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martes, 8 de enero de 2008

ESTA VIVO ELVIS

NUEVOS DATOS REABREN LA POLEMICA

ELVIS PRESLEY
Han pasado ya 30 años y muchos todavía no creen que Elvis, el “rey del rock”, haya muerto. Durante este último cuarto de siglo ha sido visto, fotografiado y hasta entrevistado... Pero todos creímos que eran delirios de la prensa sensacionalista norteamericana. Ahora, un libro reciente nos crea, al menos, dudas.

Santiago Camacho

“Tras haber escuchado ya demasiadas historias respecto a la muerte de Elvis Presley, he decidido contar al mundo la verdadera historia de los hechos que tuvieron lugar aquel día de agosto de 1977. Sí, aquel día, el 16 de agosto. ¿Acaso es una coincidencia que una persona nacida un ocho de enero –mes 1, día 8– perezca el día 16 del mes 8? Tal vez todo tuviera más sentido si hubieran sido dos (2) las personas nacidas aquel día. Como podéis ver, la numerología siempre ha tenido una gran importancia en mi vida, y aún la tiene hoy día. Demasiada gente ha escrito y hablado sobre si mi muerte fue un fraude. ¡No fue ningún fraude! He decidido reinventarme a mí mismo en la forma de mi hermano (Jesse Garon) y sí, Elvis Presley murió aquel día.”

Según el escritor Donald Hinton estas palabras constituirían uno de los mayores documentos periodísticos de los últimos tiempos, ya que serían las primeras declaraciones públicas de Elvis Presley tras su presunta muerte. Para atestiguar su autenticidad se ha aportado el texto manuscrito –sometido al juicio de varios grafólogos– que no ha podido ser catalogado como una falsificación.

Hinton es autor de La verdad sobre Elvis Aron Presley en sus propias palabras, un polémico libro que narra la vida de Elvis durante estos veinte años transcurridos desde su muerte. Casi inmediatamente después de la desaparición de esta leyenda del rock el 16 de agosto de 1977, comenzaron a darse innumerables “avistamientos” del presunto fallecido a lo largo y ancho de la geografía de Estados Unidos; tantos, que llegaron a convertirse en un elemento de máxima importancia en el folklore urbano reciente de aquel país.

Lo cierto es que, al margen de la frivolidad con que en la mayor parte de las ocasiones se ha tratado este tema, la muerte de Elvis está rodeada de todo un conjunto de misterios y anomalías que hacen sospechar que existe algo más tras la versión oficial.

DEMASIADOS CABOS SUELTOS

Según sus conocidos, Elvis llevaba tiempo fantaseando con la idea de vivir de incógnito. Al respecto, existe un dato muy curioso. En la biblioteca de Elvis existe un libro en el que sólo hay una única frase subrayada: “Si tuviera que regresar, no me reconoceríais”.

Los enigmas comienzan en la propia tumba del “rey”, cuyo nombre aparece mal escrito en la lápida. El nombre completo de Elvis era Elvis Aron Presley, no Elvis Aaron Presley como aparece escrito en el sepulcro. Puede parecer un error sin importancia, pero no lo es y su padre jamás hubiera permitido que algo así sucediera como quedó demostrado cuando se cometió el mismo error en su partida de nacimiento y no paró hasta que fue subsanado. Todo ello se debe a que la familia le había puesto ese nombre en recuerdo de Jesse Garon Presley, el hermano gemelo de Elvis, que murió media hora después del parto y cuya sombra tuvo un enorme peso en la vida del cantante.

Entonces, ¿cómo se explica el error en la lápida? Elvis era una persona muy supersticiosa. Tal vez prefirió no tentar a la suerte escribiendo su nombre real en un sepulcro que aún no pensaba ocupar...

Su sepelio fue también un acontecimiento insólito. Los porteadores apenas podían con el descomunal ataúd de más de cuatrocientos kilos fabricado de encargo, que contenía sus restos mortales. Pero pese al calor –según comentaron los transportistas– el féretro estaba anormalmente frío, como si tuviera en su interior algún dispositivo de refrigeración, algo que podría explicar el excesivo peso de la caja. Sin embargo, esto plantea una nueva duda: si el cadáver de Elvis había sido embalsamado para evitar la descomposición, entonces, ¿cuál sería el propósito de aquel hipotético dispositivo? Tal vez la respuesta esté en las palabras de Alanna Nash, reportera del Louisville Courier Journal, que tuvo ocasión de contemplar dos veces el cuerpo de Elvis: “Es extraño, pero parecía más un muñeco de cera que un cuerpo humano”. Una de las asistentes al funeral, La Costa Tucker, también tuvo la misma impresión: “Llegamos a la altura del féretro y permanecimos allí un rato contemplándolo y, ¡Dios!, no podía creerlo. Tenía el aspecto de un trozo de plástico metido en una caja. No se parecía en nada al Elvis que yo conocí… Tenía más aspecto de muñeco que de persona”. Tal vez por eso no exista una sola fotografía del sepelio, ya que la familia prohibió terminantemente la presencia de cámaras. Sin embargo, uno de los parientes de Elvis, Bobby Mann, se las arregló para introducir una cámara y tomar una fotografía del cadáver, que apareció en la portada del National Inquirer y en la que se puede apreciar el extraño aspecto al que se referían los testigos.

