Hace 36 años que con él aprendí a jugar ajedrez. Vivíamos a nivel mundial lo que se denominó la “partida del siglo”, los pocos diarios que circulaban en ese entonces –El Comercio, La Prensa, Correo, La Crónica, Ultima Hora y La Tercera-, sin excepción publicaban íntegramente las jugadas ... y los expertos comentaban y pronosticaban lo que iba a pasar.
En ese tiempo no era RPP la emisora de moda, sino radio Reloj, ubicado en la Av. Tacna la que en cada media hora daba un “flash informativo” de lo que estaba aconteciendo en Reykiavik, en 1972.
Cada tarde cuando llegaba a mi hogar después del colegio, a mis amigos y vecinos los encontraba jugando ajedrez, mejor dicho aprendiendo ajedrez, con periódico y libro en mano a fin de descifrar o adelantarse en saber quién ganaría dicho encuentro.
Eran los tiempos de la guerra fría en que las dos superpotencias se enfrentaban a nivel ajedrecístico: Estados Unidos y la entonces, Unión Soviética.
Y los soviéticos eran por mucho tiempo los campeones mundiales hasta que les apareció un joven norteamericano que con su sagacidad e inteligencia hizo lo que Muhhamad Alí hizo con el boxeo: meter el deporte al corazón del pueblo hasta masificarlo y darle quizás un carácter prioritario.
Eso fue lo que hizo Bobby Fischer, lamentablemente fallecido recientemente en circunstancias misteriosas en Islandia a la edad de 64 años, 64 como el número de casillas de los tableros de ajedrez.
Fischer se enfrentó al entonces campeón mundial de ajedrez Boris Spassky y las apuestas y comentarios no le eran favorables. El soviético en las dos oportunidades que lo enfrentó lo derrotó sin atenuantes.
Ante ello Fischer convenientemente se preparó y lo enfrentó dando un antítesis ajedrecístico, rompiendo parámetros, jugando apasionadamente y poniéndole emoción a cada jugada con ir siempre adelante. Casi nunca retrocedía sus piezas.
Atacaba con lo que tenía, especialmente con los peones, se daba el lujo de jugar sin su Reina, y a pesar de ello o hacía tablas o ganaba. Difícilmente perdía, salvo las dos primeras partidas en que Spassky de un plumazo lo borró del tablero.
Se pensó entonces que el norteamericano era “pan comido” nuevamente y que no era rival para un campeonato mundial.
Con dos derrotas y su orgullo herido pidió el primer aplazamiento. Al tercer encuentro (se jugarían 21 partidas) Fischer dejó el ajedrez clásico para entrar a la innovación y replanteo de su juego. Los peones eran una carta bajo la manga, es decir como que los soldados (Peones) siempre van al frente, al sacrificio con en las épocas napoleónicas o hitlerianas, con la diferencia que estos debían estar debidamente protegidos por el Caballo, el Arfil o la Torre.
Los reyes estaban solo de “espectadores”.
Con esto Spassky quedó “frío”, pensativo, mudo y preocupado. El campeonato se le iba de su manos, de su país en dos meses y medio en que duró el “match”, el cual, Fischer al final lo derrotó por 07 ganadas, 03 perdidas y 11 tablas. Queda como anécdota que ganó estando cómodamente en la cama de su hotel, mientras que el soviético desesperado en semana y media que invirtió su pensamiento en que le tocaba jugar para salvar su honor y el de su país, al final abandonó la partida no asistiendo a ella, y evitando de este modo la humillación de la prensa mundial, especialmente la norteamericana.
A partir de ese entonces Bobby Fischer de 29 años de edad, con su imagen juvenil se convirtió en un ícono en los EE.UU. y en el mundo occidental. En todas partes brotaron concursos, clubes y jóvenes que veían en él un ejemplo, para después convertirse en una leyenda.
Perdió su corona en 1975 a negarse a jugar contra Anatoli Karpow y exigir a la Federación Internacional de Ajedrez –FIDE- a que se jugara partidas sin límites y se coronara campeón el que obtenga diez victorias, sin que los empates contasen.
Después fue solo obstracismo, locura, soledad y rebeldía cuando los Estados Unidos lo acusó de traidor y quiso llevarlo preso en 1995 al desobedecer el bloqueo económico que impuso los estadounidenses a la desaparecida Yugoslavia, enfrentando nuevamente a Spassky, el cual, de nuevo lo derrotó.
Quedó sin nacionalidad, y Fischer se vio obligado a pedir asilo en Reykiavik, optando la nacionalidad islandesa, siendo antes detenido en Tokio con el peligro de ser deportado a los EE.UU en el 2005.
Hoy queda la leyenda y el recuerdo de un ajedrecista que enseñó con pasión la manera de saber pensar para resolver problemas. Eso es el ajedrez, y es una gran terapia mental para sobreponernos a circunstancias difíciles que nos toca enfrentar siempre en la vida.
A Bobby Fischer mi eterno agradecimiento y el recuerdo de lo vivido hace 36 años serán imborrables por el interés y la emoción en que se vivió, pensando siempre en el ajedrez.
El mayor ajedrecista de la historia, Gran maestro a los 15 años ha muerto, pero el espíritu estará siempre presente lo que hayamos vivido ese grandioso momento del enfrentamiento entre oriente y occidente, entre la represión y la libertad, entre el estatismo y el liberalismo.
Fischer representó mucho más que eso y en el recuerdo quedará.
Manuel Martínez Rosas
Periodista
CPP 2593
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martes, 29 de enero de 2008
lunes, 21 de enero de 2008
GRANDES ACONTECIMIENTOS
LA HISTORIA DE UN AÑO: 1973
El 14 de enero de 1973, desde Hawai, el mundo veía uno de los mayores espectáculos de la historia del rock, y no por el espectáculo en si, que se limitaba a la actuación de un cantante, sino porque este cantante era Elvis Presley.
Han transcurrido 35 años y el concierto tuvo todo el gran carácter de una efemérides apoteósica.
Mil millones de personas según cálculos oficiales vieron el show, de una hora de duración. El espectáculo no solo fue emitido por TV a los cinco continentes –algunos países lo emitieron en diferido-, sino también grabado para reposiciones posteriores y para ser editado en disco: fue un doble LP que llegó a los dos millones de unidades vendidas nada más ponerse a la venta un mes después del evento.
El concierto de Elvis, bajo el lema “Aloha From Hawai Vía Satélite”, tuvo lugar en el Honolulu International Center Arena de Honolulu.
Después de la vuelta de Elvis a la música en vivo, esta aparición mundial venía a ser un punto culminante de su carrera personal y un reencuentro increíble con sus fans de todo el planeta, pero además una cumbre dentro de la historia del rock.
