LAS COSAS PEQUEÑAS QUE HACES TE PONEN CONTENTO

Aunque no trascienda mayormente en tu alrededor, sin embargo un buen trabajo que realizas por más pequeña que sea, siempre te dejará satisfecho y contento.
Eso es lo que siempre me pasa.
Acostumbrado siempre a la soledad y a hacer sin que nadie se dé cuenta, recientemente por ejemplo con motivo de conmemorarse el 40° aniversario del Special NBC TV denominado “El Regreso” protagonizado por Elvis Presley, solitariamente me tomé el trabajo de contactarme con dos disc-jockeys de radio Doble Nueve: “Myster Fantasy” y Guillermo Llerena del programa “Nostalgia” a fin de coordinar la emisión de dicho especial.
Ambos me manifestaron que les faltaba material; el disco e información. En breve tiempo les conseguí lo que requerían y los dos caballeros tuvieron la gentileza de emitir el “The 68 Comeback”, el cual, tuvieron muchísima acogida debido a la cantidad de llamadas telefónicas que tuvieron, y en escuchar una vez más a Elvis en la radio, demostrando con ello su vigencia al paso de los años.
Una pequeña acción que me puso contento.
De niño, muchacho y adolescente admiré siempre a Universitario de Deportes, especialmente a sus jugadores, por la garra que siempre daban cuando la afición pensaba que los partidos en que supuestamente perdían, los ganaban al final o empataban.
Bajo esa premisa y observando en mi colegio que no existía competencias futbolísticas con otros equipos externos; caso el Hogar Clínica San Juan de Dios o el Instituto de Rehabilitación, es que se me ocurrió organizar cada año un campeonato con la participación de otros equipos discapacitados que practicaran el fútbol, en base a los torneos descentralizados que organizara la Asociación de Fútbol Profesional.

Con la experiencia que la Quinta Generación (equipo de fútbol que fundé con mis compañeros del colegio), organizara a modo de prueba el 1° Campeonato de Fulbito para Lisiados en junio de 1975, me aventuré a seguir haciéndolo hasta el año de 1987 en que ya el entusiasmo no era el mismo debido que muchos de nosotros eran padres de familia y la crisis en el primer gobierno aprista apretaba sin misericordia con el alza inflacionario que a diario se daba.
Producto de ello fue en fomentar el deporte, el compañerismo, la confraternidad y el espíritu humanitario sin darnos cuenta quizás que fue el fermento y la raíz para que en el futuro la unión de los discapacitados se hiciera fuerte ante la adversidad y el olvido de sus derechos.
Producto de ello fue también en fortalecer nuestros cuerpos discapacitados ante la falta de una política de rehabilitación en ese sentido; y por último en dejar que todos sin excepción participaran sujetos al respeto de un reglamento que cada año se iba perfeccionando en base a la experiencia de los torneos realizados.
Producto de ello sin quererlo me hice de una fama respetable por la honestidad como lo organizaba, dirigía y hasta en jugar por mis equipos, siendo el único autorizado para hacerlo por lo ya descrito.

Otra pequeña acción que me puso contento … si no salía campeón pero con un torneo bien organizado o … resultaba mi equipo como ganador y con el título de campeón por un año, como sucedió en cinco oportunidades.
No debería mencionarlo por no caer en la vanidad, pero brevemente lo mencionaré es el hecho que ayudé a muchos de mi compañeros sin pedir nada cambio.
No diré en que consistió, salvo lo que hice en dos navidades pasadas gracias a mi partido: Acción Popular, el cual, con el aporte de juguetes, chocolates y panetones conseguido mediante un trabajo dirigencial, con la ayuda de mi valioso “Escarabajo”, de mi madre en la primera ocasión y de Jenny en la segunda pude repartirlos a los niños en la Av. Grau, Plaza Dos de Mayo y Paseo de la República donde en esos años 2002 y 2003 los menores pululaban pidiendo limosna o un pan para alimentarse. Eran los tiempos de la depresión fujimorista producto del shock económico.
Esa fue otra pequeña acción que me puso contento.
Pero, ¿a dónde quiero llegar con narrarles estos cortos hechos?.
Voy al hecho que si uno quiere ser feliz, ser útil y sobre todo servir ciudadanamente a tu país, se debe realizar estas pequeñas acciones que te dejen satisfechos y contentos porque de alguna forma haz cumplido con hacer feliz al resto. Si estas pequeñas acciones se suman a muchas otras se llegará a lograr que toda una sociedad sea más solidaria y equitativa; una sociedad con menos conflictos, mejor convivencia y mayor comunicación y entendimiento sin llevarnos arrastrar por lo pusilámine o la falta de conciencia y el respeto.
A diario las pequeñas buenas acciones en el trabajo me ponen contento porque mejoro su imagen no solo de mi oficina, sino también en lo institucional. El público o administrado bien atendido saldrá contento de sus diligencias o el apoyo que busca; nosotros como servidores públicos habremos cumplido con nuestras obligaciones y justificando el sueldo que ganamos, que es dinero del Tesoro Público.
En la etapa escolar reconozco que no tuve esta actitud, pero en la universidad al palpar y vivir de mi esfuerzo es que me fui dando cuenta que poco a poco con pequeñas buenas acciones en el estudio uno puede quedar satisfecho y contento siempre y cuando hayas aprobado.
Esto fue operando durante años al ir paulatinamente madurando y tomando conciencia, en especial por mi condición de discapacidad en la que vivo, del cual afortunadamente por ahora no ha sido obstáculo debido a los cuidados que tengo por la edad que llevo encima.
Ojalá hayan entendido lo que he tratado de explicarles. Para resumir esto solo pondré una legendaria frase que dijo John F. Kennedy al asumir el mando: “estadounidenses, no pregunten que puede hacer el país por ustedes, pregúntense que pueden hacer ustedes por su país”.
Acá debemos meditar ese legado de Kennedy ante la soberbia, corrupción, impuntualidad, sacar ventajas de otros y en no respetar las leyes.
Otro sería nuestro Perú, que si actuáramos lo contrario, todos estaríamos contentos.


MANUEL MARTINEZ ROSAS
CPP 2593
LIMA - PERU