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lunes, 13 de octubre de 2008

“VIEJITO LINDO, NO TE VAYAS ...”


Por segundo año consecutivo la Universidad San Ignacio de Loyola ha celebrado en este mes de Octubre: “La semana Fernando Belaunde Terry”; con motivo de rescatar su personalidad política y algunos aspectos de ella en defensa de la libertad y la democracia; mucho antes del “Ultimátum de la Merced” el 01 de junio de 1956, cuando fue diputado en 1945 en la denominada primavera democrática durante el gobierno constitucional del Dr. José Luis Bustamante y Rivero.

Sabemos también que Belaunde entró con las manos limpias a gobernar el país, y se fue igual; y encima pobre materialmente porque nunca robó ni un sol al Estado. Sus dos gobiernos fueron éticamente superiores a otros gobernantes en lo moral y cristalino que fueron sus acciones.

Muchos se burlaron y se rieron del “Perú como Doctrina”, la doctrina de Acción Popular, fundado no en Lima, sino en Chincheros, Apurimac un mes después del Ultimátum o conocido popularmente como el “Manguerazo”.

Belaunde señaló en dicha doctrina que las acciones de nuestros antepasados para subsistir se podría implementar en nuestra época y realidad.

Y no le faltó razón.

Hoy que existe un shock mundial por el fracaso del neoliberalismo cuya culpa principal por el descontrol de las hipotecas fue el gobierno de George Bush, el cual para efectuar un plan de salvataje financiero para evitar su desplome tiene que estatizar los bancos y financieras estadounidenses de los banqueros ricos, poderosos pero también sinvergüenzas e inmorales, cuyo dinero lo pagarán la clase media norteamericana y porqué no decirlo también de repente nosotros por intermedio de la deuda externa con el FMI.






Belaunde criticó el neoliberalismo al sostener que muchos se hacen pobres y muy pocos tienen el bienestar a costa de otros. Con la izquierda sostuvo que fue una ideología de la muerte, de la destrucción, de la dominación de una clase recortándoles el derecho a las libertades esenciales.

Belaunde solo dijo ¡Adelante!, ni con el capitalismo salvaje ni con la izquierda marxista; solo lo que nuestros antepasados nos enseñaron para ser grandes y poderosos como lo fue el Incanato.

A principios de este año el presidente Alan García nos metió a todos en la cabeza que el Perú es un país cuyo desarrollo económico nadie lo detendría, que era elegible ante la inversión extranjera, con poco índice inflacionario y con una estabilidad financiera que era la envidia de muchos, especialmente de nuestro vecino del sur: Chile.

Pero si dicen que la pobreza se redujo con él, hoy con esta crisis la pobreza aumentó y no cuan profundo debemos de estar en su índice, más aún con un gabinete Del Castillo que cayó por una crisis de corrupción con altos dirigente apristas por los lotes petrolíferos.

Que coincidencia, hace 40 años sacaron de Palacio de Gobierno a la fuerza a Belaunde por la supuesta pérdida de la página 11, cuyo texto escrito en lápiz detallaban los cálculos de precios de los pozos petrolíferos en Talara, el cual, el Estado peruano no iba a pagar ningún centavo.

Soberanamente lo recibimos de los estadounidenses. Hoy con Alan los pozos petrolíferos los regalan a diestra y siniestra, sin licitaciones.

Una vez más gracias al chuponeo telefónico la verdad se abrió paso a descubrir la inmoralidad de este gobierno.

La historia se repite; antes fue Prado quien en 1959 eligió a Pedro Beltrán como Presidente del Consejo de Ministros y ministro de Hacienda (hoy de Economía y Finanzas), su enemigo y crítico; hoy es Alan con Yehude Simon. En ambos casos la crisis fue igual, del cual Belaunde fue un crítico y opositor consecuente y muy duro, cuya arma fuero los ideales de Acción Popular ante un Perú retrasado en todo: comunicaciones, viviendas, libertades civiles, economía favorecida para unos pocos. Solo la educación con las grandes Unidades Escolares se podían salvar gracias la infraestructura con la que contaban y los excelentes maestros que por entonces teníamos.

“Viejito lindo, no te vayas ...” fue lo que el pueblo gritó a Belaunde el domingo 2 de abril de 1995 en el Cusco, cuando por última vez habló a las masas: “.... Y si las fuerzas físicas se acaban, no se preocupen, buenos amigos que la amistad es eterna: encontrarán a mi alma recorriendo Kenko y Sacsayhuaman e intuirán su presencia en los portales de la plaza de armas, en el solar de Pachacutec y en su hermosa catedral sobre el templo de Viracocha”, dijo emocionado.

Hoy por lo que vivimos a Belaunde lo necesitamos, por lo que dijo en una ocasión: “Nuestra misión es de reformar y construir. De enmendar los errores existentes y de crear nuevas riquezas. Es de reforma pacífica pero firme... Nuestra misión, como la de los antiguos peruanos que dieron a su filosofía una dimensión de eternidad, es la de extender las tierras cultivables en rítmica sincronización con el crecimiento demográfico”.

Expongo por lo tanto como pequeña muestra estas fotos para que se den una idea de la dimensión con que el líder de Acción Popular supo encarar la situación crítica por lo que padecía el país.

Hoy lo volvemos a vivir.

MANUEL MARTINEZ ROSAS

PERIODISTA

CPP 2593

LIMA - PERU

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