No olvidemos que Elvis, pese a cumplir su servicio militar en Alemania, jamás actuó en Europa.
Ningún acontecimiento había despertado hasta la fecha tanto interés. El motivo central, sin embargo, era el que menos salió a la luz.
Los beneficios del concierto fueron a parar al Kui Lee Cancer Fund, una agrupación dedicada a la cura e investigación del cáncer. Kui Lee había sido un notable compositor hawaiano, víctima del cáncer, y una de sus composiciones, “I ll remember you” fue interpretada por Elvis en el show.
El concepto de masificación que un acontecimiento como Aloha from Hawai supuso para el rock se vio ampliamente respaldado en 1973 por otros dos grandes eventos que merecieron singular relieve en la valoración critica y social de su influencia.
Estos eventos fueron el concierto de Lep Zeppelín en Tampa, Florida, y el festival de Watkins Glen.
Manuel Martínez Rosas
Periodista
CPP 2593
El 14 de enero de 1973, desde Hawai, el mundo veía uno de los mayores espectáculos de la historia del rock, y no por el espectáculo en si, que se limitaba a la actuación de un cantante, sino porque este cantante era Elvis Presley.
Han transcurrido 35 años y el concierto tuvo todo el gran carácter de una efemérides apoteósica.
Mil millones de personas según cálculos oficiales vieron el show, de una hora de duración. El espectáculo no solo fue emitido por TV a los cinco continentes –algunos países lo emitieron en diferido-, sino también grabado para reposiciones posteriores y para ser editado en disco: fue un doble LP que llegó a los dos millones de unidades vendidas nada más ponerse a la venta un mes después del evento.
El concierto de Elvis, bajo el lema “Aloha From Hawai Vía Satélite”, tuvo lugar en el Honolulu International Center Arena de Honolulu.
Después de la vuelta de Elvis a la música en vivo, esta aparición mundial venía a ser un punto culminante de su carrera personal y un reencuentro increíble con sus fans de todo el planeta, pero además una cumbre dentro de la historia del rock.
No olvidemos que Elvis, pese a cumplir su servicio militar en Alemania, jamás actuó en Europa.
Ningún acontecimiento había despertado hasta la fecha tanto interés. El motivo central, sin embargo, era el que menos salió a la luz.
Los beneficios del concierto fueron a parar al Kui Lee Cancer Fund, una agrupación dedicada a la cura e investigación del cáncer. Kui Lee había sido un notable compositor hawaiano, víctima del cáncer, y una de sus composiciones, “I ll remember you” fue interpretada por Elvis en el show.
El concepto de masificación que un acontecimiento como Aloha from Hawai supuso para el rock se vio ampliamente respaldado en 1973 por otros dos grandes eventos que merecieron singular relieve en la valoración critica y social de su influencia.
Estos eventos fueron el concierto de Lep Zeppelín en Tampa, Florida, y el festival de Watkins Glen.
Manuel Martínez Rosas
Periodista
CPP 2593
martes, 15 de enero de 2008
EL ROCK DE HOY: UNA LEYENDA
Salvaje, atrevido, alegre, movido, fuerza, pujanza, saltar, gritar, dar palmadas; o todo lo contrario. ¿Qué mas se le puede considerar al rock & roll al transcurrir más de 50 años?.
No sabemos si la música de los próximos decenios seguirá siendo el Rock, o por el contrario, una nueva revolución cultural y sónica habrá marcado nuevas fronteras, pero el espíritu de la música de los últimos 54 años se ha encarnado ya en una mitología propia.
Muchos han caído o ya no están con nosotros, nosotros que somos pocos aún sobrevivimos a Dios gracias a este movimiento. Lo vimos nacer, crecer, llegar a la mayoría de edad para después vivir un declive ya descrito anteriormente en “El Regreso de los muertos”.
Nosotros los “rockers” ya lo convertimos no solo en leyenda, sino que el rock es clásico, debido que otro movimiento similar no se volverá a repetir quizás en los próximos cien años.
Hemos sido afortunados de haberlo vivido y lo somos aún debido que existe material suficiente para seguir deleitándonos y gozar gracias a la tecnología, de su música de la diversidad de cantantes y grupos que aparecieron en el firmamento mundial para quedarse para siempre y en tenerlo presentes.
Algunos de nuestros jovencitos lo llaman burlonamente como “dinosaurios”, pero a mucha honra. Los casos recientes de Soda Stereo, The Who, The Police, Lep Zeppelín y los siempre The Rolling Stones, han demostrado en sus apariciones el año pasado que no pierden vigencia, la añoranza está allí en las multitudes y, para los que no vivieron en esa época y sus papás o amigos se lo contaron, complementan la masa de gentes que se pelean por una entrada para que puedan ver y escuchar a los que en su vida ni se lo podían imaginar: leyendas en la realidad en vivo.
Año 2007, el mundo de la música sintió quizá como nunca lo había sentido, el vértigo del abismo que se abre entre un pasado que abarca ya 54 años, y un futuro alimentado de incógnita e incertidumbre. Del pasado del rock hemos aprendido la lección de un progreso siempre compensado y la existencia de unas curvas que en su oscilación han configurado los ciclos cada vez mejor definidos de esta historia.
El Rock no ha sido una moda o un estilo caracterizado por la estabilidad y la continuidad como lo fueron las tendencias de siglos pasados. La gran capacidad difusora de los medios de comunicación, la necesidad de crear éxitos, el empequeñecimiento de las distancias en el planeta y el acercamiento de las mentalidades han hecho del Rock el vehículo cultural más cambiante de toda evolución humana.
Nunca antes de esos últimos 54 años una palabra o una idea, un sonido o una técnica podían ser ideadas hoy, utilizadas y grabadas mañana, y enviadas a todos los rincones del mundo al día siguiente.
¿QUO VADIS ROCK?
Hacer un resumen o balance no es tan obligado como necesario, teniendo en cuenta que hablar del futuro es salirnos siempre de la verdad para entrar en la ilusión y la fantasía, por más que queramos ser realistas y consecuentes.
Hablar del futuro del Rock significa tener en cuenta la moderna tecnología y su tremendo poder de transformación; hablar del futuro es también contar con la siempre deseada sorpresa de que puedan aparecer un nuevo Elvis, unos nuevos Beatles, un nuevo Dylan; dicho de otra forma: unos astros que nos hagan saber que ese futuro ha llegado.
Ha manera subjetiva podría mencionar los llamados imprescindibles en esta apretada historia que me tomé la libertad de exponerles en artículos anteriores.
