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lunes, 22 de agosto de 2011

¿QUE HACIA HACE 34 AÑOS AL DIA SIGUIENTE QUE ELVIS MURIÓ?

Mil novecientos setentaysiete, ya estaba en quinto de secundaria con la ilusión de terminar invicto mis estudios escolares, es decir, en no repetir nungún año a pesar que en todo este periodo de 10 años de estudios las pasé como un columbio: con altibajos.
Sin embargo, 1977 fue un año especial desde un inicio que empecé en abril mi último periodo escolar debido que noté en mis compañeros del colegio mucha expectativa de cómo se iba a desarrollar dicho periodo, de la buena música pop que se propalaba en las emisoras Miraflores, Atalaya, 1160, Unión, Stereo Lima 100 y Santa Rosa, de los campeonatos de fúlbol para lisiados (así antigüamente se llamaba) y lo que inesperadamente sucedió por dejarlo inconcluso el año pasado.
Esto fue una nueva relación con una chica de apenas 14 años y que cursaba el quinto de primaria, cuyo nombre, Charo, logró tener una relación conmigo con unos brios barbaros donde para nosotros dos solo existíamos, dejando de lado el resto, manteniendo por lo tanto nuestra relación en secreto. 

Solo nuestras cartas cuando estabamos alejados nos consolaba y nos sentíamos acompañados, cuando estabamos juntos en la camioneta o en el recreo nuestro lugar era el jardín de los talleres, donde nadie iba y solo nosotros estabamos solos, haciendo de nuestra imaginación una realidad que el amor es hermoso y bello por donde se le mire porque la sonrisa, el juego, el cariño y los besos hacían que uno se sintiese feliz.
Y yo felizmente lo fui, dejando atrás cerca de cinco años de conflictos y sufrimientos con una compañera de mi salón que pensaba que tenía que ponerle el cascabel; pero que en realidad ella esperaba otra aptitud de mi parte por no saber comportarme en las especiales circunstancias que ella vivió por perder totalmente la visión. A pesar que ella me ayudó bastante en los estudios y en defenderme en situaciones que siempre me enredaba con los profesores, no me di cuenta de esto por dedicarme casi al 100% al fútbol, jugando todos los días en las mañanas y en las tardes.
No tenía por lo tanto muchas relaciones personales sino admiradores (as), especialmente provenientes de primaria, quienes estusiastas me hicieron su ídolo y defensor a que no sufran de abusos por parte de mis demás compañeros de secundaria, la cual, en más de una ocasión tuve que hacerle frente .
Pero conciente que en 1977 iba a terminar el colegio me propuse solo jugar los martes y viernes en la tarde, dejando expedito el tiempo libre restante a repasar algún curso para un exámen o en estar en la piscina.
Pero con Charo el espacio se completó. 

La buena música de pop como Boston, Cat Stevens, All Sthuwar, Lep Zeppelin u otros hizo agradable estos inicios. En el coro con Charo cantabamos tomados de la mano sin que nadie se diera cuenta. De casualidad en mayo escuché una nueva canción de Elvis Presley (en ese entonces aún no le tenía interés), cuyo título fue "Cuesta Abajo". Pero estos buenos tiempos se acabaron a principios de julio cuando nos descubrieron que estabamos juntos por olvidar las cartas de amor que Charo me había escrito en mi carpeta.
Miriam, una compañera de aula de curiosa las vio, las leyó ... y lo hizo "vos populi...", hasta tal punto que las autoridades educativas tomaron cartas en el asunto.
Yo tenía antecedentes con otras compañeras de estudios y fui advertivo que a la tercera me expulsaban del colegio ... y esta fue la tercera, pero no me expulsaron. ¿Por qué?. A ambos, a Charo y a mi nos condicionaron que si queríamos estar juntos teníamos que elevar aún más nuestras notas, debido que estabamos de mediocres para abajo. A partir de allí disciplinadamente cumplí con tales condiciones, pero para Charo el encanto y  misterio desapareció, alejándose de mi poco a poco hasta buscar absurdos pretextos para no estar juntos.
Y eso me dolió. 
Como en los años anteriores me refugié en jugar casi seguido partidos de fútbol y dejar de lado a Charo, sin medir las consecuencias que Marco Antonio (otro compañero de colegio), la estaba cortejando. Se repetía la misma historia de hace dos años -1975-, en que también hizo lo propio con una chica: Madezha, al que la amé desmedidamente y luché persistentemente en conquistar su corazón, llegando a jugar dislocado mi rodilla izquierda en junio de 1973 contra el Hogar Clínica San Juan de Dios para poder ir a verla al día siguiente en su casa y a solas, porque la apuesta era esa, ganarle al Hogar Clínica para que me dieran la dirección de su casa.
Y se le ganó por 2 goles a 1.
Regresando a 1977 el miercoles 17 de agosto hicimos con mis compañeros que integraban la selección de mi colegio "La Alegría en el Señor" una apuesta: que los de primaria con mi refuerzo le ganabamos.
"Ja...ja...ja..., Lulo está loco ... Lulo está sopeado ... Lulo está chiflado ... Lulo está drogado ...", y otros más adjetivos que me calificaron, pero la apuesta se dio por S/10.00, que en ese tiempo era plata, más aún cuando pagábamos S/1.00 en pasaje escolar.
Rápido todos almorzamos y a las 13:00 horas ya estabamos en el campo de juego a disputar este histórico partido por una hora de recreo. Y hasta con público de los demás salones estaban porque el interés fue mayor: Lulo jugando por primaria contra la selección del colegio.
Todos estaban, menos Charo y por supuesto Marco Antonio, según pude observar cuando empezamos a jugar, lo cual, eso me desconcentró -estaba en la defensa-, cuando Héctor con su velocidad me dejó parado y sin marca "fusiló" al pobre Larrea que estaba en el arco. Desde el inicio ya estabamos perdiendo uno a cero y todos mis compañeros de primaria me miraban como diciéndome: "Lulo, nos van a golear, es una locura seguir jugando".
Mis adversarios felices; "ya se j... Lulo".
Comencé a calcular el tiempo y el plan era jugarle al desgaste, es decir que ellos hicieran todo y nosotros al contragolpe hacerle daño, reservando físico para los últimos 15 minutos.
Pero vino en nuestra contra el segundo gol por obra de Marcelo, que muy a su estilo me sacaba la lengua y se burlaba abiertamente.  

