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domingo, 13 de diciembre de 2009

13 DE DICIEMBRE DE ...?

Hace 51 años abrí los ojos al mundo a las 11 y 15 de la mañana en el tercer piso de la Clínica Maisón de Santé, para alegría de mi madre y posteriormente de mi padre –porque no estaba enterado de tal acontecimiento familiar-, de la cual, han transcurrido medio siglo de existencia que en líneas generales lo debo considerar positivo.

Positivo porque he vivido y aún lo sigo percibiendo, tuve gratos momentos de mi existencia, como también los más tristes y diría hasta nefasto con las desapariciones físicas de mis amigos, familiares y padres, especialmente ahora último de mi madre que este mes cumple 08 meses en que ya no está conmigo.

Apretadamente podré decir que uno de mis mayores aciertos fue formarme intelectualmente hasta tener una profesión de periodista, ejercerla en la administración pública, y en algunos diarios en la sección de “Opinión”, de ser militante y dirigente de un partido político; Acción Popular, fanático de Universitario de Deportes que va a un título más en su rico historial futbolístico y deportivo, en pos de alcanzar una Copa Libertadores de América y en valorar la música rock. Si, el gran rock & roll que gracias a Elvis Presley tocamos el cielo de alegría y jolgorio con el ritmo salvaje y el baile pegajoso, las dulces melodías y el romanticismo que aspiramos cuando estamos junto a la chica que nos gusta y los himnos religiosos y baladas tristes cuando este camino empieza a terminarse hasta llegar al final destino para que otros lo continúen con diferente estilo.



Gracias a Elvis vinieron el resto, gracias a Elvis The Beatles llegaron momentáneamente a desplazarlo hasta diciembre de 1968 en que el viejo león decidiera volver a darle un nuevo impulso a la música rock, especialmente por los sucesos violentos que vivía los Estados Unidos.

Gracias a Elvis y sus canciones es que aún sobrevivo, y han tenido razón sus fans: “su música era algo celestial, un mensaje al corazón que llenaba el espíritu y el alma … era un grito de protesta, un canto de batalla que condujo a los jóvenes hasta el triunfo sobre la represión y la moral Victoriana…punto de origen de la revolución sexual y padre de la famosa “brecha” entre las generaciones, precursor de los Beatles …”; dan ganas de llorar y me emociono cuando magistralmente interpreta sus antológicas canciones, de la cual no me canso de escucharlas porque es tan vasta su producción discográfica.

The Beatles eran antes por su alegría de vivir, de tocar sus instrumentos y cantarlos, sobre todo en la época que fui niño, cuando a los tres años me enfermé de la poliomielitis hasta cuando estuve en el colegio, pero al conocer a Elvis el día que murió lo gustos y sentimientos cambiaron.

Si hablamos de Acción Popular, no olvido el ultimátum de La Merced, que criollamente lo conocen como “el manguerazo”, en que un solo hombre, un demócrata acompañado por un puñado de militantes insistían ante la dictadura militar en la inscripción de una candidatura para que la clase media y baja accediéramos a gobernar en beneficio del país, rompiendo una larga racha de gobiernos oligárquicos y plutocráticos.


No ganamos en el 50 pero hicimos una formidable oposición educativa a la ciudadanía visitando sus pueblos y conociendo su realidad; y los frutos lo cosechamos: fuimos gobierno en la década del 60 con los formidables y maravillosos primeros 100 días de “El Perú Construye” (nadie aún lo ha superado), al desbaratar los acomodos de la clase alta en beneficio del pueblo, y la transición y tolerancia de la década de los 80, donde dejamos las bases necesarias para el fortalecimiento del sistema institucional que rigiera sin desviaciones los destinos del país, con la sorpresiva incursión terrorista en que tuvimos que enfrentar. En los 90 volvimos a las calles a protestar por la ruptura democrática, con la advertencia que el dictador iba a terminar preso.

Y así sucedió.

Lima Cercado fue mucho más bella y hermosa de lo que hoy es, cuyo medio de transporte principal fueron los tranvías. No se de dónde habré sacado de niño en llamarlos “los trambosos de tranvías”, la cual jugaba armándolos con las cajas vacías de las pastas dentales, los adornaba y con los carritos que tenía ya estaba en mi propia ciudad transitando y transportándome a mi gusto y con mi imaginación.



La limpieza de Lima era su fuerte, y cómodamente en mi carretilla en una esquina vendía periódicos, especialmente “Ultima Hora” y “El Comercio Gráfico”. Ya estaba con la secuela de la polio y había salido del internado en el Hospital del Niño donde el mal hizo añiscos a mis piernas.

Muchos pensaban que ya no iba a caminar, pero me rehabilité; y fue gracias a la ayuda de mi colegio “La Alegría en el Señor”, donde una gran directora de origen germano, Rosemarie Stemmler, me enseñó a no autocompadecerme, a ser feliz con lo que tenía (cariño y amor), a aprender lo que me enseñaban mis maestros para labrarme mi futuro y a ser autodependiente y libre en la vida.

Gracias a el colegio conocí muchos amigos –que aún los sigo frecuentando-, y quizás lo más importante es que llegué a ser un líder deportivo especialmente lo que estaban en primaria, debido que los defendía ante mis propios compañeros que abusaban de ellos.

Gracias al fútbol sin saberlo me convertí en el eje en que todo giraba a mi alrededor y nadie atinaba a nada si yo no decidía. Jugué 30 años, desde 1970 hasta el año 2000 en que me fracturé el fémur.

Después de mi recuperación por prescripción médica adiós Lulo, adiós al fútbol. Perdí la cuenta la cantidad de goles que anoté, las espectaculares salvadas a mi arco, pero no los cinco campeonatos que gané, y sobre todo dos partidos especiales en 1976 en que los de primaria se enfrentó a la selección de mi colegio, ya cuajado en los campeonatos que participó.

Yo jugué para primaria y le ganamos 2 a 0; no olvido las lágrimas de alegría de mis compañeros, niños, “bebés” para algunos en que con la táctica del contragolpe cayeron en mi trampa. El segundo fue una locura; yo, solo contra la selección de mi colegio y también algunos de primaria se me enfrentaron por espacio de 25 minutos.

A punta de contragolpes, porque mi ventaja era que tenía una buena velocidad y un buen soporte físico en los roces y choques es que en más de una ocasión los asusté, fallando inclusive dos goles porque fueron al palo, pero casi al final cuando la campana ya iba a tocar para regresar a la última clase me hicieron apenas un gol, luego de intentar probar de todos lados, distancias y ángulos.

Fueron quince jugadores contra uno para que en 25 minutos solo me hicieran un gol, lo que origina que pase a ser –para algunos de mis fans que vieron el partido-, como un mito.




No les miento, mi orgullo, mi pecho y autoestima estaba por las nubes en contraposición con el alejamiento de Madezha, que por no ser tolerantes siempre estuvimos alejados a pesar que ambos sentíamos un gran cariño.

En estar en la universidad Jaime Bausate y Mesa e Inca Gracilazo de la Vega me ayudó de sobremanera a recuperar el tiempo en mejorar mi educación, tomando en cuenta que fui una bestia para los estudios por los ceros que tuve cada mes en las libretas de notas. El secreto fue que en revisar los sílabus de estudios me adelantaba a investigarlos, y ya en clase podía hasta dar una opinión de lo que se estaba discutiendo.