Estos son los quince:
1) Elvis Presley
2) Jerry Lee Lewis
3) Jimi Hendrix
4) The Rolling Stones
5) Procol Harum
6) Chuck Berry
7) The Beatles
8) Bob Dylan
9) The Moody Blues
10) Jethro Tull
11) Queen
12) The Doors
13) The Who
14) Janis Joplin
15) Nirvana
Quizás las futuras generaciones necesiten de su propia revolución para hallar sus palabras, sus mensajes, su ideología y su música. Los hijos de los que eran adolescentes en los años 60 saben que la lucha de su padres ya no es la suya. Y a fin de cuentas, esto es bueno.
Como dijo alguien: “los tiempos están cambiando”
Y siempre lo harán.
Manuel Martínez Rosas
Periodista
CPP 2593
No sabemos si la música de los próximos decenios seguirá siendo el Rock, o por el contrario, una nueva revolución cultural y sónica habrá marcado nuevas fronteras, pero el espíritu de la música de los últimos 54 años se ha encarnado ya en una mitología propia.
Muchos han caído o ya no están con nosotros, nosotros que somos pocos aún sobrevivimos a Dios gracias a este movimiento. Lo vimos nacer, crecer, llegar a la mayoría de edad para después vivir un declive ya descrito anteriormente en “El Regreso de los muertos”.
Nosotros los “rockers” ya lo convertimos no solo en leyenda, sino que el rock es clásico, debido que otro movimiento similar no se volverá a repetir quizás en los próximos cien años.
Hemos sido afortunados de haberlo vivido y lo somos aún debido que existe material suficiente para seguir deleitándonos y gozar gracias a la tecnología, de su música de la diversidad de cantantes y grupos que aparecieron en el firmamento mundial para quedarse para siempre y en tenerlo presentes.
Algunos de nuestros jovencitos lo llaman burlonamente como “dinosaurios”, pero a mucha honra. Los casos recientes de Soda Stereo, The Who, The Police, Lep Zeppelín y los siempre The Rolling Stones, han demostrado en sus apariciones el año pasado que no pierden vigencia, la añoranza está allí en las multitudes y, para los que no vivieron en esa época y sus papás o amigos se lo contaron, complementan la masa de gentes que se pelean por una entrada para que puedan ver y escuchar a los que en su vida ni se lo podían imaginar: leyendas en la realidad en vivo.
Año 2007, el mundo de la música sintió quizá como nunca lo había sentido, el vértigo del abismo que se abre entre un pasado que abarca ya 54 años, y un futuro alimentado de incógnita e incertidumbre. Del pasado del rock hemos aprendido la lección de un progreso siempre compensado y la existencia de unas curvas que en su oscilación han configurado los ciclos cada vez mejor definidos de esta historia.
El Rock no ha sido una moda o un estilo caracterizado por la estabilidad y la continuidad como lo fueron las tendencias de siglos pasados. La gran capacidad difusora de los medios de comunicación, la necesidad de crear éxitos, el empequeñecimiento de las distancias en el planeta y el acercamiento de las mentalidades han hecho del Rock el vehículo cultural más cambiante de toda evolución humana.
Nunca antes de esos últimos 54 años una palabra o una idea, un sonido o una técnica podían ser ideadas hoy, utilizadas y grabadas mañana, y enviadas a todos los rincones del mundo al día siguiente.
¿QUO VADIS ROCK?
Hacer un resumen o balance no es tan obligado como necesario, teniendo en cuenta que hablar del futuro es salirnos siempre de la verdad para entrar en la ilusión y la fantasía, por más que queramos ser realistas y consecuentes.
Hablar del futuro del Rock significa tener en cuenta la moderna tecnología y su tremendo poder de transformación; hablar del futuro es también contar con la siempre deseada sorpresa de que puedan aparecer un nuevo Elvis, unos nuevos Beatles, un nuevo Dylan; dicho de otra forma: unos astros que nos hagan saber que ese futuro ha llegado.
Ha manera subjetiva podría mencionar los llamados imprescindibles en esta apretada historia que me tomé la libertad de exponerles en artículos anteriores.
Estos son los quince:
1) Elvis Presley
2) Jerry Lee Lewis
3) Jimi Hendrix
4) The Rolling Stones
5) Procol Harum
6) Chuck Berry
7) The Beatles
8) Bob Dylan
9) The Moody Blues
10) Jethro Tull
11) Queen
12) The Doors
13) The Who
14) Janis Joplin
15) Nirvana
Quizás las futuras generaciones necesiten de su propia revolución para hallar sus palabras, sus mensajes, su ideología y su música. Los hijos de los que eran adolescentes en los años 60 saben que la lucha de su padres ya no es la suya. Y a fin de cuentas, esto es bueno.
Como dijo alguien: “los tiempos están cambiando”
Y siempre lo harán.
Manuel Martínez Rosas
Periodista
CPP 2593
martes, 8 de enero de 2008
ESTA VIVO ELVIS
NUEVOS DATOS REABREN LA POLEMICA
ELVIS PRESLEY
Han pasado ya 30 años y muchos todavía no creen que Elvis, el “rey del rock”, haya muerto. Durante este último cuarto de siglo ha sido visto, fotografiado y hasta entrevistado... Pero todos creímos que eran delirios de la prensa sensacionalista norteamericana. Ahora, un libro reciente nos crea, al menos, dudas.
Santiago Camacho
“Tras haber escuchado ya demasiadas historias respecto a la muerte de Elvis Presley, he decidido contar al mundo la verdadera historia de los hechos que tuvieron lugar aquel día de agosto de 1977. Sí, aquel día, el 16 de agosto. ¿Acaso es una coincidencia que una persona nacida un ocho de enero –mes 1, día 8– perezca el día 16 del mes 8? Tal vez todo tuviera más sentido si hubieran sido dos (2) las personas nacidas aquel día. Como podéis ver, la numerología siempre ha tenido una gran importancia en mi vida, y aún la tiene hoy día. Demasiada gente ha escrito y hablado sobre si mi muerte fue un fraude. ¡No fue ningún fraude! He decidido reinventarme a mí mismo en la forma de mi hermano (Jesse Garon) y sí, Elvis Presley murió aquel día.”
Según el escritor Donald Hinton estas palabras constituirían uno de los mayores documentos periodísticos de los últimos tiempos, ya que serían las primeras declaraciones públicas de Elvis Presley tras su presunta muerte. Para atestiguar su autenticidad se ha aportado el texto manuscrito –sometido al juicio de varios grafólogos– que no ha podido ser catalogado como una falsificación.
