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sábado, 21 de agosto de 2010

ELVIS: SEMEJANZAS CON LULO N°2

El lunes que pasó, 16 de agosto Elvis cumplió 33 años de fallecimiento y yo 33 años que terminé el colegio sigo con vida, sobrepasando largamente la edad en que murió el rey del rock: 42 años.
Como siempre hubo miles de conmemoraciones a nivel mundial cuyo centro principal fue en la casa de Elvis, Graceland, donde hubo ya la acostumbrada vigilia toda la noche hasta la madrugada en su propia tumba, en el llamado "Jardín de la Paz".
Aquí en mi querido y amado Perú solo -que yo sepa- la emisora Doble Nueve propalaron sus canciones gracias a dos amigos DJs: Guillermo Llerena Godoy y Myster Fantasy.
A ellos como siempre mi eterna gratitud por la gentileza de propalar la música de este gran artísta que hasta hoy alegra la vida con su himno hacia la libertad lejos del puritanismo e hipocresía y con sus canciones tristes e himnos, que nos hace pensar que la vida la debemos llevar de acuerdo a las enseñanzas de Dios.

Y es que Elvis se sabía de memoría la Biblia por que a diario la leía y releía. Yo solo la leí completa en tres oportunidades, en mi época del colegio y cuando hace diez años tuve el accidente de la fractura en mi cadera.
En ambos casos me parece que tanto a Elvis como a mí leer la Biblia es buscar un camino que lograra mejorar nuestro modo de vida, buscar un poco la paz y la tranquilidad espiritual que siempre nos ha inquietado por las cosas materiales de la vida y por sobre todo por las mujeres, ahora que ambos en alguna oportunidad terminamos con nuestras amadas parejas para entregarnos a relaciones liberales sin compromisos, por tan solo buscar a que ocupen temporalmente el vació que tenemos por estar solos.

Y en ambos casos para Elvis y para mi fue que nuestras madres partieron hacia la eternidad antes de tiempo. A los dos nos sumió en una tristeza y amargura que no nos pudimos nunca recuperar. Si Elvis al estar con Priscila iba a ser el apoyo esencial para mantener con brios su estado de ánimo sobre todo en componer, arreglar canciones y cantarlas a su estilo, eso se fue al tacho.
En mi caso con Amelia si me caí cuando mi mamá me dejó y empecé a recuperarme hasta casi lograrlo en un año, en que mi prima Martha notó: "Manuelito se le ve medio raro ...no se, está cambiado, más optimista y jovial", con el alejamiento de mi amiga querida fue la piedra que me cayó encima y me tumbó nuevamente al suelo, que hasta el momento me está costando levantarme.
Y es que tanto Elvis y yo perdimos a los que más amamos, a nuestras mujeres, a nuestras madres para estar en la vida a la deriva porque perdimos el timón y el ancla para dedicarnos a las vida mundana con la desesperación de encontrar ese algo que disminuya nuestra angustia y soledad.
La diferencia entre Priscilia y Amelia fue que la primera temía la soledad y el desenfreno en que iba a entrar Elvis, por ello permitió que continuamente la visitara y de paso a que viera a Lisa Marie, la hija de ambos; el pensamiento de Amelia fue que la soledad es normal en toda persona, preguntándose en una oportunidad: ¿Por qué los hombres no pueden vivir solos, a qué le temen?.
Elvis se ha ido, ya no podría seguir enardeciendo a los auditorios hasta los límites de la histeria colectiva, ya no podría seguir obsequiando sillas de ruedas a los discapacitados, "Cadillacs" a sus músicos y reactores a su mánager. El reino lloró amargamente.
Al igual que yo, Elvis estuvo siempre convencido de que estaba destinado para algo especial, era como un presentimiento espitirual que le decía que Dios le había llamado para llevar a cabo una misión única en la tierra. Que su éxito sin precedentes no era sino parte de un plan maestro de
Dios.
Me pregunto ¿cómo podía explicarse que un simple muchacho de pueblo pudiera emerger de la
la más honda pobreza para dar la vuelta al mundo envuelto en riquezas y coronado de fama y honra pública como rey?.
¿Con qué propósito le habría dado Dios la compañía de una madre cristiana y una familia tan creyente y fervorosa como la que tuvo?, ¿con qué motivo habría puesto en su interior el deseo de cantar himnos cristianos, el ansia de saber más del Evangelio?
Y Elvis tenía razón, Dios tenía un plan maestro para él; una misión a cumplir tanto en esta vida como en la venidera, como asimismo para cada uno de nosotros.

Le había previsto de una voz y unos talentos que le dieron la oportunidad de presentarse ante millones a través del mundo entero.
Yo también tuve una madre que me inculcó el amor a Dios y María Auxiliadora fue siempre su fiel amiga y consejera. Ambos cada domingo ibamos a dicha Iglesia en la primera cuadra de la Av. Brasil en Breña y siempre todos los días a diario escuchaba radio María, el cual, paulatinamente me fue "metiendo" también para sintonizarlo hasta hoy, especialmente en la madrugada en que se da orientaciones de la vida e interpretación de la Biblia, a fin de reforzar nuestro espíritu de lucha y tener optimismo en la vida para no perder la esperanza y recuperar la "Fe perdida".
Al igual que Elvis yo también estoy convencido que estoy destinado para algo especial, de lo contrario ya no estaría aquí. Y me estoy cuidando a fin que a la brevedad posible lo pueda
encontrar, porque joven ya no soy, cumpliré 52 años y por los menos serán 10 años más que tengo por delante para cumplir ese plan maestro que Dios me ha encargado, porque mi cuerpo ya no resistirá el trajin que tuve en dichos años, por mi pospolio.
Solo fue pequeños destellos de dicho plan que pude cumplir.
Pero mi mayor fracaso al igual que a Elvis fue que tanto Amelia como Priscila no compartieran el amor de Dios, que fueramos juntos a la iglesia para darle gracias por lo que tenemos, por la vida, por nuestra salud, por tener nuestra familia, nuestros amigos, etc.
Cuando Amelia me visitaba a mi casa pocas veces hemos rezado juntos en un pequeño altar ubicado en la sala -confeccionado por mi mamá-, sin embargo las dos últimas veces que vino no lo hicimos.
¿Olvido de mi parte?, si puede ser por la emoción de tenerla a mi lado o ¿Dios sabía lo que se vendría y por eso me hizo olvidar por ese momento a que lo saludaramos y adorabanos?.
Quien lo sabe, pero hubiese deseado junto con Amelia ocuparme más de las cosas de Dios como igual Elvis lo hubiese deseado con Priscila.
Pero en ambos casos la gente nos lo impedía.
La vida es un dilema y hay que tratar en mi caso de escoger el camino bueno, antes que la muerte me sorprenda por ser incierta y no se sabe cuando vendrá.
Pero siempre presiento que está cerca.
Elvis murió solo quizás angustiado y con miedo de no haber podido cumplir en su totalidad lo que Dios le encomendó, igual a mi me podrá pasar como también a muchos de nosotros.
Por ello hay que estar alertas y en paz con los demás y con nuestra alma.
MANUEL MARTINEZ ROSAS
PERIODISTA
CPP 2593
LIMA - PERU




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