Por ello todos los días en las tardes y noches estaba en la Biblioteca Nacional en diversas secciones, pero más paraba en la Hemeroteca.

Influyó también esto en que debía tener un trabajo acorde a lo que pueda rendir y gracias al INABIF lo pude conseguir, llegando al cargo más alto de ser el Jefe (e) de la Oficina de Comunicaciones y hoy Responsable de Trámite Documentario.

Gracias a mi padre aprendí a manejar un auto. Gracias a mi madre hoy tengo el “Escarabajo”, un Wolsvagen coupe del año 70 que por las circunstancias especiales que estoy viviendo se ha convertido en mi fiel compañero y amigo.

No me ha abandonado y si antes se malograba es que no lo conocía a profundidad; hoy puedo decir todo lo contrario, más aún cuando ambos nos cuidamos.

Tengo un buen hermano que me quiere y desde niño me cuidó, me cargó, me llevó a diario a mi rehabilitación en su espalda, hoy públicamente debo decirle mil gracias porque no solo él hizo esto por mí, hay mucho más.

A mis amigos debo agradecerles en ser tolerantes conmigo y en permitirme compartir por breves momentos sus alegrías y entusiasmos.

A mi familia que me queda, mi agradecimiento por su preocupación constante en mi situación de la que estoy.

A mis correligionarios mi agradecimiento en permitirme estar juntos en la lucha por la justicia social en libertad.



Al Club de Fans de Elvis mi gratitud en permitirme tener la colección completa del mejor cantante del mundo.

A mis compañeros de trabajo mi agradecimiento en aceptarme tal como soy, en no verme como un discapacitado sino como una persona normal.

A mis sobrinos mi gratitud, son la alegría y esperanza de los buenos años que hemos estado juntos.

A Amelia mi especial gratitud, fue la persona que me hizo virar 180 grados para vivir de otro modo la vida y enfocar de manera optimista el futuro.

A esta edad quedé solo y no me avergüenzo en decir que a mi mamá la extraño, hoy en mi onomástico, mañana en Navidad y pasado en Año Nuevo. Soy conciente que las personas siguen su rumbo, su camino y si no hay interés en mi, deben seguir su línea, y yo sigo el mío, sobre todo después que ya pasó la partida de mi mamá y que por los días que pase esto poco a poco se irá olvidando.

No olvido rezar por ustedes y por otros también que me ayudaron o que inclusive me quisieron hacer daño, y por ahora en este 13 de diciembre decidí estar en un aislamiento voluntario a fin de sentir que el espíritu de mi mamá esté conmigo y que posiblemente con humildad arrodillándome ante Dios, agradecerle que la U de una vez termine el campeonato con una estrella más en el pecho.

“Viejo es el viento, pero sigue soplando”, dijo alguna vez Valentín Paniagua, y yo le agrego que no descarto nada y sigo empeñado en lograr mis objetivos hasta cuando la post polio lo permita.

¡La lucha continua, sigo adelante!. A pesar de mi onomástico y la Navidad. ¿Por qué tengo que ponerme feliz si no tengo nada que celebrar?

MANUEL MARTINEZ ROSAS

CPP 2593

LIMA - PERU






miércoles, 25 de noviembre de 2009

ME VOLVI UN NIÑO

THE BATMAN (1943)
Hace aproximadamente 50 años cuando estaba naciendo Panamericana Televisión, en ese entonces Canal 13, se emitían en su señal por espacio de cinco horas (como prueba), diversas películas y sobre todo seriales: en inglés.
Recuerdo muy bien las seriales que por ese entonces pude ver, cuyos títulos fueron; "Flecha rota", "El Temerario", "Capitán Kick", "Sir Galahad", y "El Halcón negro"
Todas ellas fueron grandiosas por su didáctica en ser emitidas y sus emocionantes capítulos, debido que eran de quince, con una duración cada uno de aproximadamente 22 minutos.

En los capítulos que finalizaba nuestro héroe estaba en serio peligro, y quedaba en suspenso hasta el siguiente, en que apreciabamos cómo se salvaba.
Pero hay una serial que como se dice "me marcó", y sin saberlo hasta hoy, era el primero que se emitieron en el año 1943 en el cine y luego en la televisión norteamericana. Aquí en el Perú con el nacimiento de Panamericana Televisión y luego en el programa del "Tio Jhonny" en la década del 60, hasta el año de 1983 en Canal 7 - RTP-, (en la dictadura militar se prohibieron su emisión), lo veía y nunca me cansé de verlo, hasta hoy.
Me refiero a: The Batman.

Esta primera serial fue producida por la Columbia Pictures Corporation, dirigido por Lambert Hillyer. En el papel de Batman lo desempeñó Lewis Wilson, Robin (Douglas Croft), y como villano el Dr. Tito Daka (J. Carrol Naish). También hay una bella mujer (Shirley Patterson), quien tuvo un papel protagónico como la periodista-fotógrafa.
Tiene 15 episodios, que concluían con una situación extrema, la cual se explicaba y se solucionaba en el capítulo siguiente, como puede verse en esta foto donde Batman cae. ¿No saben ustedes cómo se salva?.
Tendrán que verlo para saberlo, tomando en consideración que nuestro héroe no tenía los instrumentos sotisficados de lo que hoy goza; peleaba a puño limpio con Robin y los villanos comandados por Daka eran ganster al estilo de Capone y habientado como si estuviesen viendo "Los Intocables".
No era el Batman del "hazme reir" de la década del 60 de Adam West, cuyos villanos mas parecían payasos de circo de la parada que no daban miedo; lo de la serial si eran verdaderos porque a punta de pistolas y explosiones al mismo Batman y Robin les infundían temor y tenían que cuidarse porque nuestros héroes a puño limpio peleaban con astucia e inteligencia.
¿El batimovil existía?. No, era un carro común y corriente marca Ford, conducido la mayor parte por Alfred, su fiel mayordomo. Lo curioso de Batman es que siempre Robin lo salva de los peligros en que se encuentra y queda en suspenso en cada capítulo, ante un Daka que quiere apoderarse del mundo convirtiendo a la humanidad en "zombies", empezando desde luego con Ciudad Gótica, que es cualquier otra ciudad de nuestro pasado, como lo fue por ejemplo Lima de los años 20 o de las escenas de fondo en las películas de Chaplin.
No tenía nada fuera de lo común, ese es lo extraordinario y la valía de esta serial; es una producción seria y real, que lo pone a este Batman a la altura de las últimas producciones en esta década.
Por ello me volvi como un niño, porque el enterarme que el CD existía -gracias a mi compañero de trabajo Víctor Espino-, lo comencé como loco a buscarlo desde un principio, hasta recibir el dato preciso y conseguirlo finalmente en una galería poco conocida.
Recordar nuevamente esta serial, volverla a ver fue como si nuevamente estaba en 1959, en 1966, 1968 o en 1983 en que por última vez lo vi en Canal 7.
Hoy, 2009 ya lo puedo ver con tranquilidad. Vale la pena que lo traten de conseguir, en internet -Amazon- pueden adquirirlo porque es un Batman serio y real que combate el mal, combate a los villanos, ayuda a la policía a mantener el orden y la paz en la ciudad de manera simple pero de mucha emoción y de tragedia donde siempre nuestro héroe en los 15 capítulos sale vencedor con su inseparable Robin, gran ayudante, gran compañero que nos deja una lección: saber trabajar en equipo.
MANUEL MARTINEZ ROSAS
PERIODISTA
CPP 2593
LIMA - PERU



miércoles, 18 de noviembre de 2009

“SE NECESITA UN GOBIERNO DE ACCION POPULAR” - ULTIMA PARTE

Recuerdo muy bien la propaganda política, en especial los panfletos que sin mentirles llenaron toda una quinta (la que actualmente vivo), con Acción Popular y el APRA, pero mucho más la del partido de Belaunde que esta vez tomaron las precauciones del caso para no ir en desventaja como sucedió en las elecciones de junio de 1956.