Hinton es autor de La verdad sobre Elvis Aron Presley en sus propias palabras, un polémico libro que narra la vida de Elvis durante estos veinte años transcurridos desde su muerte. Casi inmediatamente después de la desaparición de esta leyenda del rock el 16 de agosto de 1977, comenzaron a darse innumerables “avistamientos” del presunto fallecido a lo largo y ancho de la geografía de Estados Unidos; tantos, que llegaron a convertirse en un elemento de máxima importancia en el folklore urbano reciente de aquel país.
Lo cierto es que, al margen de la frivolidad con que en la mayor parte de las ocasiones se ha tratado este tema, la muerte de Elvis está rodeada de todo un conjunto de misterios y anomalías que hacen sospechar que existe algo más tras la versión oficial.
DEMASIADOS CABOS SUELTOS
Según sus conocidos, Elvis llevaba tiempo fantaseando con la idea de vivir de incógnito. Al respecto, existe un dato muy curioso. En la biblioteca de Elvis existe un libro en el que sólo hay una única frase subrayada: “Si tuviera que regresar, no me reconoceríais”.
Los enigmas comienzan en la propia tumba del “rey”, cuyo nombre aparece mal escrito en la lápida. El nombre completo de Elvis era Elvis Aron Presley, no Elvis Aaron Presley como aparece escrito en el sepulcro. Puede parecer un error sin importancia, pero no lo es y su padre jamás hubiera permitido que algo así sucediera como quedó demostrado cuando se cometió el mismo error en su partida de nacimiento y no paró hasta que fue subsanado. Todo ello se debe a que la familia le había puesto ese nombre en recuerdo de Jesse Garon Presley, el hermano gemelo de Elvis, que murió media hora después del parto y cuya sombra tuvo un enorme peso en la vida del cantante.
Entonces, ¿cómo se explica el error en la lápida? Elvis era una persona muy supersticiosa. Tal vez prefirió no tentar a la suerte escribiendo su nombre real en un sepulcro que aún no pensaba ocupar...
Su sepelio fue también un acontecimiento insólito. Los porteadores apenas podían con el descomunal ataúd de más de cuatrocientos kilos fabricado de encargo, que contenía sus restos mortales. Pero pese al calor –según comentaron los transportistas– el féretro estaba anormalmente frío, como si tuviera en su interior algún dispositivo de refrigeración, algo que podría explicar el excesivo peso de la caja. Sin embargo, esto plantea una nueva duda: si el cadáver de Elvis había sido embalsamado para evitar la descomposición, entonces, ¿cuál sería el propósito de aquel hipotético dispositivo? Tal vez la respuesta esté en las palabras de Alanna Nash, reportera del Louisville Courier Journal, que tuvo ocasión de contemplar dos veces el cuerpo de Elvis: “Es extraño, pero parecía más un muñeco de cera que un cuerpo humano”. Una de las asistentes al funeral, La Costa Tucker, también tuvo la misma impresión: “Llegamos a la altura del féretro y permanecimos allí un rato contemplándolo y, ¡Dios!, no podía creerlo. Tenía el aspecto de un trozo de plástico metido en una caja. No se parecía en nada al Elvis que yo conocí… Tenía más aspecto de muñeco que de persona”. Tal vez por eso no exista una sola fotografía del sepelio, ya que la familia prohibió terminantemente la presencia de cámaras. Sin embargo, uno de los parientes de Elvis, Bobby Mann, se las arregló para introducir una cámara y tomar una fotografía del cadáver, que apareció en la portada del National Inquirer y en la que se puede apreciar el extraño aspecto al que se referían los testigos.
El funeral en sí mismo fue un prodigio de organización si tenemos en cuenta lo “inesperado” de la muerte del cantante. Elvis murió a las 14:56. Entre esa hora y la mañana del día siguiente –cuando tuvo lugar el sepelio–, dio tiempo a llevar a cabo la autopsia y el embalsamamiento, a conseguir 16 limusinas blancas y un Cadillac del mismo color. Se encargaron el ataúd de diseño especial, quinientas rosas, un dispositivo de seguridad formado por cientos de agentes... Se suspendió la gira que tendría que comenzar unos días más tarde. Los presidentes de los clubes de fans fueron telefoneados personalmente por Vernon Presley, el padre de Elvis, para suplicarles su no asistencia como favor personal a la familia. Se eligió la música y la ropa para el acto, se contactó con los sacerdotes y se escogió el trayecto de la comitiva, que comenzó apenas 21 horas después del fallecimiento.
ALGUNOS CREEN QUE ELVIS SIGUE VIVO
Sólo hay una cosa que falla en este impecable mecanismo de relojería y es la llamada que hizo Ginger Alden, la pareja de Elvis en aquel momento, a la revista National Inquirer para anunciar la muerte a las 11:30 de la mañana, esto es, tres horas antes del presunto fallecimiento.
Ante tal derroche de organización, llama la atención el aparente desinterés existente por la gira que debería haber comenzado unas semanas después. No había ensayos programados, ni músicos contratados. Ni siquiera se había adquirido nuevo vestuario a pesar de los veinte kilos de peso que había ganado Elvis.
RETIRADAS EN EFECTIVO
Otro lugar donde el “fantasma” de Elvis parece estar muy presente es en el FBI. Éste se encuentra en posesión de 663 páginas de información confidencial sobre el cantante. Lo curioso es que la mayor parte de los expedientes tienen fechas posteriores a 1977. Una nueva sorpresa la encontramos en los registros bancarios del cantante; durante el mes anterior a su muerte se realizaron importantes retiradas de fondos en efectivo que alcanzaron en una ocasión el millón de dólares. Además, la multimillonaria póliza de seguros que Elvis tenía contratada en la prestigiosa compañía londinense Lloyds no ha sido cobrada hasta el momento. Tal vez ello se deba al hecho de que en Estados Unidos no es delito fingir la propia muerte siempre y cuando no se obtenga ningún beneficio económico de ello.
A los pocos días de su desaparición comenzaron una serie de “avistamientos”. Según medios de comunicación sensacionalistas como el National Inquirer o el News of the World, el cantante fue visto en una gasolinera en Montana, en un supermercado en Oregón, saliendo de un Pizza Hut en Southampton, en Oslo, leyendo poesía en la Universidad Penn State, haciendo dedo en Texas y hasta conduciendo un camión en Tasmania. Sin embargo, existen algunas apariciones post mortem del “rey” que resultan más difíciles de descartar. Por ejemplo, empleados del aeropuerto internacional de Memphis declararon que dos horas después de la muerte de Elvis, cuando ésta aún no había sido hecha pública, un hombre muy parecido a él compró un pasaje de avión a Buenos Aires. Pagó en efectivo y dijo llamarse John Burrows, un alias usado por el cantante en momentos de su vida y que sólo conocían sus más allegados y el FBI. Más o menos en ese mismo instante, Lucy De Barbon, una de sus ex novias, recibía una sencilla rosa acompañada de una escueta tarjeta que ponía “Lancelot”, el apelativo cariñoso con el que ella solía llamar a Presley durante su relación y que sólo ellos conocían.
