti-ideas que se fueron proponiendo a lo largo de estos diez años.
En su deseo de conquista del continente europeo y con vocación de cruce del Atlántico, los británicos atacaron con todas sus baterías. Proliferaron los grupos nuevos, las demostraciones punk, el decibélico heavy metal, la electrónica, el inmortal rock & roll y un sinnúmero de derivaciones que ampliaban continuamente los horizontes del rock, pese a que muchas de ellas no vieron su continuación.
El continente dio cumplida respuesta a la avalancha del otro lado del canal y respondió con cartuchos españoles, alemanes, holandeses y ayudas sueltas de otros países, pero la influencia y la fuerza de los grupos británicos penetraba cada vez con más intensidad, como lo dejaron en claro Queen y The Police.
Todo ello era positivo y bueno para la música porque desarrollaba el deseo de tener más, de comparar, de criticar, de gustar o de no agradar, y por tanto los pueblos siguieron en la onda del rock, fuera de una u otra manera.
A la vista del tumulto de placer, de apasionamiento y de mercado que esta corriente había creado, las grandes multinacionales, en este caso americanas, aprovecharon la coyuntura y colocaron como corona del show business a unos auténticos fenómenos artísticos-sociales que superando todas las expectativas por optimistas que hubieran podido ser, produjeron un estallido inconmensurable y subrayaron una vez más la fuerza de la música de nuestro tiempo.
Los Michael Jackson, Madonna y Prince dejaron bien sentado que el rock seguía teniendo cuerda para rato y que los públicos se iban ampliando, ya que incluso se hablaba de rock para los adultos.
Jethro Tull, Yes, Pink Floy fueron dichos exponentes para el mencionado sector.
Por eso el rock se acercó prácticamente a todos los terrenos: estuvo presente al lado de la ópera, en el ballet, en las felices uniones de música clásica y moderna, en los conciertos entre grandiosas figuras de la otra música y actuales estrellas roqueras.
Demostró que forma parte de nuestras vidas y que tiene una tradición que ha creado escuela de proyección al futuro. El retorno hacia delante se había hecho realidad y el rock había sido un crisol fusionante de todos los movimientos y corrientes musicales y sociales de la década.
El siglo XX terminó rápido rumbo a la puerta del XXI y una de las más grandes aportaciones que legará a estos próximos 100 años será sin duda la consecución del rock & roll, con todo su esplendor y circunstancias universales.
Los sobrevivientes a estas cuatro décadas no se darán por vencidos. En los 90, muchos de ellos regresaron ya sea en vivo o por medio de la computadora y el DVD.

Manuel Martínez Rosas
Periodista
CPP 2593

1 comentario:

Anónimo dijo...

te recomeindo que te conectes con JAVIER LISHNER Rock Around the Blog, estoy seguro que te va interesar
saludos
vamos boys