Además también se corrigieron muchos aspectos de la ley electoral, entre las principales la célula única de sufragio, el padrón único y el cambio de una nueva libreta electoral; lo que originó mayor transparencia e igualdad de condiciones para los candidatos.

Los mítines que presidía Belaunde fueron multitudinarios en todo el país. Tanto fue la envidia de sus adversarios que en el Cusco recibió una pedrada en pleno rostro, cuya tensión de los correligionarios y simpatizantes se vio rápidamente relajada cuando dijo estas tranquilizantes palabras: “…que importancia tiene esta poca sangre en comparación a la mucha que derramó Tupac Amaru en esta plaza”.

Pero el día de las elecciones fue de mucha tensión en todo el país. Con el apoyo de los medios de comunicación las informaciones con los resultados preliminares llegaban a las redacciones y al Jurado Nacional de Elecciones con la victoria parcial de Belaunde. Los propios simpatizantes no lo podían creer hasta tal punto que tímidamente se concentraron en el local partidario de La Colmena hasta altas horas de la noche que oficialmente el Jurado confirmó que Belaunde era el nuevo presidente constitucional del Perú.

Y la nación entera vibró de emoción y alegría al ver que la esperanza de un hombre probo y sincero iba gobernar a fin de acabar de una vez con las injusticias que imperaban durante años. Y la realidad fue esta, los famosos 100 primeros días del gobiernos de la alianza fueron formidables, estupendas porque de inmediato se hicieron las primeras reformas que el Perú necesitaba con urgencia para quebrar el monopolio de la oligarquía y plutocracia, como por ejemplo la creación del Banco de la Nación, en reemplazo de la Caja Fiscal manejado por la banca particular que cobraba para el Estado los impuestos, y le cobraba a este un porcentaje por la recaudación más los intereses.

Era la advertencia del gobierno de Belaunde en beneficio del país dentro de los parámetros constitucionales, de la legalidad e institucionalidad con el respeto a la libertad de expresión y el pluralismo de las ideas, porque la oposición, la coalición no se iba a quedar tranquila.

En sus mensajes a la Nación cada 28 de julio presentándose al Congreso lo resumimos como: 1963 (Los últimos serán los primeros), 1964 (El Perú construye), 1965 (Nuestra misión es reformar y construir), 1966 (Llegamos a la mitad del camino), 1967 (El respeto y goce de la libertad) y 1968 (Un lustro de incansable actividad democrática); la cual, demostró al desarrollar su plan de gobierno en modernizar al país con el desarrollo de obras de gran envergadura, especialmente en las comunicaciones con la construcción y mejoramiento de las carreteras de penetración, en especial la que fue el hazme reir de sus adversarios: La Carretera Marginal de la Selva, hoy llamada oficialmente Fernando Belaunde Terry.

No olvidemos también otras obras de importancia que hasta hoy no fueron superadas como diversas obras de represas de irrigación, viviendas, modernización tributaria y reforma del Estado u otros, siendo el punto culminante su visita al Uruguay a Punta del Este, donde el Perú en la voz y pensamiento del presidente Belaunde dio cátedra y se hizo escuchar en el hemisferio en un momento delicado para los Estados Unidos por la vivencia de la guerra fria.

Cabe resaltar que estos hechos públicos los realizó el presidente respetando irrestrictamente la libertad de expresión, dejando que sus adversarios abiertamente criticaran sus iniciativas de gobierno, en especial la ologarquía y la coalición formada en el Congreso por perseguidos y perseguidores de antaño: los apristas y odriistas. Estos tuvieron la misión de estorbar, perseguir y frenar toda iniciativa del presidente Belaunde, llegando incluso a censurar sin base ni merecimiento a destacados ministros, paralizando en algo la acción gubernametal, haciendo de esta lenta y con problemas de ejecución.

Justamente de este punto, problemas de ejecución el APRA-UNO bloquearon proyectos para la reforma tributaria y reordenar el presupuesto de la República que hubiese permitido en garantizar las obras emprendidas en beneficio del país, del pueblo; a fin que su desarrollo fuese sostenido. Lo intentó Belaunde pero la fuerza de esta coalición, amparada por la oligarquía de conservar sus privilegios y de frenar las iniciativas reformistas fueron el caldo de cultivo para el futuro golpe de Estado en octubre de 1968.

Pero antes de este nefasto suceso cuyo responsable fue Velasco por evitar pasar a retiro y que trajo consigo una crisis general en todos los ámbitos, llevando al país a una catástrofe para desgracia de millones de peruanos, principalmente de los más pobres y que fue el caldo de cultivo del nacimiento de un movimiento terrorista que puso en jaque al Perú: Sendero Luminoso; Belaunde se propuso dos aspectos esenciales como la reforma agraria y en recuperar los yacimientos de la Brea y Pariñas.



Sobre el primer punto Belaunde quería una reforma sin derramamiento de sangre y de manera paulatina a fin que los grandes latifuntistas no sean perjudicados de manera abrupta y que el campesinado no sea sorprendido de su ignorancia para el manejo de las tierras que iba a poseer. La reforma fue dada a medias por la observación en el Congreso de la Coalición.

El problema del petroleo, anhelo nacional que duró años fue solucionado satisfactoriamente para el país, recuperando luego de arduas negociaciones con los representantes estadounidenses, las refinerías ubicadas en Talara sin que el Estado pagara precio alguno, la cual fue la última gran acción que dejará Belaunde debido en la madrugada al golpe de Estado. El pretexto fue la supuesta pérdida de la página 11 en papel sellado cuyo contenido en lápiz eran puras cifras de diversos porcentanjes, sumas y restas de la producción petrolera de lo que le iba a responder al Estado, página que apareció “milagrosamente” en 1979 en Registros Públicos.

Otro pretexto fue la situación económica por la devaluación del sol con respecto al dólar, situación que se hubiese podido evitar si la coalición hubiese aprobado la reforma tributaria, porque hubo más gastos que ingresos, y se protegía a la oligarquía a que pagasen menos impuestos e invirtieran menos en el país, trasladando sus ahorros a bancos extrajeros.

Estoicamente el presidente Belaunde soportó estas llamemosle así “humillaciones constitucionales”, debido que mucha gente prominente y los militares pedían al jefe de Estado a que cerrara el Congreso y lo disuelva hasta convocar a nuevas elecciones. Pero Belaunde es Belaunde: no cerró el Congreso aduciendo que es anticonstitucional y que representa la voz del pueblo, no lo cerró porque consideró que es un soporte de la democracia, no lo cerró porq ue no quería manchar su honra a pasar de gobernante constitucional a dictador.