No tardaron en aparecer otros documentos como fotografías y grabaciones magnetofónicas. Las dos fotografías más conocidas son una de 1978, tomada en Graceland –la mansión de Elvis– en la que se ve a alguien tras una puerta de cristal. Más controvertida es otra tomada en 1984 en la que supuestamente se le ve en segundo plano tras Mohamed Ali y Jesse Jackson. Preguntado el boxeador sobre quién era la persona junto a él en la foto, éste declaró llanamente: “Mi amigo Elvis Presley”.
Éstas y otras pruebas suscitaron una considerable controversia en su momento, pero con el tiempo la historia se diluyó hasta convertirse en una más del rico folklore urbano estadounidense. Y así continuaron las cosas hasta que un respetado psiquiatra de Missouri, que nada tiene que ganar, excepto problemas, ha llevado el tema a los noticiarios de todo el país.
LA HISTORIA DEL DR. HINTON
Poco antes del 25 aniversario de la muerte del “rey”, la CNN emitió una extraña entrevista con el psiquiatra estadounidense Donald Hinton, quien afirmaba que Elvis está vivo y que sigue tratamiento con él. Según Hinton, Elvis aparecerá en público próximamente para explicar los motivos de su larga ausencia. “Sé que la gente piensa que estoy loco o que fui engañado por alguien, pero no tengo la menor duda de que mi paciente es quien dice ser”. Hinton ha escrito un libro en el que cuenta esta historia y se hace portavoz de los pensamientos de Elvis o Jesse, como prefiere ser llamado en la actualidad.
Todo empezó cuando Hinton, interesado en la figura de “el rey”, frecuentaba un foro de fans de Elvis en el que se dedicaba a cambiar impresiones e información discográfica. Casi inmediatamente de dar a conocer su condición de médico, Hinton apreció que una de las habituales del foro, una mujer a la que en su libro sólo identifica con el pseudónimo Shuma, comenzó a mostrar un interés especial en él, haciéndole preguntas relacionadas con tratamientos para del dolor crónico en enfermos reumáticos.
La relación se hizo más cercana y ambos contertulios comenzaron a telefonearse y a verse ocasionalmente, hasta que las cosas dieron un giro inesperado: el 30 de junio de 1997 Shuma le llamó para explicarle una historia increíble. Al parecer, ella había estado en contacto con Elvis llegando a granjearse su amistad. La vida de anonimato del artista no estaba siendo tan dulce como él imaginaba. Sufría un grave problema físico, pero temía acudir a un centro de salud por miedo a ser reconocido. Necesitaba un médico de confianza y él iba a serlo.
A pesar de que los años y la cirugía plástica habían modificado su fisonomía, a Hinton le bastaron pocos minutos para convencerse de que aquel hombre de pelo blanco que tenía ante sí era realmente Elvis Presley. Tras el reconocimiento dedujo que se encontraba en un estado de salud deplorable. Entre otras cosas, sufría una artritis crónica que le provocaba terribles dolores de los que sólo se sobreponía gracias a la medicación. Esto se alejaba de la especialidad de Hinton, por lo que tuvo que pedir consejo a otros colegas y estudiar varios libros antes de tratarle.
Con el tiempo, Jesse le explicó las razones que le habían llevado a poner en práctica tan extravagante plan: por un lado, no quería ser recordado como una sombra decadente de lo que fue. Por otro, una serie de desastrosos negocios relacionados con la mafia le habían colocado en una situación financiera y legal incierta. Se sentía hastiado y prisionero en su propia mansión.
Las relaciones entre médico y doctor continuaron hasta que un buen día, Jesse/Elvis confesó a Hinton su intención de contar la verdad al público y de reaparecer, para lo que requería su ayuda. No quería acabar su vida como una mentira que termina enterrada en una tumba anónima. Le pidió que le ayudara a escribir un libro en el que contar sus experiencias de estos veinte años, lo que serviría para ir preparando a la gente antes de su reaparición. Para que nadie pudiera dudar de sus palabras le facilitaría una serie de pruebas: muestras de cabello, un diente de oro que le había sido recientemente extraído, objetos personales de gran valor que nunca salieron a la venta, como los gemelos de diseño exclusivo que le regaló Ann Margaret tras el rodaje de Viva Las Vegas, los manuscritos de todos los textos del libro y, la prueba más controvertida de todas: una fotografía actual en la que aparece junto a su nieto Benjamín y cuya autenticidad no ha sido desmentida por su hija Lisa Marie.
MANUEL MARTINEZ ROSAS
PERIODISTA
CPP 2593
ELVIS PRESLEY
Han pasado ya 30 años y muchos todavía no creen que Elvis, el “rey del rock”, haya muerto. Durante este último cuarto de siglo ha sido visto, fotografiado y hasta entrevistado... Pero todos creímos que eran delirios de la prensa sensacionalista norteamericana. Ahora, un libro reciente nos crea, al menos, dudas.
Santiago Camacho
“Tras haber escuchado ya demasiadas historias respecto a la muerte de Elvis Presley, he decidido contar al mundo la verdadera historia de los hechos que tuvieron lugar aquel día de agosto de 1977. Sí, aquel día, el 16 de agosto. ¿Acaso es una coincidencia que una persona nacida un ocho de enero –mes 1, día 8– perezca el día 16 del mes 8? Tal vez todo tuviera más sentido si hubieran sido dos (2) las personas nacidas aquel día. Como podéis ver, la numerología siempre ha tenido una gran importancia en mi vida, y aún la tiene hoy día. Demasiada gente ha escrito y hablado sobre si mi muerte fue un fraude. ¡No fue ningún fraude! He decidido reinventarme a mí mismo en la forma de mi hermano (Jesse Garon) y sí, Elvis Presley murió aquel día.”
Según el escritor Donald Hinton estas palabras constituirían uno de los mayores documentos periodísticos de los últimos tiempos, ya que serían las primeras declaraciones públicas de Elvis Presley tras su presunta muerte. Para atestiguar su autenticidad se ha aportado el texto manuscrito –sometido al juicio de varios grafólogos– que no ha podido ser catalogado como una falsificación.
Hinton es autor de La verdad sobre Elvis Aron Presley en sus propias palabras, un polémico libro que narra la vida de Elvis durante estos veinte años transcurridos desde su muerte. Casi inmediatamente después de la desaparición de esta leyenda del rock el 16 de agosto de 1977, comenzaron a darse innumerables “avistamientos” del presunto fallecido a lo largo y ancho de la geografía de Estados Unidos; tantos, que llegaron a convertirse en un elemento de máxima importancia en el folklore urbano reciente de aquel país.
