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jueves, 13 de noviembre de 2008

HIJO AFORTUNADO

Algunos hijos o quizás muchos son los afortunados de tener a su mamá viva y en estar con ella.

Yo soy uno de ellos.

Ella cumple 84 años de existencia, una vida dedicada al sacrificio pero con una bienaventuranza de criar y cuidar de sus hijos, para que en el futuro sean hombres de bien.

Su tarea fue ampliamente satisfactoria y cumplida, porque gracias a su ejemplo e instrucciones mi hermano y yo somos profesionales y servidores de nuestra patria.

Mi mamá desde niña perdió a mi abuela y abrazó un ferviente cariño por la Virgen María, el cual lo consideró como su segunda madre y protectora de futuras acciones que le tocara emprender.

Desde muy joven empezó a trabajar en diversos rubros relacionados con el negocio, pero el mayor apogeo laboral que tuvo será en la Clínica Maisón de Santé, dirigido por las madres de la Congregación San José de Cluny y luego por una junta de médicos de la Sociedad Francesa de Beneficencia a la que siempre perteneció.

Laboró 48 años llegando a los más altos cargos: jefa de personal y secretaria de la alta dirección de la clínica.

Los directivos de la Maisón de Santé siempre mantuvieron su especial deferencia y consideración por su altas cualidades humanas e intelectuales, por tener siempre mi mamá una gran discreción y salidas positivas con prontitud en aspectos administrativos que beneficiaban al paciente y sus familiares, dando por ende, una imagen positiva a la gestión de la clínica.

En lo humano como dije en un principio mi madre es una tenaz luchadora en conseguir sus ideales. En mi caso a pesar de enfermarme y tener la secuela de la polio desde los tres años, ello no le impidió para que luchara en tener una oportunidad igual como los demás, y estar en iguales condiciones sin el amparo de las leyes que hoy protegen a los discapacitados, como lograr en un principio matricularme en una escuelita de niños normales para que aprendiese a leer, escribir, sumar y restar; y luego dar un golpe maestro al insistir que estudiara en “La Alegría en el Señor”, el cual, marcaría para siempre el rumbo de mi personalidad en el aspecto moral y ético.

Estando en la universidad me alentó a que siguiera el periodismo y practicara como deporte la natación, pero le aterrorizaba que jugara el fútbol por los golpes que recibía o el estado de ánimo que ponía cuando perdía campeonatos o partidos clasificatorios.

Su premio –creo-, fue cuando completamente me independicé al entrar a trabajar para el Estado: INABIF, donde hasta hoy sigo.

Con mi hermano fue algo similar. Admiradora como dije de María Auxiliadora, a él lo matriculó en el colegio Salesianos, cuya figura principal es Don Bosco, famoso sacerdote y santo italiano que en condiciones comatoso sirvió a Dios en la educación de los niños de la calle que en esos tiempos eran rechazados cruelmente por la alta clase social y enviados de inmediato a los reformatorios a estar encerrados por muchos años.

Don Bosco dejó escuela de humildad, sapiencia y sabiduría al tratar a estos menores, igual como hoy, donde los salesianos al aprender lo mencionado adquieren la virtud de ser buenos cristianos en base a una enseñanza de calidad y eficiencia que enorgullece al país.

La muestra está en los buenos profesionales que son como el caso de mi hermano (y posteriormente mi sobrino David, que siguió los pasos de su padre), cuya base académica le permitió ingresar al primer intento a la Universidad. Hoy, rechazado por su país en el gobierno Toledista al cerrar a nivel nacional el programa de tuberculosis, mi hermano tuvo que emigrar a Ecuador a prestar sus servicios en esa especialidad, con la obvia tristeza para mi madre de su lejanía.

El carisma de mi madre le permitió conocer muchas personalidades y eminencias de sus tiempos; desde un Presidente de la República, ilustres médicos, militares, políticos y funcionarios públicos.

Admirador de la buena música; de Beethoven y Chopin en lo clásico, de Carlos Gardel en el tango, de Pavarotti en las operas y en la música de hoy … bueno, les puedo decir que son The Beatles y Elvis (este último a la fuerza porque casi a diario escucha un disco cuando estoy en casa), en que se siente a gusto como de otras melodías similares como Neil Sedaka, Feliciano, Leo Dan; para terminar por la música religiosa o cristianas que propala Radio María que a diario escucha.

Lamentablemente, como nos sucederá a todos algún día, la tercera edad lo alcanzó, que, a Dios gracias tiene sus facultades intelectuales intactas y con mayor experiencia y sabiduría, pero con el cuerpo que por su edad requiere mayor cuidado y descanso.

Para mi felicidad y las que conocemos, ella se siente joven y realizando sus actividades que tiene en mente, claro está con mi apoyo y desde lejos el de mi hermano u otros familiares que desde esta bitácora les agradezco infinitamente por su tiempo que les dieron en facilitarle realizar sus tareas, brindarle su compañía y acordarse de ella con una simple llamada telefónica.

Tener una mamá de 84 años no es fácil para mi. Lo considero en primer lugar una bendición y regalo de Dios que aún esté conmigo …verdad Miguel, tú también estás en igual situación que yo y cumples años un 13 de noviembre. ¿Qué ironías de la vida, no mi estimado amigo hincha del “Vamos Boys” ?.

Para los que hoy tienen a su madre a su lado saben el precioso tesoro que poseen, los que lamentablemente no los tienen, desde lo más hondo de mi corazón rezo por sus almas y por ustedes que en alguna ocasión los acompañé a despedirla al sueño eterno, al paraíso prometido que algún día llegaremos, y se encuentren con ella.

A ustedes en especial les digo que sus mamás siempre los acompaña y los cuida; si no lo perciben es cuestión de estar a solas y sentir una fuerza interior que les dará una energía adicional positiva y ser mas fuertes para que afronten sus problemas cotidianos con éxito y esmero.

Gracias a Dios por hoy, soy el hijo afortunado: mi mamá está conmigo.

MANUEL MARTINEZ ROSAS

CPP 2593

LIMA - PERU

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola primo:
Comparto el privilegio de ser Hijo afortunado, yo tambien tengo a mi madre conmigo, gracias a Dios y entiendo lo que sientes, pero dejame decirte que tu eres el más preciado regalo para tu querida madre. Te felicito por ser la calidad de hijo que eres y es mi deseo que Dios los bendiga y los guarde. Un homenaje a la madre y a la tia admirable en el día de su honomástico. En la máñana llame por telefono para saludarle, deje un mensaje en el correo de voz. Muchas felicidades.

Un abrazo,

Adrián

Anónimo dijo...

Manolo

Puedo dar fe de la gran calidad humana de tu mamá.
Que Dios le diga brindando salud y sobretodo paciencia contigo, jejeje (es una broma)
Saludos a tu mami
Percy