Pero el Perú no entendió sus argumentos y fue sorprendido por el golpe de Estado perpetrado en la madrugada por un grupo de militares ambiosos del poder político, cuyo responsable Juan Velasco Alvarado no estuvo al frente sino a buen recaudo, todo lo contrario con Belaunde que si lo estuvo, y hasta los estaba esperando confiado que la Marina y la Aviación abortaran las acciones del Ejército. Pero siempre en todo lugar, en todo grupo humano existen traidores, débiles de espíritu e inconsecuentes en sus ideales y juramentos de hacer respetar lo más sagrado que le confió la Nación: la instucionalidad del país y el respeto a la Constitución.

Belaunde puso resistencia a ser desalojado de Palacio de Gobierno, es una calumnia y vil mentira de sus adversarios e ignorantes que lo sacaron “en calzoncillos”. Felizmente existen videos y fotos que demuestran lo contrario.

En su destierro fue un caballero que hizo quedar siempre bien al Perú. Nunca despotricó ni calumnió al régimen de facto, sino todo lo contrario; resaltaba la grnadeza del país, de su gente, de sus costumbres y de las potencialidades que tenía el Perú para seguir su ruta ascendente a la prospreridad, siempre y cuando los militares supiesen hacer bien las cosas.

Pero la realidad fue otra: miseria, deportaciones, atraso y crisis es lo que había. Belaunde para entonces se dedicó a la catedra en prestigiosas universidades norteamericanas y nunca criticó ni sacó provecho de la situación en que el Perú vivía. Cualquier opinión que la prensa internacional le solicitada concerniente a la situación del Perú, Belaunde cortésmente declinaba en contestar o simplemente respondía de lo maravilloso que era el país en lo que concierne a su geografía, sus costumbres, su gente.

Nunca se refirió políticamante a criticar, pero tampoco a aplaudir las acciones del gobierno de facto. Es más, fue víctima por el trato recibido producto del fallecimiento de sus padres, la cual, fue vigilado muy cercanamente por elementos de la entonces llamada PIP (Policía de Investigaciones del Perú), en la cual, una vez sepultados tanto su mamá como su papá en el cementerio El Angel, de inmediato fue “invitado” a abandonar el país a la fuerza, sin que pudiese despedirse de sus familiares u otros seres queridos.

Ya el ex presidente tenía la fortaleza espiritual con la compañía de Violeta Correa, con quien se casó al año de ser deportado producto del golpe de Estado, y tuvieron que esperar por espacio de nueve años para que, gracias a la paulatina apertura democrática del general Morales Bermudez en la llamada 2° Fase del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, en que Belaunde en diciembre de 1977 pudo ingresar al país para ser entrevistado por Alfredo Barnechea en su antológico programa periodístico “Contacto Directo”.

Barnechea, considerado entonces como un “Hilderbrant” por su fiereza y dureza para las entrevistas televisivas tuvo al frente a un Belaunde muy preparado y con mucha lucidez y destreza supo defender su posición y acciones que le cupo desempeñar en el gobierno, dejando claro que su salida fue producto de una patraña e injusticia de un grupo de generales ambiciosos de poder, y que el Perú –de no haberse interrumpido el régimen constitucional-, estaría mucho mejor.

Se aclaró por ende la famosa y supuesta desaparición de la “página 11”, cuya hoja ya se encontraba en los Registros Públicos, ubicado en ese entonces en el sótano de Palacio de Justicia.

Fue un “boon” noticioso la noche del domingo y al día siguiente la presentación de Belaunde, la cual, fue el inicio largo de un camino para retornar a Palacio de Gobierno, cuya sapiencia quedó demostrado a evitar el desgaste político con la no participación de Acción Popular en la Asanblea Constituyente, aduciendo falta de garantías constitucionales para promulgar una nueva carte magna, más aún con la insistencia del gobierno militar que sus reformas sean considerados en la nueva constitución política. Pero ello no fue impedimento para que los propios miembros de la Asamblea consultaran a Belaunde temas concernientes a las libertades individuales, la reforma tributaria y los principios doctrinarios que en el futuro la letra constitucional iba a ser el preámbulo de hacia dónde debía encaminarse el Perú.

Belaunde no fue mezquino en absolver estas consultas. Para efecto encargó a un cuerpo especializado de correligionarios del partido –expertos en la materia como Valentin Paniagua-, a fin que la colaboración en la transferencia del poder a la civilidad sea de modo transparente, sin violencia y de acuerdo con el cronograma pre-establecido.

Mayo de 1980 fueron las elecciones, y nuevamente Belaunde las ganó con más del 36% de votos válidos. El pueblo restituyó al hombre que injustamente a la fuerza fue sacado de palacio, el pueblo confió nuevamente al hombre que supo llevar una campaña electoral limpia, sin golpes bajos ni ataques personales que ensuriaran o enturviaran el proceso electoral. Con los lemas; “Trabajar y dejar trabajar”, “Nivel de Estadista”, “Experiencia de gobierno”, “Culto al trabajo”, Belaunde llenó el corazón y las mentes de millones de peruanos.


La promesa del millón de empleo se cumplió con creces con la vasta obra productiva e infraestructura que realizó en su segundo periodo, sintetizado en sus discursos a la Nación en el Congreso de la República de esta manera: “Guardaré y haré guardar la Constitución y las Leyes”, “Veracidad, honestidad, laboriosidad”, “De nuevo juntos en el día de la patria”, “Nuestro llamado a la concordía y colaboración”, “Hacia un proceso electoral fructífero y esclarecedor” y “Memorable transmisión del mando en legitimidad”.

No debemos olvidar que Belaunde enfrentó tres situaciones imprevistas, que no fueron de su responsabilidad, pero que sin quejarse preparó al gobierno a hacerle frente. Uno fue la crisis económica heredada de los militares, cuya devaluación y deuda fue tres veces mayor a la dejada por los populistas en 1968, la cual, era manejable y estaba en los parámetros normales de endeudamiento público por la reforma tributaria que ya estaba dando sus frutos. El segundo fue la naturaleza, la temible “Corriente del Niño” que destruyó buena parte del norte del país, lo que originó que se emitieran bonus para la reconstrución de casas, carreteras, habilitar la agricultura, etc.

Y por último el más terrible de todos: El Terrorismo.

Si bien Belaunde con éxito en su primer periodo enfrentó las guerrillas producto de un fortuito encuentro con el entonces guerrillero Che Guevara que estuvo de paso a Bolivia, donde in sito conoció el propósito de la exportación de ideales marxistas proveniente de Cuba, la incursión de Sendero Luminoso se inicia el mismo día en que se lleva a cabo las elecciones en las Belaunde accede a la presidencia, cuyo nacimiento se da en complicidad de la 1° Fase de las Fuerzas Armadas, conducidas por Velasco.

El enemigo público, Abimael Guzmán y sus huestes asesinaron a miles de peruanos, especialmente gente humilde, campesina, a miembros de las Fuerzas Armadas y autoridades gubernamentales elegidas democráticamente. Sendero Lumonoso fue un movimiento terrorista que arrasaba todo lo que encontraba con la destrucción de bienes públicos y privados, no era visible para un enfrentamiento frontal con las fuerzas del orden y siempre se escondían en la difícil sierra peruana a la espera de un descuido o el poco conocimiento de su organización para dar sus golpes mortales de sangre y saqueo de la propiedad ajena.

