Un año más se cumplió que mi verdadero padre no esté físicamente conmigo o con sus familiares que lo extrañan o hechan de menos.
Recordemos que él dejó esta vida terrenal un 04 de octubre de 1991, para integrar la parte espiritual, quizás estar al lado de Dios nuestro Señor.
Creyentes o no creyentes debemos admitir que hay algo más allá de la vida terrenal, no sabemos lo que vendrá después de la muerte porque como dice el Catecismo Holandés es incierta la muerte.
Puedes quedarte frio y mudo en una oscura tumba, ese será tu cuerpo. Pero el alma existe.
Ese es la gran esperanza en nuestra vida que garantiza para siempre tu existencia, siempre y cuando apruebes el examen divino ante Dios, cual es la forma y manera que te hayas comportado en la tierra y con tu semejantes; si haz sido bueno, generoso, gentil, dócil.
Pero sobre todo temeroso ante Dios.
Esta pequeña introducción resume en gran parte el comportamiento de mi padre conmigo, una persona generosa pero de carácter fuerte ante la injusticia, porque ejerció la abogacía y fue maestro, un docente del Estado que estuvo siempre orgulloso del papel que cumplió en la instrucción de sus alumnos, en hacerlos hombres de bien al servicio del país.
Nació hace 94 años en Cabana, ubicado en Pallasca; un pueblo cuya geografía hasta hoy siempre es difícil para dominarla debido al clima muy variable y su suelo con muchos desniveles. Pero su paisaje es muy hermoso, el cual, ante el atraso económico y de urbanismo que pueda aparentar es muy interesante por su misticismo y la sensación de aventura que uno pueda vivir y sentirlo.
En ese ambiente mi padre desde niño se crió, fuerte física e intelectualmente, y, como en esos tiempos era difícil asegurarse un porvenir es que tuvo que emigrar a Lima para estudiar derecho y luego en ser maestro, dos profesiones que lo ayudó muchísimo para ser un hombre de bien a su Patria y a la comunidad.
Justamente preocupado por su comunidad, especialmente su terruño, es que presidió la Asociación Cabanista por largos periodos (debido que fue reelegido en muchas oportunidades), lo que posibilitó que los paisanos ancashinos tuviesen un ambiente, un lugar donde reencontrarse para apacigüar la nostalgia de la lejanía de la tierra que los vio nacer.
Tal es así que tuvieron dos locales; uno en Balconcillo y el otro en Puente Piedra. Además realizaban labores de índole social y de apoyo a la comunidad en dichos distritos.
Estuvo también metido en la política, logrando ser canditado a una diputación
Por Pallasca en 1956 en las filas de Lavalle. No ganó pero estuvo cerca de hacerlo si hubiese evitado una celada preparado por sus enemigos.
Con relación a mi persona debo decirles que él se preocupó demasiado por mi condición de discapacitado, la cual, pensaba mucho de cuál sería mi futuro en esas condiciones.
Sin embargo el tiempo le dio la respuesta debido que tuve una profesión y un trabajo que a Dios gracias me permitió realizarme, pero que al principio para mi padre no le hizo mucha gracia.
Él deseo que fuese abogado y notario a fin que no tuviese dificultades físicas para el desempeño normal de mi labor; pero yo escogí otra carrera que me apasionó demasiado y que fue el periodismo porque no te centrabas en aprender o conocer una sola cosa: aprendías de todo y estarías actualizado permanentemente sin aburrirte de la monotonía de una profesión intelectual, como las leyes.
Además por los hechos que suceden a diario en nuestro país, difícil que uno esté aburrido, ya sea para asuntos serios o la chacota y burlesco que a diario vivimos.
No le gustó pero al final lo aceptó cuando le presenté el producto de lo aprendido: los artículos de opinión publicados en los diarios La Crónica, La Tercera, Novedades (ya desaparecidos) y El Peruano; u otros mediante los Boletines de Prensa concerniente al trabajo institucional del INABIF en otros medios de comunicación.
Él también fue participe que yo aprendiese a manejar un auto, permitiendo que manejase su Dodge por toda la Javier Prado –cuando esta avenida no era lo que es ahora-, sin saber en el futuro que tendría mi propio Escarabajo; pero justamente lo automotor años después le quitara la vida producto de un accidente por parte del ENATRU.
Admito que por tener él un carácter fuerte me fue difícil para mi en llegar hacia él, solo con los años cuando mi padre marchitaba y yo crecía es que los dos nos pudimos encontrar y disfrutar juntos de amenas conversaciones y de captar sus experiencias, del cual mucho me ayudó para forjar mi carácter.
Ante las confusiones de muchos cuando me dicen: “,,,oye Lulo tu siempre hablas de Belaunde, parece que él fuese tu verdadero padre…”
Solo les respondo que Belaunde es mi padre político que me ayudó a tener un ideal, una causa por la que hay que luchar, pero mi verdadero padre es el que está espiritualmente y en el recuerdo siempre conmigo; se llamó igual que yo
y que por su honestidad y valentía para enfrentar solo los problemas es que me siento orgulloso de él.
Todos necesitamos de un padre, el que lo tenga no desperdicien la oportunidad de estar a su lado; los que no lo tienen visitarlo frecuentemente donde esté debido que este sería un justo homenaje al ser humano que nos amo y nos cuidó a su manera …con sus defectos si pero también con sus virtudes que sobrepasan larguísimamente su comportamiento humano.
MANUEL MARTINEZ ROSAS
PERIODISTA
CPP 2593