El funeral en sí mismo fue un prodigio de organización si tenemos en cuenta lo “inesperado” de la muerte del cantante. Elvis murió a las 14:56. Entre esa hora y la mañana del día siguiente –cuando tuvo lugar el sepelio–, dio tiempo a llevar a cabo la autopsia y el embalsamamiento, a conseguir 16 limusinas blancas y un Cadillac del mismo color. Se encargaron el ataúd de diseño especial, quinientas rosas, un dispositivo de seguridad formado por cientos de agentes... Se suspendió la gira que tendría que comenzar unos días más tarde. Los presidentes de los clubes de fans fueron telefoneados personalmente por Vernon Presley, el padre de Elvis, para suplicarles su no asistencia como favor personal a la familia. Se eligió la música y la ropa para el acto, se contactó con los sacerdotes y se escogió el trayecto de la comitiva, que comenzó apenas 21 horas después del fallecimiento.

ALGUNOS CREEN QUE ELVIS SIGUE VIVO

Sólo hay una cosa que falla en este impecable mecanismo de relojería y es la llamada que hizo Ginger Alden, la pareja de Elvis en aquel momento, a la revista National Inquirer para anunciar la muerte a las 11:30 de la mañana, esto es, tres horas antes del presunto fallecimiento.

Ante tal derroche de organización, llama la atención el aparente desinterés existente por la gira que debería haber comenzado unas semanas después. No había ensayos programados, ni músicos contratados. Ni siquiera se había adquirido nuevo vestuario a pesar de los veinte kilos de peso que había ganado Elvis.

RETIRADAS EN EFECTIVO

Otro lugar donde el “fantasma” de Elvis parece estar muy presente es en el FBI. Éste se encuentra en posesión de 663 páginas de información confidencial sobre el cantante. Lo curioso es que la mayor parte de los expedientes tienen fechas posteriores a 1977. Una nueva sorpresa la encontramos en los registros bancarios del cantante; durante el mes anterior a su muerte se realizaron importantes retiradas de fondos en efectivo que alcanzaron en una ocasión el millón de dólares. Además, la multimillonaria póliza de seguros que Elvis tenía contratada en la prestigiosa compañía londinense Lloyds no ha sido cobrada hasta el momento. Tal vez ello se deba al hecho de que en Estados Unidos no es delito fingir la propia muerte siempre y cuando no se obtenga ningún beneficio económico de ello.

A los pocos días de su desaparición comenzaron una serie de “avistamientos”. Según medios de comunicación sensacionalistas como el National Inquirer o el News of the World, el cantante fue visto en una gasolinera en Montana, en un supermercado en Oregón, saliendo de un Pizza Hut en Southampton, en Oslo, leyendo poesía en la Universidad Penn State, haciendo dedo en Texas y hasta conduciendo un camión en Tasmania. Sin embargo, existen algunas apariciones post mortem del “rey” que resultan más difíciles de descartar. Por ejemplo, empleados del aeropuerto internacional de Memphis declararon que dos horas después de la muerte de Elvis, cuando ésta aún no había sido hecha pública, un hombre muy parecido a él compró un pasaje de avión a Buenos Aires. Pagó en efectivo y dijo llamarse John Burrows, un alias usado por el cantante en momentos de su vida y que sólo conocían sus más allegados y el FBI. Más o menos en ese mismo instante, Lucy De Barbon, una de sus ex novias, recibía una sencilla rosa acompañada de una escueta tarjeta que ponía “Lancelot”, el apelativo cariñoso con el que ella solía llamar a Presley durante su relación y que sólo ellos conocían.

No tardaron en aparecer otros documentos como fotografías y grabaciones magnetofónicas. Las dos fotografías más conocidas son una de 1978, tomada en Graceland –la mansión de Elvis– en la que se ve a alguien tras una puerta de cristal. Más controvertida es otra tomada en 1984 en la que supuestamente se le ve en segundo plano tras Mohamed Ali y Jesse Jackson. Preguntado el boxeador sobre quién era la persona junto a él en la foto, éste declaró llanamente: “Mi amigo Elvis Presley”.

Éstas y otras pruebas suscitaron una considerable controversia en su momento, pero con el tiempo la historia se diluyó hasta convertirse en una más del rico folklore urbano estadounidense. Y así continuaron las cosas hasta que un respetado psiquiatra de Missouri, que nada tiene que ganar, excepto problemas, ha llevado el tema a los noticiarios de todo el país.