Lo cierto es que, al margen de la frivolidad con que en la mayor parte de las ocasiones se ha tratado este tema, la muerte de Elvis está rodeada de todo un conjunto de misterios y anomalías que hacen sospechar que existe algo más tras la versión oficial.
DEMASIADOS CABOS SUELTOS
Según sus conocidos, Elvis llevaba tiempo fantaseando con la idea de vivir de incógnito. Al respecto, existe un dato muy curioso. En la biblioteca de Elvis existe un libro en el que sólo hay una única frase subrayada: “Si tuviera que regresar, no me reconoceríais”.
Los enigmas comienzan en la propia tumba del “rey”, cuyo nombre aparece mal escrito en la lápida. El nombre completo de Elvis era Elvis Aron Presley, no Elvis Aaron Presley como aparece escrito en el sepulcro. Puede parecer un error sin importancia, pero no lo es y su padre jamás hubiera permitido que algo así sucediera como quedó demostrado cuando se cometió el mismo error en su partida de nacimiento y no paró hasta que fue subsanado. Todo ello se debe a que la familia le había puesto ese nombre en recuerdo de Jesse Garon Presley, el hermano gemelo de Elvis, que murió media hora después del parto y cuya sombra tuvo un enorme peso en la vida del cantante.
Entonces, ¿cómo se explica el error en la lápida? Elvis era una persona muy supersticiosa. Tal vez prefirió no tentar a la suerte escribiendo su nombre real en un sepulcro que aún no pensaba ocupar...
Su sepelio fue también un acontecimiento insólito. Los porteadores apenas podían con el descomunal ataúd de más de cuatrocientos kilos fabricado de encargo, que contenía sus restos mortales. Pero pese al calor –según comentaron los transportistas– el féretro estaba anormalmente frío, como si tuviera en su interior algún dispositivo de refrigeración, algo que podría explicar el excesivo peso de la caja. Sin embargo, esto plantea una nueva duda: si el cadáver de Elvis había sido embalsamado para evitar la descomposición, entonces, ¿cuál sería el propósito de aquel hipotético dispositivo? Tal vez la respuesta esté en las palabras de Alanna Nash, reportera del Louisville Courier Journal, que tuvo ocasión de contemplar dos veces el cuerpo de Elvis: “Es extraño, pero parecía más un muñeco de cera que un cuerpo humano”. Una de las asistentes al funeral, La Costa Tucker, también tuvo la misma impresión: “Llegamos a la altura del féretro y permanecimos allí un rato contemplándolo y, ¡Dios!, no podía creerlo. Tenía el aspecto de un trozo de plástico metido en una caja. No se parecía en nada al Elvis que yo conocí… Tenía más aspecto de muñeco que de persona”. Tal vez por eso no exista una sola fotografía del sepelio, ya que la familia prohibió terminantemente la presencia de cámaras. Sin embargo, uno de los parientes de Elvis, Bobby Mann, se las arregló para introducir una cámara y tomar una fotografía del cadáver, que apareció en la portada del National Inquirer y en la que se puede apreciar el extraño aspecto al que se referían los testigos.
El funeral en sí mismo fue un prodigio de organización si tenemos en cuenta lo “inesperado” de la muerte del cantante. Elvis murió a las 14:56. Entre esa hora y la mañana del día siguiente –cuando tuvo lugar el sepelio–, dio tiempo a llevar a cabo la autopsia y el embalsamamiento, a conseguir 16 limusinas blancas y un Cadillac del mismo color. Se encargaron el ataúd de diseño especial, quinientas rosas, un dispositivo de seguridad formado por cientos de agentes... Se suspendió la gira que tendría que comenzar unos días más tarde. Los presidentes de los clubes de fans fueron telefoneados personalmente por Vernon Presley, el padre de Elvis, para suplicarles su no asistencia como favor personal a la familia. Se eligió la música y la ropa para el acto, se contactó con los sacerdotes y se escogió el trayecto de la comitiva, que comenzó apenas 21 horas después del fallecimiento.
ALGUNOS CREEN QUE ELVIS SIGUE VIVO
Sólo hay una cosa que falla en este impecable mecanismo de relojería y es la llamada que hizo Ginger Alden, la pareja de Elvis en aquel momento, a la revista National Inquirer para anunciar la muerte a las 11:30 de la mañana, esto es, tres horas antes del presunto fallecimiento.
Ante tal derroche de organización, llama la atención el aparente desinterés existente por la gira que debería haber comenzado unas semanas después. No había ensayos programados, ni músicos contratados. Ni siquiera se había adquirido nuevo vestuario a pesar de los veinte kilos de peso que había ganado Elvis.
RETIRADAS EN EFECTIVO
Otro lugar donde el “fantasma” de Elvis parece estar muy presente es en el FBI. Éste se encuentra en posesión de 663 páginas de información confidencial sobre el cantante. Lo curioso es que la mayor parte de los expedientes tienen fechas posteriores a 1977. Una nueva sorpresa la encontramos en los registros bancarios del cantante; durante el mes anterior a su muerte se realizaron importantes retiradas de fondos en efectivo que alcanzaron en una ocasión el millón de dólares. Además, la multimillonaria póliza de seguros que Elvis tenía contratada en la prestigiosa compañía londinense Lloyds no ha sido cobrada hasta el momento. Tal vez ello se deba al hecho de que en Estados Unidos no es delito fingir la propia muerte siempre y cuando no se obtenga ningún beneficio económico de ello.
A los pocos días de su desaparición comenzaron una serie de “avistamientos”. Según medios de comunicación sensacionalistas como el National Inquirer o el News of the World, el cantante fue visto en una gasolinera en Montana, en un supermercado en Oregón, saliendo de un Pizza Hut en Southampton, en Oslo, leyendo poesía en la Universidad Penn State, haciendo dedo en Texas y hasta conduciendo un camión en Tasmania. Sin embargo, existen algunas apariciones post mortem del “rey” que resultan más difíciles de descartar. Por ejemplo, empleados del aeropuerto internacional de Memphis declararon que dos horas después de la muerte de Elvis, cuando ésta aún no había sido hecha pública, un hombre muy parecido a él compró un pasaje de avión a Buenos Aires. Pagó en efectivo y dijo llamarse John Burrows, un alias usado por el cantante en momentos de su vida y que sólo conocían sus más allegados y el FBI. Más o menos en ese mismo instante, Lucy De Barbon, una de sus ex novias, recibía una sencilla rosa acompañada de una escueta tarjeta que ponía “Lancelot”, el apelativo cariñoso con el que ella solía llamar a Presley durante su relación y que sólo ellos conocían.