El gobierno de Belaunde como jefe supremo de la Fuerzas Armadas les hizo frente con las armas que la naciente constitución política les permitía, respetando los derechos humanos y evitando que más sangre peruana quede regada en el suelo. Los apagones por la destrucción de las torres eléctricas producto de las incursiones terroristas trajo consigo que de cada torre destruida el Estado levantase dos en su reemplazo.

Tampoco debemos olvidar la incursión ecuatoriana a nuestro territorio, en que Belaunde con firmeza logró expulsar a los invasores y gracias a su ingenio bautizar como “Falso Paquiza”, como un recuerdo a la acción destacada que cumplieron las Fuerzas Armadas en defensa del suelo patrio.

Leyes importantes se dieron, adecuando a la nueva Constitución Política, sobre todo de índole social. Rescato dos de ellas: el nacimiento del Instituto Nacional de Bienestar Familiar –INABIF-, organismo público descentralizado especializado en defensa de la niñez, adolescencia y ancianos considerados en alto riesgo y en abandono; y el Consejo Nacional para la Integración del Impedido –CONAII-, entidad especializada en rehabilitar a la persona discapacitada para su independencia y utilidad en beneficio propio y de la sociedad mediante diversos dispositivos de promoción y protección.

Estas dos iniciativas de Belaunde es un palpable cumplimiento de la doctrina, las palabras a los hechos, como hicieron nuestros antepasados –base de la doctrina de Acción Popular-, de cuidar a sus ciudadanos más vulnerables y necesitados. Muestra de esto es la tercera versión de su libro: “La Conquista del Perú por los Peruanos”, en que brillantemente compara de la palabra a los hechos en sus dos periodos de gobierno; qué se planteó, qué se prometió, qué se hizo, qué se avanzó y hasta dónde se ha llegado.



El pueblo habrá sacado sus conclusiones, para mi los dos gobiernos de Belaunde cumplieron con creces su cometido a pesar de una oposición radical (APRA – UNO) y el enfrentamiento de un grupo terrorista (Sendero Luminoso), sin olvidar los embates de la naturaleza que fue la “Corriente del Niño”.

Belaunde bajó al llano, con humildad y de modo austero vivió de su pensión como funcionario público que fue, en compañía de la mujer a la que siempre amó y admitió que gracias al Altísimo lo “descubrió”; Violeta Correa. Como ciudadano común y corriente visitaba frecuentemente “como paseando con Violeta”, las obras que sus gobiernos construyeron, en especial las viviendas


Es de conocimiento que la gente al reconocerlo salían rápidamente a encontrarse con él y agradecerle por la casita que les dio. Belaunde solo atinaba a decir que “ustedes se lo han ganado”. Además en diversas universidades era el invitado de honor a fin de recibir honores por su calidad humana y profesional, allí Belaunde aprovechaba en dictar cátedra hablando siempre de su querido Perú, de sus posibilidades de desarrollo, de sus ciudadanos, de los caminos, de los pueblos, de su naturaleza; es decir, casi de todo, convirtiendo sus disertaciones en clases magistrales de geografía.

Igual hecho hubo con sus amigos y correligionarios todos los lunes en la denominada “Asociación Perú”, en que se exponía temas de interés nacional que estuvieran en vigencia, es decir el hecho o la noticia del día, en que profesionales, autoridades y ex funcionarios enfocaban desde su punto de vista la situación de los hechos, para al final escuchar el comentario de Belaunde, que en muchísimas ocasiones era el camno trazado a seguir.

Fue senador vitalicio por breve tiempo y sus intervenciones servían para buscar un equilibrio de ideas y en perfeccionar leyes de importancia para la Nación. Sino recordemos lo sucedido con la pretendida estatización de la banca, en que Belaunde advirtió de que tal medida el país iba a ser desprestigiado y marginado económicamente a nivel mundial.

Por terquedad del gobernante de ese entonces, las palabras proféticas de Belaunde se cumplieron.

Pero esta vida catedrática la abandonó para regresar nuevamente a la política como opositor férreo a la dictadura que iniciaba Fujimori con el quebrantamiento del orden constitucional. Y Belaunde nuevamente salió a las calles y a los medios de comunicación a protestar y a vaticinar nuevamente que el “ingeniero” iba a acabar mal. Y Belaunde tuvo razón, Fujimori acabó muy mal.

Pero el destino de la vida ya iniciaba a pasarle la factura a Belaunde: tuvo la inmensa alegría que Valentin Paniagua –miembro de Acción Popular-, accediera a la presidencia de la República en circunstancias especiales, pero, Violeta, su querida y amada Violeta, la mujer que lo acompañó desde el “Ultimatum de la Merced” y tuvo en él un cariño y amor escondido partía a la eternidad.

Y Belaunde murió en vida. Yo lo ví, lo saludé, viví con él el sufrimiento y la angustia que en ese momento lo embargaba cuando se estaba velando el cuerpo de su esposa.

Violeta fue enterrada con los santos sacramentales y Belaunde ya quería ir destrás de ella. “Mi misión ya la he cumplido … no le tengo miedo a la muerte…no se cómo será, no me imagino a pesar de ser arquitecto…donde estén mi espíritu estará en primera fila con ustedes…”; fueron sus palabras frecuentes.

Y Belaunde solo duró un año desde que Violeta se fue.

A pesar que el presidente Toledo trataba de entretenerlo llamándolo casi a diario para consultas gubernamentales y en invitarlo a realizar viajes de trabajo –donde uno de ellos se aprovechó la ocasión para bautizar a la carretera marginal de la selva con el nombre de “Fernando Belaunde Terry”, el ex presidente de Acción Popular ya no queria vivir.

Y murió…murió pobre y honrado, murió pobre y honrado con el reconocimiento de sus correligionarios y adversarios. Belaunde unió al Perú con un solo lema: ¡Adelante!, ese ¡Adelante! que como lo reconoció el presidente Alan García es la palabra mágica para salir de la crisis, para superar obstáculos, para no doblegarse ante la adversidad.

Ese ¡Adelante! es el legado de Belaunde, ni con la derecha ni con la izquierda, es ¡Adelante! hacia un porvenir mejor, hacia un país más justo y equitativo, hacia una nación con justicia social en libertad.

¿Habrá otro Fernando Belaunde Terry a mediano plazo?. Con pena tengo que decir que lo dudo, queda el recuerdo y la lección que debemos aprender de lo que fue su proceder gubernamental, un hombre honrado y sin odios y sin rencores; un hombre preocupado por su país, un hombre que se desvivió por los sectores más débiles y desprotegidos; en suma , un buen y gran hombre que todo país requiere tener para prosperar.

Muchos han dicho que el Perú no estaba preparado para Belaunde; ¡se equivocan!, damos gracias a Dios que Belaunde haya nacido en suelo peruano y que haya gobernado dos veces el país en circunstancias históricas y hasta diría legendarias porque hizo mucho, y puso las bases necesarias para el inicio de un camino hacia un progreso sostenido y sin desviaciones de ningún tipo.

Hoy puedo decir que en estos momentos de incertidumbre se necesita con urgencia un gobierno de Acción Popular, se necesita a Fernando Belaunde Terry, porque para los quer aún lo recuerdan, que son miles de peruanos, él sigue viviendo en sus corazones y es lección obligada para generaciones futuras que deberán seguir sus pasos si quieren que el Perú se convierta en una nación próspera y digna para vivir.