Corregí los últimos defectos que teníamos, cual fue cerrar aún más nuestra defensa y jugarle a la desesperación, el cual, cayeron en la trampa porque su intención era golearnos ... y se desesperaron que no nos hicieran más goles ... y el tiempo pasaba: faltaba 20 minutos para las 2 de la tarde, hora que el recreo terminaba. Henry de la selección del colegio estaba adelantado y Héctor trató de darle un pase ... trató porque lo intercepté y después de "dibrearlo" a Héctor y antes que Aranda me salga a la marca coloqué un tiro rasante al ángulo superior donde Pablo se quedó parado. Fue el 2 a 1, nuestro primer gol y con los brios puestos para el empate ante la desesperación de nuestros adversarios.
El empate vino casi seguido gracias a una corrida de Zamora -mi pequeño gran hincha y fiel seguidor-; y fue el 2 a 2 con las miradas atónitas de mis compañeros seleccionados, la alegría y optimismo de primaria y la algarabía de la tribuna -si se le puede llamar así porque no existía ubicaciones-, con las miradas serías de muchas chicas de secundaria, otras sonrientes ... en fin, era toda una mezcla de sentimientos.
El 3 a 2 definitivo fue gracias a un corner faltando solo 5 minutos para las 2 de la tarde, hora en que la campana debería tocar señalando la culminación del recreo y del partido por supuesto. Zamora saca el corner fuerte que se les pasa a Henry y a Aranda; yo metido en el área chica como sea metí la pelota al arco contrario. Tocó la campana y fue la primera vez que un equipo visoño de primaria se ganara a una selección del colegio, selección con la misma gente que le hizo pelea al Hogar Clínica San Juan de Dios, al Instituto de Rehabilitación, a la Heine Medín, a la Fraternidad Cristiana de Enfermos. Ese mismo equipo vencedor siempre cayó ante unos novatos de primaria que fueron reforzados solo por mi, por Lulo.   

Alegría. celebración, abrazos, gritos de histeria por parte de las chicas, emociones fuertes que nos sentíamos héroes por lo que hicimos. Emerson el locutor del colegio que narraba los partidos no se cansaba de dar elogios elocuentes ... y la alegría siguió hasta que todos nos fuimos a lavarnos para estar en clases.
Pero en el baño algo muy duro sucedió, tomando en consideración que los servicios que utilizabamos era mixto, es decir no existía un baño para niños o para niñas quizás porque éramos muy sanos espiritualmente para hacer cosas indebidas, del cual afortunadamente nunca sucedió.
Charo y Marco Antonio estaban allí en su nido sentimental y al verlos desaté mi furia contra él que por poco, si no me agarran, casi le pego hasta darle una paliza. La discusión, el tono de voz fue dura con insultós altos y amenazas que podían cumplirse en cualquier momento. Al final la cosa se calmó, todos se fueron y me quedé solo renegando de mi suerte, sintiéndome humillado que por segunda vez este sujeto me hacía lo mismo.
Pedí permiso a la directora para retirarme e irme a mi casa y no asistir a las dos últimas clases, aduciendo que estaba mal, la cual, me me concedido.
Triste, apenado, con lágrimas en los ojos y reconfortarme siguiera por el triunfo obtenido me fui del colegio y con la Empresa de Propiedad Social Lima Metropolitana (¿se acuerdan de estos ómnibus azules?), llegué a Lima, al Parque Universitario, y me acerqué a un quiosco ubicado en el Panteón de los Próceres a leer las primeras planas de los periódicos: la noticia principal fue la muerte de Elvis Presley, cuyas algunas carátulas de dichos diarios la podeís apreciar en estas líneas.  