No tardaron en aparecer otros documentos como fotografías y grabaciones magnetofónicas. Las dos fotografías más conocidas son una de 1978, tomada en Graceland –la mansión de Elvis– en la que se ve a alguien tras una puerta de cristal. Más controvertida es otra tomada en 1984 en la que supuestamente se le ve en segundo plano tras Mohamed Ali y Jesse Jackson. Preguntado el boxeador sobre quién era la persona junto a él en la foto, éste declaró llanamente: “Mi amigo Elvis Presley”.
Éstas y otras pruebas suscitaron una considerable controversia en su momento, pero con el tiempo la historia se diluyó hasta convertirse en una más del rico folklore urbano estadounidense. Y así continuaron las cosas hasta que un respetado psiquiatra de Missouri, que nada tiene que ganar, excepto problemas, ha llevado el tema a los noticiarios de todo el país.
LA HISTORIA DEL DR. HINTON
Poco antes del 25 aniversario de la muerte del “rey”, la CNN emitió una extraña entrevista con el psiquiatra estadounidense Donald Hinton, quien afirmaba que Elvis está vivo y que sigue tratamiento con él. Según Hinton, Elvis aparecerá en público próximamente para explicar los motivos de su larga ausencia. “Sé que la gente piensa que estoy loco o que fui engañado por alguien, pero no tengo la menor duda de que mi paciente es quien dice ser”. Hinton ha escrito un libro en el que cuenta esta historia y se hace portavoz de los pensamientos de Elvis o Jesse, como prefiere ser llamado en la actualidad.
Todo empezó cuando Hinton, interesado en la figura de “el rey”, frecuentaba un foro de fans de Elvis en el que se dedicaba a cambiar impresiones e información discográfica. Casi inmediatamente de dar a conocer su condición de médico, Hinton apreció que una de las habituales del foro, una mujer a la que en su libro sólo identifica con el pseudónimo Shuma, comenzó a mostrar un interés especial en él, haciéndole preguntas relacionadas con tratamientos para del dolor crónico en enfermos reumáticos.
La relación se hizo más cercana y ambos contertulios comenzaron a telefonearse y a verse ocasionalmente, hasta que las cosas dieron un giro inesperado: el 30 de junio de 1997 Shuma le llamó para explicarle una historia increíble. Al parecer, ella había estado en contacto con Elvis llegando a granjearse su amistad. La vida de anonimato del artista no estaba siendo tan dulce como él imaginaba. Sufría un grave problema físico, pero temía acudir a un centro de salud por miedo a ser reconocido. Necesitaba un médico de confianza y él iba a serlo.
A pesar de que los años y la cirugía plástica habían modificado su fisonomía, a Hinton le bastaron pocos minutos para convencerse de que aquel hombre de pelo blanco que tenía ante sí era realmente Elvis Presley. Tras el reconocimiento dedujo que se encontraba en un estado de salud deplorable. Entre otras cosas, sufría una artritis crónica que le provocaba terribles dolores de los que sólo se sobreponía gracias a la medicación. Esto se alejaba de la especialidad de Hinton, por lo que tuvo que pedir consejo a otros colegas y estudiar varios libros antes de tratarle.
Con el tiempo, Jesse le explicó las razones que le habían llevado a poner en práctica tan extravagante plan: por un lado, no quería ser recordado como una sombra decadente de lo que fue. Por otro, una serie de desastrosos negocios relacionados con la mafia le habían colocado en una situación financiera y legal incierta. Se sentía hastiado y prisionero en su propia mansión.
Las relaciones entre médico y doctor continuaron hasta que un buen día, Jesse/Elvis confesó a Hinton su intención de contar la verdad al público y de reaparecer, para lo que requería su ayuda. No quería acabar su vida como una mentira que termina enterrada en una tumba anónima. Le pidió que le ayudara a escribir un libro en el que contar sus experiencias de estos veinte años, lo que serviría para ir preparando a la gente antes de su reaparición. Para que nadie pudiera dudar de sus palabras le facilitaría una serie de pruebas: muestras de cabello, un diente de oro que le había sido recientemente extraído, objetos personales de gran valor que nunca salieron a la venta, como los gemelos de diseño exclusivo que le regaló Ann Margaret tras el rodaje de Viva Las Vegas, los manuscritos de todos los textos del libro y, la prueba más controvertida de todas: una fotografía actual en la que aparece junto a su nieto Benjamín y cuya autenticidad no ha sido desmentida por su hija Lisa Marie.
MANUEL MARTINEZ ROSAS
PERIODISTA
CPP 2593
miércoles, 2 de enero de 2008
EL REGRESO DE LOS MUERTOS
Hemos podido apreciar a través de estas cuatros décadas que transcurrieron que el Rock & Roll paulatinamente perdió cierta vigencia debido a los cambios tecnológicos que se suscitaron, hasta tal punto que con el desarrollo de la computadora, esta empezó a desarrollar programas para implementar composiciones o canciones que a futuro iban a estar en el mercado musical.
Murió por lo tanto la inspiración, la creatividad y en experimentar de manera directa en la intervención de una composición o canción como antaño se hizo.
Al iniciar la década de los 90 quedaron pocos grupos o cantantes que no cayeron en lo fácil. Sufrí la pérdida de mi padre, y por coincidencia una banda inglesa legendaria –Queen-, lanzaría lo que sería su último álbum con Freddie Mercury a la cabeza. La canción “All God's People”, sería el testimonio de despedida de sus miembros a sabiendas que Mercury fallecería al año siguiente; y de la cual, me sirvió de compañía por los momentos que estaba viviendo.
Nirvana con su extraordinario Unplugged se convirtió en el testamento musical de Kurt Cobain, el epígrafe a su carrera, concebido el 18 de noviembre de 1993 para la cadena MTV. Eliminaron de sus canciones cualquier rastro de efecto eléctrico, condición básica de los Unplugged, para demostrar así que, una vez desnudas, sus canciones mantenían la misma calidad acústica en cada una de sus melodías.
Sin los elementos modernos la música de Nirvana parece trasladarnos a los 70, provocando en nuestra mente la fugaz ilusión de tener a Morrison (The Doors) al lado de Cobain.
The Rolling Stones recuperaron el alma que los hizo famosos en los años 60. “Voodoo Lounge”, salido al mercado el 8 de julio de 1994 marcará un importante hito dentro de la carrera de las “Piedras Rodantes”, porque sus canciones del álbum tienen solidez, variedad y energía, logrando en esos años reinventarse a si mismos por su inspiración y consistencia.
Las giras y otros álbumes siguieron a posteriori con singular éxito.