MANUEL MARTINEZ ROSAS
PERIODISTA
CPP 2593
LIMA - PERU



sábado, 31 de octubre de 2009

SE NECESITA UN GOBIERNO DE ACCION POPULAR - 1° PARTE

¿Qué no se pudo haber dicho ya de Fernando Belaunde Terry?,

¿Qué fue un ilustre peruano, un opositor acérrimo contra la oligarquía, plutocracia, dictadores e injusticas sociales?. O fue un; ¿ex presidente de la República que gobernó en dos oportunidades el país con honradez y dignidad que no le robó ni un sol al Estado, o un soñador e ideario que buscó y encontró en suelo peruano un ideal en base a las costumbres y enseñanzas de nuestros antepasados?

Ese ideal, de las que muchos peruanos opositores y amantes al liberalismo, la dictadura y comunistas que se rieron a sus anchas por ver a un Belaunde dibujados en las páginas de humor de los diarios, periódicos y revistas “en las nubes” o, en Palacio de Gobierno con el mapa del Perú, como dictando clases de geografía a los periodistas o visitantes ocasionales; fue capaz de crear un movimiento político peruano con ideas, doctrinas y programas peruanos.

Este movimiento se llamó ACCION POPULAR.

¡Y qué hermoso nombre para llamarlo Acción Popular!. O simplemente para la gente común, los aristócratas, los ricos; en fin, toda las sociedad lo conocían como AP, sus siglas que durante años fue el símbolo de un partido con su lampa como figura representativa que batalló cada minuto, cada día, cada mes, cada año en pos de lograr una justicia social en libertad, en que la brecha social entre ricos y pobres se redujera a lo más angosta posible.

Como muy bien lo dijo en una ocasión Belaunde al despedirse de Palacio al culminar su segundo mandato: “…nuestra obligación en este valle de lágrimas es reducir estas lágrimas para que la gente viva con dignidad…”.

Pero ¿Qué pensamiento se le cruzó en la cabeza al patriarca de AP para que el 1 de junio de 1956 se arriesgara a dar un ultimátum a la dictadura militar de Odria?. Afirmo que fueron muchos motivos, entre ellos lo más esencial la falta de libertad ciudadana, la pobreza enorme en más del 80% del territorio peruano, la falta de caminos, el avance tecnológico, la falta de viviendas y sobre todo la escasez de oportunidades para que todo peruano viva con decoro y dignidad.




Tuvo la experiencia de ser diputado por elección popular en un gobierno democrático: José Luis Bustamante y Rivero, jurista ejemplar y notable por sus ideales democráticos, la cual, Belaunde no dudó en dar su aporte a lo que él sabía en demasía: la construcción de complejos habitacionales; cómodos y de acceso sin dificultad para la clase media y baja.

¿Por qué?. La respuesta es simple: Belaunde fue arquitecto y dicha sabiduría lo explotó al máximo de su capacidad intelectual para dejar planos en un principio, utilizados por los gobiernos de Bustamante y Odria, y luego en sus dos gobiernos constitucionales en hacer realidad la construcción de dichos complejos a nivel nacional, logrando de algún modo que el déficit habitacional se redujera enormemente.

Pero también por su capacidad intelectual como arquitecto y visionario de lo que debería ser el Perú, lo unió a este con la construcción en masa de carreteras, aeropuertos, puertos fluviales, hidroeléctricas, y amplió los campos de cultivos a fin que los peruanos tengamos nuestro propio dispensario o en tener en nuestras manos los alimentos cultivados aquí en suelo peruano, como antes lo hacían nuestros antepasados incas.

A partir del 1 de junio se arriesgó como anteriormente lo dije, pero antes él vivió de un golpe militar tradicional, traicionado Bustamante por el APRA que juró apoyo incondicional desde un principio del orden constitucional. Belaunde muchas veces debatió sus ideales con la célula parlamentaria aprista, especialmente con Prialé y Villanueva en lo que concierne a la libertad de prensa y a una Reforma Agraria justa y pacífica que no generara derramamiento de sangre entre peruanos.

Sin embargo sucedió porque el APRA es la “pistola de dos cañones”: con una mano te dice si, pero con la otra está a su espalda y te traiciona de la palabra empeñada. Pero después que depusieron a Bustamante, Belaunde volvió a las aulas a enseñar lo que él sabía: arquitectura, y enseñó –sin saberlo- a aquellos alumnos que años después lo catapultarán a postular a la presidencia de la República.

Belaunde ya tenía enormes ventajas en 1956: era respaldado una nueva generación de jóvenes estudiantes de clase media y baja visionarios como él lo que el Perú debía ser; fue diputado, por lo tanto conocía de política por la deportación de su padre durante el oncenio de otro dictador, Leguía; se crió en un ambiente –París-, lejos del odio y del rencor que primaba en todo peruano, lo cual, su carácter fue preparado para aguantar los sinsabores cotidiana que da la política peruana.



Pero lo esencial fue que se hizo fuerte para luchar por las libertades constitucionales, capacidad de asimilar intelectualmente la realidad peruana para que de esa base crear una doctrina, y sobre todo su humildad con los pobres y desposeídos, la cual, a todos los saludaba por igual extendiendo la mano derecha y en los mítines –mismo karateca- señalaba con una voz potente y sonora para que en todos los rincones del país se escuchara: ¡ADELANTE!.

Ese adelante le permitió recorrer todo el Perú, conocer in situ sus grandezas, pero también sus miserias y pobrezas e injusticias. Lo recorrió caminando, a lomo de mula, en embarcaciones, en las pocas carreteras que en ese entonces existían en el país, porque recordemos que en la década del 50 los caminos, las trochas o pistas asfaltadas eran muy pobres en infraestructura.

Eso no fue impedimento para que Belaunde se encontrara cara a cara con el pueblo, con la gente común, con el campesino simple y pobre, con el obrero, con las amas de casa, con los maestros, intelectuales, ricos y pobres; en fin, con todo tipo de gente para que le enseñara lo que son, cómo viven y qué anhelos y aspiraciones tenían para vivir en un futuro mejor y más próximo con el tiempo.

Belaunde con las muchas prácticas y tertulias que tuvo con el pueblo, enriqueció su mente, su alma y espíritu; y quedó muy asombrado cuando la comunidad –a falta del apoyo estatal-, se encargaba de sus propias faenas y obras que tanto necesitaban para que puedan vivir mejor.

Preguntaba Belaunde al poblador: ¿quién hizo el camino?, y el poblador responde “el pueblo lo hizo”. Y el “Pueblo lo hizo” se hizo muy famoso porque ellos mismos hicieron sus casitas, sus postas médicas, sus caminos, la iglesia, las escuelas, sus pequeñas placitas, sus irrigaciones para tener agua y desagüe; es decir todo lo que en ese entonces el Estado descuidaba porque el centralismo de Lima era mucho más fuerte que los pueblos olvidados en el interior del país.

En el futuro esta lección de la vida que aprendió Belaunde lo denominaría “Cooperación Popular”, la cual, en sus gobiernos le dio rango legal para que los pobladores sin egoísmos y hermanadamente le daban un valioso apoyo para el desarrollo del país.

Mientras que Balaunde en la década del cincuenta aprendía en el aula de la vida, de la comunidad lo que es el Perú profundo, en Lima la aristocracia que gobernaba el país se perdía en un sinfín de problemas absurdos como la indiferencia de los pueblos olvidados.