Me puse triste sin saber quién era Elvis Presley y había muerto, vagamente conocía tres canciones que mas o menos me gustaban. Eran The Beatles los que dominaban mi tabla de valores musical.
A la semana Henry me pidió que le grabara en audio un programa que por televisión Panamericana lo iba a propalar, porque él iba a salir con Mery, su chica que la estaba cortejando. Como ya no visitaba a Charo a su casa que más da, acepté.
Y Panamericana Televisión propaló "Elvis - El regreso", es decir la actuación en la NBC Special propalado originalmente el 03 de diciembre de 1968. Viendo esto me quedé "flechado" e impactado del comportamiento artístico de Elvis, su potente voz, su rock agresivo, las chicas que histéricamente gritaban y yo viendo y escuchando parado frente al televisor con grabadora en mano pensé: "tan joven ha muerto Elvis". Fue mi ignorancia de entonces, recién conocía a Elvis y fue el momento que había encontrado un cantante con buen timbre de voz, agresivo, que sabía cantar música movida y lenta con mucho sentimiento y que tenía fans que gritaban frenéticamente para engrandecer su figura.
Tanto me gustó la actuación que desde día siguiente en las galerías Héctor Roca buscaba material discográfico de Elvis ... pero se había agotado.  

America Televisión propaló a las dos semanas "Aloha From Hawaii", otra soberbia actuación de Elvis. Esta vez estaba decidido a conocer aún más sobre él. La pregunta era por donde.
Dos años después el DJ Jorge Cox en Inca Radio AM todos los sábados a partir de las 2 de la tarde hacía un programa de una hora dedicado a Elvis. Allí conocí con mayor profundidad su música.
Ya en la universidad utilizaba parte del dinero de la pensión para comprar sus discos que se vendían en Sears de San Isidro. Pero ... como culminé 1977.

Destruido la relación con Charo me dediqué con mayor impetu a los estudios y como siempre lo hacía al revés: empezaba mal y terminaba bien. 
La clausura terminé leyendo la Biblia de San Mateo concerniente al nacimiento de Jesús, como recuerdo me obsequiaron un corta papel que el reverso dice: "8° Promoción - La Alegría en el Señor". Cuando con mi compañeros de mi salón estuvimos en el estrado para despedirnos, muchos, entre ellos Miguel de la Peña gritaba: "que Lulo hable ...que hable ... que hable...".
Obviamente no lo hice, no sabía que decir, más miraba a Charo, a Madezha, a mi mamá, a mi hermano Javier y lo que sería su futura esposa: María Elena, que gentilmente fueron a mi colegio a ver la clausura, el último año que iba a estar en La Alegría en el Señor y que después como no teníamos movilidad era su ubicación en La Molina mi colegio, ellos se fueron a parte y yo con mi mamá y con Charo estuve junto y bien acompañado.  

Fue una rara sensación que mi mamá y la chica que amaba estuviesen conmigo en este último recorrido. Mi padre no estuvo, no lo sabía porque estabamos distanciados hasta el año siguiente en que se enteró que había culminado mis estudios.
Hay muchas cosas más en 1977 más buenas que malas, tristes como por ejemplo la muerte de Charles Chaplin y de Juan Velasco en diciembre, que la canción el "Año del Gato" fuese el disco del año, o el retorno apoteósico de Belaunde de su exilio, para presentarse brillantemente en el programa político "Contacto Directo" que conducía Alfredo Barrenechea por América Televisión.
Vertiginosamente viví 1977, lo gocé, lo sufrí, pero sobre todo lo más importante es en haber conocido a Elvis Presley.
Desde ese entonces todo sería diferente.

MANUEL MARTINEZ ROSAS
PERIODISTA
CPP 2593
LIMA - PERU 

2 comentarios:

miguel dijo...

menos mal que eres discreto, buena cronica

Martha dijo...

Primo, cuánta sinceridad...recuerdos memoriables, en 1977 yo cursaba el 4to de secundaria y me encantaba el rock en inglés y en español...me acuerdo que estaba de moda los Bee Gees con sus canciones para bailar...y cantar...así practicaba el inglés,me compraba los cancioneros y cuando en la radio pasaban la canción, corría con mi cancionero para cantarla en inglés...Sigue escribiendo Manolito, sabes creo que en el fondo de tu ser hay un escritor que está escondido...creo que podría competir con MVLL o nó?
Un beso ymuchos cariños. Martha.