The Beatles no se podían quedar atrás. Gracias a que amistaron Paul y Yoko Ono, permitió que este legendario grupo desempolvase una sesión histórica: BBC en Londres, la cual a partir del 03 de diciembre de 1993 el doble CD estuvo en los estantes de la venta de discos a nivel mundial.
En dicha sesión quedó demostrado que The Beatles eran tan buenos tocando rock & roll de los años 50, como si pareciera que estuvieron allí, al lado de Elvis, Jerry Lee Lewis, Carl Perkins, Jhonny Cass, Chuck Berry, el Pequeño Ricardito, Bill Haley y otros más.
Pero The Beatles no se conformaron con ello. En los años 1994, 1995 y 1996 sacaron las tres versiones de “Antología”, la forma cómo sus integrantes compusieron su música y cómo cantaban en las actuaciones en vivo. “Libre como un pájaro” fue el inicio de tres años en que los muchachos de Liverpool –con la ausencia forzosa de Lennon- pereciera como si estuvieran allí, alegrándonos el mundo como hace 30 años lo hicieron.
En agosto de 1997 se cumplirían 20 años de la muerte de Elvis. Y la RCA, su disquera, tuvo la feliz idea de editar “Elvis en Platino: Su vida en la música”.
Son cuatro CDs, en su mayor parte rarezas del Rey del Rock que no fueron editadas cuando vivía, y de la cual permitió conocer a fondo la perfección con que Elvis canta, y en esforzarse en hacer seriamente sus sesiones musicales.
U2 con “Ratte and Hum” en 1998 vigoriza su presencia en la escena del rock. Con mayor fuerza se siente su presencia al propalarse su película, la cual, nos ayuda a transportarnos imaginariamente en los lugares en que la banda irlandesa tocaba.
Incluye hasta la visita en Graceland, la casa donde vivió Elvis.
Como pueden apreciar, en la década de los noventa lo que he narrado mantuvieron vivo el Rock, no tanto por los recuerdos, sino por el material que había quedado guardado o que en algunos casos se inspiraron en componer nuevas melodías.
No utilizarían la computadora como programas para crear, sino que fueron utilizadas para mejorar el sonido y actualizarlo a nuestros tiempos, sin quitarle nada de lo que ya se había hecho y grabado en los antiguos acetatos o más conocidos como los long plays.
Bod Dylan tomaría más tarde la antorcha dejada por estos músicos, regresando al pasado para componer otras melodías que en la siguiente década le sería reconocido con el premio “Príncipe de Asturias”.
Manuel Martínez Rosas
Periodista
CPP 2593
Murió por lo tanto la inspiración, la creatividad y en experimentar de manera directa en la intervención de una composición o canción como antaño se hizo.
Al iniciar la década de los 90 quedaron pocos grupos o cantantes que no cayeron en lo fácil. Sufrí la pérdida de mi padre, y por coincidencia una banda inglesa legendaria –Queen-, lanzaría lo que sería su último álbum con Freddie Mercury a la cabeza. La canción “All God's People”, sería el testimonio de despedida de sus miembros a sabiendas que Mercury fallecería al año siguiente; y de la cual, me sirvió de compañía por los momentos que estaba viviendo.
Nirvana con su extraordinario Unplugged se convirtió en el testamento musical de Kurt Cobain, el epígrafe a su carrera, concebido el 18 de noviembre de 1993 para la cadena MTV. Eliminaron de sus canciones cualquier rastro de efecto eléctrico, condición básica de los Unplugged, para demostrar así que, una vez desnudas, sus canciones mantenían la misma calidad acústica en cada una de sus melodías.
Sin los elementos modernos la música de Nirvana parece trasladarnos a los 70, provocando en nuestra mente la fugaz ilusión de tener a Morrison (The Doors) al lado de Cobain.
The Rolling Stones recuperaron el alma que los hizo famosos en los años 60. “Voodoo Lounge”, salido al mercado el 8 de julio de 1994 marcará un importante hito dentro de la carrera de las “Piedras Rodantes”, porque sus canciones del álbum tienen solidez, variedad y energía, logrando en esos años reinventarse a si mismos por su inspiración y consistencia.
Las giras y otros álbumes siguieron a posteriori con singular éxito.
The Beatles no se podían quedar atrás. Gracias a que amistaron Paul y Yoko Ono, permitió que este legendario grupo desempolvase una sesión histórica: BBC en Londres, la cual a partir del 03 de diciembre de 1993 el doble CD estuvo en los estantes de la venta de discos a nivel mundial.
En dicha sesión quedó demostrado que The Beatles eran tan buenos tocando rock & roll de los años 50, como si pareciera que estuvieron allí, al lado de Elvis, Jerry Lee Lewis, Carl Perkins, Jhonny Cass, Chuck Berry, el Pequeño Ricardito, Bill Haley y otros más.
Pero The Beatles no se conformaron con ello. En los años 1994, 1995 y 1996 sacaron las tres versiones de “Antología”, la forma cómo sus integrantes compusieron su música y cómo cantaban en las actuaciones en vivo. “Libre como un pájaro” fue el inicio de tres años en que los muchachos de Liverpool –con la ausencia forzosa de Lennon- pereciera como si estuvieran allí, alegrándonos el mundo como hace 30 años lo hicieron.
En agosto de 1997 se cumplirían 20 años de la muerte de Elvis. Y la RCA, su disquera, tuvo la feliz idea de editar “Elvis en Platino: Su vida en la música”.
Son cuatro CDs, en su mayor parte rarezas del Rey del Rock que no fueron editadas cuando vivía, y de la cual permitió conocer a fondo la perfección con que Elvis canta, y en esforzarse en hacer seriamente sus sesiones musicales.
U2 con “Ratte and Hum” en 1998 vigoriza su presencia en la escena del rock. Con mayor fuerza se siente su presencia al propalarse su película, la cual, nos ayuda a transportarnos imaginariamente en los lugares en que la banda irlandesa tocaba.
Incluye hasta la visita en Graceland, la casa donde vivió Elvis.
Como pueden apreciar, en la década de los noventa lo que he narrado mantuvieron vivo el Rock, no tanto por los recuerdos, sino por el material que había quedado guardado o que en algunos casos se inspiraron en componer nuevas melodías.
No utilizarían la computadora como programas para crear, sino que fueron utilizadas para mejorar el sonido y actualizarlo a nuestros tiempos, sin quitarle nada de lo que ya se había hecho y grabado en los antiguos acetatos o más conocidos como los long plays.
Bod Dylan tomaría más tarde la antorcha dejada por estos músicos, regresando al pasado para componer otras melodías que en la siguiente década le sería reconocido con el premio “Príncipe de Asturias”.
Manuel Martínez Rosas
Periodista
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