Y por desgracia esa indiferencia costó muy caro a un país que reclamaba impacientemente cambios para su desarrollo, en especial en esos pueblos olvidados sin esperanzas de desarrollo si continuaban aún en la dictadura militar primero Odría y luego en el periodo de la convivencia con Haya de la Torre; porque lo más crudo que pudo encontrar Belaunde en su perenigraje por el interior del país –en especial en 1959-, fue en constatar la explotación humana en la sierra y selva de nuestro territorio cercanas a nuestras fronteras con Brasil y Bolivia.

Pero esa explotación humana –para no creerlo-, fueron los menores de edad que los utilizaban como bestias de carga para transportar diversos productos en las fronteras. A falta de caminos por descuido del Estado, está el empleo de este medio de carga; ¡los niños!.

Horrorizado tuvo que estar Belaunde en ver esta situación y lo denunció al país por medio del periódico y la radio (la televisión aún no existía en el Perú), del descuido del Gobierno de este segmento, más aún cuando no existía en ese tiempo una institución estatal especializada como lo es hoy el INABIF. Pero a su pesar y de otros peruanos de buen corazón, la denuncia no tuvo eco argumentando la prensa pradista que son inventos e imaginaciones y que a lo mejor sin darse cuenta Belaunde había cruzado las fronteras de dichos países.

Pero no solo esto encontró Belaunde en su recorrido por el país; poblados incomunicados e inexistentes para Lima que sobrevivían de sus cosechas e intercambio de productos de otros

pueblos cercanos. La salubridad y los servicios básicos como limpieza y educación no existían o mejor dicho, dichos poblados no sabían qué cosa eran.

Esto y mucho más tomó nota el futuro presidente de la República para armar un ideario, un programa y un plan de gobierno con la finalidad de revertir esta situación tan catastrófica de atraso y miseria que vivía el 80% del pueblo peruano. Su futuro contrincante, Haya de la Torre –desconociendo esta realidad-, paraba siempre fuera del Perú, en especial Europa, asimilando aún las ideas neo-facistas que ya estaban en un proceso de rezagos por la ayuda norteamericana para mantener un mundo en paz.

Era el inicio de la década del 60 y el gobierno de Prado de alguna forma –gracias a Pedro Beltrán, su ministro de Hacienda-, logró estabilizar la economía, pero una economía en beneficio de la oligarquía y plutocracia; no para la clase media y menos empobrecidas que eran la gran mayoría de los peruanos.

Es verdad que Belaunde –quizás por su desesperación a que el país no se encaminara hacia un progreso sostenido-, fuese un durísimo crítico del gobierno de Manuel Prado, cuya desestabilización por las continuas escasez de alimentos, devaluaciones monetarias, bajísimos salarios e inestabilidad gubernamental por los continuos paros y huelgas de la clase obrera, se atrevió a decir en un mitin “…que se hunda el gobierno, antes que se hunda el país”; lo cual originó un escándalo en la clase política tradicional, especialmente de la oligarquía.

Los militares impacientes por las transformaciones sociales postergadas, originó el comienzo de tener acercamiento con los ideales de Belaunde, la cual, no era nada malo –salvo para sus adversarios-, por ser ideales nacionalistas y progresistas cuyo futuro cercano se vislumbraba si el líder de Acción Popular llegara a Palacio de Gobierno.

El año crucial, 1962 la democracia entraba a prueba: eran las elecciones para el primer cargo de la Nación, cuya campaña fue despiadada, sangrienta, divisoria y hasta con maldad. El APRA con Haya de la Torre a la cabeza “inauguró” una fuerza de choque llamado simplemente “los búfalos”, cuyo comportamiento con ciudadanos indefensos que no comulgaban con sus ideas fue brutal, con la complacencia de la policía. Odría no tenía problemas, era respaldado por militares y soldados beneficiados en su ochenio; mientras que Belaunde basó su fuerza en ciudadanos valientes con el slogan: “sin millones, ni matones, ni camiones”.

La televisión ya existía en nuestro país, y fue un valioso vehículo para los candidatos y demás representantes que pugnaban en ingresar al Congreso como senadores o diputados. Los mítines en las calles, plazas, plazuelas, donde sea ya tuvo otro cariz; tanto Haya de la Torre como Odría tuvieron que verse obligados a salir de Lima y recorrer parte del país, porque tiempo no tuvieron: Belaunde ya les había sacado buena ventaja porque en los últimos 06 años de los finales de los años 50 y el inicio de los 60 ya los había visitado, pueblo por pueblo, incluyendo aquellos poblados en que carecían de libreta electoral, pero que ayudarían mucho a los pueblos cercanos que si tenían capacidad de sufragio a ser convencidos que un nuevo líder está por llegar al sillón de Pizarro para hacer realidad sus pedidos.

Los insultos y la violencia fueron el pan de cada día en los medios que no atemorizó a Belaunde, ¡al contrario!, con su pinta de “galán de cine” –tenía en ese entonces 51 años-, el líder de Acción Popular se presentaba en televisión para exponer sus ideas y planes de gobierno ante un panel de periodistas mayoritariamente adversos pero respetuosos en el trato por su profesionalismo, responsabilidad y seriedad en esos tiempos.

Belaunde se lució, y al final de la campaña conquistó al ciudadano peruano al declarar ante los panelistas: “ni con la derecha, ni con la izquierda; ¡adelante!”, frase que quedó inmortalizado. Hasta que el decano de la prensa nacional, El Comercio, se convenció y en primera plana puso esta memorable promesa pronunciadas en el programa “Pulso” que transmitía Panamericana Televisión, en ese entonces canal 13.

Además dicho diario apostó por el cambio y el nacionalismo que Belaunde propugnaba sobre el caso especial del petróleo que durante casi 80 años estuvo en poder de la empresa estadounidense IPC (International Petrolium Company), mas conocido como ESSO por la gasolina que en esos tiempos imperaba en el parque automotor.

Las elecciones del 62 fueran duras y Belaunde perdió. ¿Perdió?, si pero con un escandaloso fraude electoral similar al del año 56. Recordemos que en esos tiempos el Jurado Nacional de Elecciones no proporcionaba células de sufragios, sino que cada agrupación política participante tenía que elaborarlas; además no existía un estricto control de mesas de sufragios debido que en su mayoría se sufragaban al paso, mesas de transeúntes, lo que permitió a que los votos se triplicaran en beneficio de un candidato.

También el Jurado tenía poco control en la entrega de las libretas electorales, llegando a conocerse casos en que un ciudadano tenía en su poder hasta tres libretas, lo que le permitía

elegir a sus representantes en la presidencia y Congreso en tres oportunidades en lugares distintos de sufragios.

En conclusión no existía célula única de sufragio ni relación en de sufragantes en las mesas, lo que permitió el beneficio de Prado en 1956 en acceder a la presidencia y a Haya de la Torre en 1962; lo cual, el fraude electoral se había perpetrado una vez más en la alocada vida republicana de nuestro país.

Esta vez sectores de izquierda y progresistas se alzaron protestando por estos hechos, pidiendo la salida de Prado por este mayúsculo escándalo, más aún cuando ni Haya ni Belaunde alcanzaron el tercio necesario para acceder a la presidencia; “cocinándose” en el Congreso que Odría, que quedó tercero, accedería a Palacio por los votos apristas.

