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miércoles, 10 de junio de 2009

UN MUNDO PARA LA ACCION

FERNANDO BELAUNDE TERRY tuvo una visión amplia lo que iba a ser el futuro no solo del país, sino a nivel mundial. En ese sentido en un artículo que escribió "Un Mundo para la acción", magistralmente señaló lo siguiente:
"Si bien nuestro siglo termina con enormes avances científicos y tecnológicos, marcados por la conquista del espacio, no todos es expectativa de bienestar y desarrollo. Se han perfeccionado las comunicaciones, se han acortados distancias y el mundo, creciente en población, se siente más integrado.
Mas no todo es color de rosa. Hay también hondas preocupaciones que afectan al empleo y oscurecen el horizonte.
Es oportuno referirse, en una reunión inspirada en los derechos del trabajo y la justicia social, a las inquietudes que nos embargan en una hora que debería ser de ilimitada esperanza. Nos preocupa hondamente el problema del empleo porque el sotisficado avance tecnológico entraña màs preocupaciones que la revolución industrial. Aquella gran transformación convocó a las multitudes al trabajo. Esta, la de nuestro tiempo, está ya marcada por masivos despidos.
Como si el trabajador representara una carga, se quiere salir de él. La mecanización, la electrónica, la cibernética necesitan menos brazos y más cerebros. Representa un peligro para la gran masa de trabajadores no calificados que es numerosa en el Tercer Mundo.
Hoy día no se trata de ser "útil" sino "rentable", cosa sumamente grave.
¿Hay que ser rentable para merecer el derecho de vivir?. Pienso que si los grandes sectores laborales quedan al margen del sistema, la quiebra será de todos. La defensa de los derechos laborales se ha convertido en algo más complejo que un reclamo. Debe llevarnos, necesariamente, a profundos cambios que hagan de los adelantos logrados un trampolín de bienestar y no un freno del desarrollo.
Para los pùeblos de Latinoamerica y, en especial, los del Tercer Mundo, hay un problema que agrava la situación. El ruinoso asunto de la deuda externa.

El nuevo colonialismo no se hace con fuerzas de ocupación. Es un colonialismo financiero en que los gladiadores de antaño se han convertido en impacables cobradores. Cobradores con la sonrisa en los labios pero con la amenaza de sanciones económicas agobiantes.
Los programas de educación pública tienen que sufrir una notable transformación. Los adelantos tecnológicos demandan trabajadores debidamente calificados. En nuestros países es muy alto el número de quienes no cumplen ese requisito.
Solo la educación puede cambiar las cosas, aunque se requiera un periodo relativamente largo para lograrlo. Mientras tanto, tenemos que hacer posible la supervivencia del trabajador común.
Pan, techo y abrigo, decían los griegos. El campo debe absorber un apreciable porcentaje de la fuerza laboral, pero con el aporte de la electrificación rural, sin la cual es difícil mejorar el nivel de vida del campesino.
Mas lo fundamental es la realización de las grandes obras públicas con miras a la unificación de los sistemas hidroviales y la expansión de la frontera agrícola. Son proyectos de plazos relativamente largos y no se ha hallado todavía fórmulas adecuadas para encararlos.
La Carretera Marginal de la Selva ya muestra resultados promisorios en el anfiteatro andino. Y las obras de integración energética le dan especial significación.
Es notorio que los grandes hallazgos petrolíferos en Colombia y en Ecuador están en esa vertiente, como ocurre en el Perú donde se ha descubierto inmensos yacimientos gasíferos. La epopeya de la penetración del corazón del continente, ya muestra sus primeros frutos. La ocupación periférica, centrípeta, se está tonificando con los inicios de un desarrollo centrífugo.
Esa inmensa tarea es una gran espectativa de trabajo. No hay que desaprovecharla.
Tenemos la ferviente esperanza de que el mundo que aceptó el desafío espacial, llegó a la Luna y exploró la inmensidad del universo, no dejará de acertar en una tarea difícil, pero de menor complejidad: promover al ser humano, prepararlo mejor para el trabajo y para la triple satisfacción de dar a todos pan, techo y abrigo."
Este es pues uno de los artículos visionarios de Fernando Belaunde Terry, que con creces lo cumplió en sus dos gobiernos y que pudo ser mejor sino fuera por el afán obstrucionista del APRA y la acción vandálica del terrorismo.
Un gobierno con justicia social en libertad es lo que siempre ACCION POPULAR quiso hacer en beneficio de su pueblo.
OPINION SOBRE LA SITUACION EN LA AMAZONIA
Mi prima me pidió una opinión en el sentido que porque el Congreso -incluyendo los legisladores de Acción Popular- aprobaron el Decreto Legislativo 1090 -Ley Forestal y de Fauna Silvestre- para implementar normas en el marco del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.
La respuesta es simple: su objetivo fue en regular y supervisar el manejo y aprovechamiento sostenible de los recursos forestales, incluyendo la conservación del medio ambiente en armonía con el interés nacional, como por ejemplo en evitar la tala ilegal de los bosques.
Pero, allí quedó. El terrible error parte del gobierno en no explicar a las comunidades nativas amazónicas las bondades de dicha norma y en no asegurales la poseción de sus territorios acompañado de promover la inversión privada .
No se buscó eso, el gobierno aprista usó arbitraria y desproporcionadamente la fuerza pública contra los indígenas amazónicos.
El resultado todos los conocemos: un lamentable salvo de muerte y heridos; un país nuevamente dividido y un gobierno que se cae a pedazos con el inicio de la descomposición de su gabinete presidido por Yehude Simón.
La aptitud hidalga de la ex ministra de la Mujer, Carmen Vildoso al renunciar a su portafolio por estos hechos no le cayó nada bien al Partido Aprista, cuyos representantesno dudaron en calificar dicha decisión como un gesto de deslealtad.
Para Vildoso el error de Alan García y su gente fue el no haber establecido los mecanismos de diálogo para atender esta problemática, así como la falta de entendimiento de la cosmovisión amazónica, deficiencia que, se arrastra desde antes de que Simon asumiera el premierato.
El Ejecutivo abdicó su responsabilidad y envió a las FF.AA. y a la Policía a actuar con una agresividad desmedida a golpear a gente que no entiende estas cosas, que no maneja armas -solo arcos y flechas-, y que de seguir así, la estabilidad de Alan García podía verse mermada y descender a un nivel de incendiario.
Ojalá por el bien del Perú, esto no suceda.
Manuel Martínez Rosas
Periodista
CPP 2593
LIMA - PERU


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