LA HISTORIA DEL DR. HINTON

Poco antes del 25 aniversario de la muerte del “rey”, la CNN emitió una extraña entrevista con el psiquiatra estadounidense Donald Hinton, quien afirmaba que Elvis está vivo y que sigue tratamiento con él. Según Hinton, Elvis aparecerá en público próximamente para explicar los motivos de su larga ausencia. “Sé que la gente piensa que estoy loco o que fui engañado por alguien, pero no tengo la menor duda de que mi paciente es quien dice ser”. Hinton ha escrito un libro en el que cuenta esta historia y se hace portavoz de los pensamientos de Elvis o Jesse, como prefiere ser llamado en la actualidad.

Todo empezó cuando Hinton, interesado en la figura de “el rey”, frecuentaba un foro de fans de Elvis en el que se dedicaba a cambiar impresiones e información discográfica. Casi inmediatamente de dar a conocer su condición de médico, Hinton apreció que una de las habituales del foro, una mujer a la que en su libro sólo identifica con el pseudónimo Shuma, comenzó a mostrar un interés especial en él, haciéndole preguntas relacionadas con tratamientos para del dolor crónico en enfermos reumáticos.

La relación se hizo más cercana y ambos contertulios comenzaron a telefonearse y a verse ocasionalmente, hasta que las cosas dieron un giro inesperado: el 30 de junio de 1997 Shuma le llamó para explicarle una historia increíble. Al parecer, ella había estado en contacto con Elvis llegando a granjearse su amistad. La vida de anonimato del artista no estaba siendo tan dulce como él imaginaba. Sufría un grave problema físico, pero temía acudir a un centro de salud por miedo a ser reconocido. Necesitaba un médico de confianza y él iba a serlo.

A pesar de que los años y la cirugía plástica habían modificado su fisonomía, a Hinton le bastaron pocos minutos para convencerse de que aquel hombre de pelo blanco que tenía ante sí era realmente Elvis Presley. Tras el reconocimiento dedujo que se encontraba en un estado de salud deplorable. Entre otras cosas, sufría una artritis crónica que le provocaba terribles dolores de los que sólo se sobreponía gracias a la medicación. Esto se alejaba de la especialidad de Hinton, por lo que tuvo que pedir consejo a otros colegas y estudiar varios libros antes de tratarle.

Con el tiempo, Jesse le explicó las razones que le habían llevado a poner en práctica tan extravagante plan: por un lado, no quería ser recordado como una sombra decadente de lo que fue. Por otro, una serie de desastrosos negocios relacionados con la mafia le habían colocado en una situación financiera y legal incierta. Se sentía hastiado y prisionero en su propia mansión.

Las relaciones entre médico y doctor continuaron hasta que un buen día, Jesse/Elvis confesó a Hinton su intención de contar la verdad al público y de reaparecer, para lo que requería su ayuda. No quería acabar su vida como una mentira que termina enterrada en una tumba anónima. Le pidió que le ayudara a escribir un libro en el que contar sus experiencias de estos veinte años, lo que serviría para ir preparando a la gente antes de su reaparición. Para que nadie pudiera dudar de sus palabras le facilitaría una serie de pruebas: muestras de cabello, un diente de oro que le había sido recientemente extraído, objetos personales de gran valor que nunca salieron a la venta, como los gemelos de diseño exclusivo que le regaló Ann Margaret tras el rodaje de Viva Las Vegas, los manuscritos de todos los textos del libro y, la prueba más controvertida de todas: una fotografía actual en la que aparece junto a su nieto Benjamín y cuya autenticidad no ha sido desmentida por su hija Lisa Marie.

MANUEL MARTINEZ ROSAS
PERIODISTA
CPP 2593

4 comentarios:

Gus Santos dijo...

Muhammad Ali, así se escribe.

Anónimo dijo...

que se anime a reaparecer si es que todavia esta vivo, porque si lo esta ya tiene sus setenta y pico y como no se espabile se va a morir de verdad y esta sera definitiva. Tambien se me ocurre que si alguien vigilara la mansion de Graceland, no tardaria en obtener fotos de Elvis, ya que parece que sigue visitando dicho lugar con frecuencia. bueno yo me quedo con su musica y seguire recordarlo como lo que fue el mejor interprete de todos los tiempos, saludos.

Unknown dijo...

Mentira...Elvis murio...hace 40 anios...ya esta...solo huesos....solo nos kedo su musica..graceland...y la viejita hoy Priscila...que parece la momia...pero tiene la historia del rey

Unknown dijo...

Mentira...Elvis murio...hace 40 anios...ya esta...solo huesos....solo nos kedo su musica..graceland...y la viejita hoy Priscila...que parece la momia...pero tiene la historia del rey