Una vez más el APRA da la espalda a sus víctimas al permitir que su victimario nuevamente gobernase el Perú. De otro lado Belaunde se alza y exige al Jurado nuevas elecciones al comprobarse el fraude con acciones civiles y continuas declaraciones a la prensa. Nunca utilizó armas ni palabras o frases ofensivas, fueron enérgicas si, ante la gravedad de los hechos.

No olvidemos que Belaunde en esos violentos años estuvo preso en la isla El Frontón donde escapó momentáneamente a nado, para después regresar ante el escape masivo de otros presos para asegurarles su integridad física, por los disparos con sus fusibles que efectuaban la policía. Tampoco olvidemos que Belaunde con el pueblo protestaban colocando barricadas en diversos lugares del país, o para evitar caer preso escapando de la policía para efectuar improvisados mítines con buena asistencia de ciudadanos, o el enfrentamiento de honor con espada en mano con un diputado pradista de apellido Watson en una mañana fría, lo cual, se tiene una idea que Belaunde vivió intensamente estos años, al 100% en pos de lograr el objetivo que siempre soñó: “Un Perú con justicia social en libertad”.

Otro golpe de Estado se dio en nuestro país por estos hechos, los militares de manera institucionalizada depusieron a Prado tres días antes que culminase su mandato y reorganizaron el Jurado Nacional de Elecciones. Los apristas lloraron y declararon veto a su candidato, pero igual participó al año siguiente en que los militares programaron las nuevas elecciones: junio de 1963.

El papel que jugó Belaunde en estas trascendentales circunstancias del país fueron duras en sus expresiones y acciones, pero también de serenidad, logrando trasmitir de ese modo a la ciudadanía la confianza necesaria que de elegir al candidato de Acción Popular el Perú iba a estar mejor estabilizado por el estadista y visionario que iba a tener.

Para efecto tuvo la iniciativa de aliarse con la reformista Democracia Cristiana, la cual, originó un programa común de 10 puntos a cumplirse en los primeros 100 días, de entrar la alianza a gobernar, a fin de hacerle frente a la coalición del APRA-UNO (Haya-Odría).

...CONTINUARA .....

MANUEL MARTINEZ ROSAS

PERIODISTA

CPP 2593

LIMA - PERU






sábado, 17 de octubre de 2009

¿QUE SON LAS DESGRACIAS Y QUE LA FELICIDAD?

Cuando sucede un hecho desagradable nos disgustamos, y hay quienes se ponen hasta contra Dios.
Esos hechos desagradables, deben hacernos fuertes para superar todo lo que no nos gusta y tendremos que vivir, porque siempre en este mundo pasaremos esos momentos.

Un tema de reflexión nos puede hacer pensar.
Nos cuenta Billie Wilcox: "Cuando vivía en Pakistán muríó un hijo mio de seis meses, y un anciano penyabi que se había enterado de nuestra pena fue a consolarnos. Las desgracias, observó, nos hacer hervir como el agua.
Si somos como el huevo nos endurecemos e insensibilizarnos; en cambio si somos como la papa, saldremos del trance blandos y maleables".
"Quizá le haya sonado muy extraño a Dios, pero muchas veces le he implorado: Señor mío hazme una papa".
¿Pensamos en los valores en nuestra vida cuando atravesamos algún momento de crisis?. ¿Qué posición se debe tomar frente a una circunstancia que compromete los valores de una vida?.
Ser leal es mantenerse firme en el repaldo de un ideal, implicando no dar jamás la espalda.
Esto lo aceptamos, pero qué sucede ante la fuerza de la "tentación"?.

Muchas situaciones de la vida son un desafío a nuestros principios, a nuestra lealtad con nuestros semejantes y hasta con el propio Dios. No se puede vivir mostrando una cara en unas situaciones y otra cara en otras; eso es ser hipócrita.
Por fuera rosas y por dentro podredumbre.
Estas reflexiones me traen a colación la vivencia que pasa hoy amigo que estudió conmigo en la universidad; se le muere su madre, se queda solo y cuando está trastando de salir del hoyo en que se encuentra, su amiga a la que considera muy especial porque la ama demasiado, se va muy lejos.
Y nuevamente de lo poco que se levantó, nuevamente se va abajo, con la idea que ella también ha muerto.
Lo llamé para saber cómo estaba -debido que es inubicable porque no se que hará después que sale de trabajar-, pero siempre lo encuentro a partir de las 11 de la noche y en algunas ocasiones de madrugada, quedándose que no podía dormir y que para hacerlo debía consumir pastillas, -igual que Elvis, qué casualidad ¿no?-, pero ese retroceso implicará mas tiempo para que pueda ser normal en su estado de ánimo y en su salud en general, debido que ha parado dos veces a emergencia en una clínica cercana.
Su depresión ha comenzado a cobrarle la factura.
He tratado de fortalecerlo, de prepararlo a lo que vendrá será difícil y que lo debe superar por él mismo y por los pocos amigos y familiares que tiene que me imagino lo deben querer y estimar. Pero no es suficiente, hay algo más por hacer.
Le pregunté si creía en la felicidad, y él todo excéptico me dijo que no, que era puras c... y que ya está viejo para lograrlo porque su mejor época ya pasó.
Entonces le insistí hasta meterle en su cabeza que a la fuerza tenía que romper esquemas, recuperar su espíritu de lucha, sus valores, su moral, su ética para que no se sienta abatido ni abandonado.
Entonces le insistí que si quería superar las desgracias y lograr la felicidad, tendrá que luchar constantemente, porque la lucha es la felicidad del ser humano.
Le expliqué exponiendo mis experiencias: cuando estaba perdiendo un partido de fútbol importante en los campeonatos no me desanimaba, luchaba y al final ganaba; siendo en 12 torneos cinco veces campeón. He sido feliz.
Cuando veía en las revistas la colección discografica de Elvis Presley me dije que algún día los tendría; luché sacrificando muchas cosas hasta que al final lo conseguí... y de yapa. He sido feliz.
En mi estudios cuando solo mi mamá apostaba por mi y el resto no, luchaba por ser alguien en la vida; y lo conseguí con la esperanza de dar aún más si mi salud me lo permité. He sido feliz.
Con mis padres, especialmente con mi mamá, estuve hasta el último momento de sus días cuidándola y velando por su salud. Dios decidió llevarselos, he sido feliz de haber estado con ellos hasta el último momento de sus vidas.
Otras más les expuse a mi amigo a fin de levantarlo anímicamente y que ya trate de olvidar de la manera más rápida sus penas y angustias. Su amiga se va lejos, debe estar contento porque es la felicidad de ella, de la primacía de sus sentimientos donde nadie, solo ella está en ese mundo y él lo estorbaría. Debe romper el esquema al asumir que la persona que ama si es feliz de esa manera, él también lo debe ser, por ella y tener la oportunidad de buscar otros rumbos, porque cada uno se traza un camino y es difícil que vayan juntos, solo se cruzan para seguir por destinos diferentes.
Tardará mi amigo nuevamente en asimilar "su desgracia" y romperá su esquema para que vuelva a la lucha de la vida para que sea feliz, al menos lo estoy observando para que no cometa un desliz que luego se pueda arrepentir.
Ojalá que estas impresiones les puedan servir de experiencia y meditación.
Manuel Martínez Rosas
Periodista
CPP 2593
LIMA - PERU